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¿Piratería tolerada?

8 de noviembre de 2010 Por:

¿Piratería tolerada?

La semana pasada los piratas somalíes entregaron dos buques que tenían secuestrados, a cambio de un pago de US$12,3 millones. Se trata del Samho Dream, un petrolero con bandera de Corea del Sur, por el que se pagaron US$ 9,5 millones y el Golden Blessing, de bandera de Singapur, cuyo rescate fue negociado en US$ 2,8 millones.Desde luego, las voces de protesta no se han hecho esperar en los medios de comunicación del mundo. ¿Cómo es posible que se sigan pagando rescates a estos piratas del Golfo de Adén, si con ello lo único que se ha logrado es el fortalecimiento de este tipo de delincuencia? ¿En qué ha quedado la idea de la lucha contra el terrorismo, que parecía lección aprendida? ¿Por qué se es tan severo para cierto tipo de delitos políticos, pero tan laxo a la hora de enfrentar a ladrones armados?Pero, más allá del aliento a los delincuentes que significan estos rescates cuantiosos, ¿por qué no se ha logrado eliminar este tipo de piratería en aguas internacionales? Se sabe que los piratas somalíes son personas de escasos recursos, cuya dedicación habitual es la pesca y que cuentan con viejos y poco aperados buques pesqueros que navegan en medio del cuerno de África y la península arábiga. Aprovechan las horas de la noche para abordar, con sus desvencijadas embarcaciones a enormes y modernos buques cisternas cargados con fortunas de petróleo u otros productos y someten a las tripulaciones sin contar con armamento suficiente, en apariencia.A veces sólo con armas blancas, como sucedió con un grupo que fue capturado por los daneses y que resultó procesado por un tribunal de Rotterdam en Holanda. La pobreza, el hambre y la escasez de recursos de estos sospechosos era tal, que lo jueces se conmovieron y apenas los sentenciaron a 5 años de cárcel en los cómodos panópticos holandeses. Algunos de ellos declararon que estaban mejor allá que en las míseras costas de su país natal.El gobierno somalí aduce escasez de recursos para afrontar el problema. La comunidad internacional no hace nada más allá de las alarmas y reconvenciones cada vez que sucede un secuestro. Y los navieros, aunque conscientes del peligro, no parecen dispuestos a pagar personal supernumerario para defender las costosas embarcaciones.Pero también hay quienes piensan que detrás de estos actos de piratería operan agrupaciones radicales y altos funcionarios del gobierno somalí. Todo parece conspirar para que este problema continúe sin solución, incluida la Ley Marítima Internacional, pues determina que la autoridad en cada embarcación es el comandante del buque, quien tiene la facultad de entregar a los prisioneros a la justicia o dejarlos en libertad. Acaba de suceder con una embarcación rusa, que detuvo a nueve somalíes y los liberó 300 kilómetros mar adentro, con lo que su muerte resultó inevitable.Unos pagan fortunas, otros cometen asesinatos. Y la justicia internacional no opera. Mientras tanto, Hussein, uno de los secuestradores de barcos, declaró a la agencia Reuters que se encontraban ocupados “contando efectivo”. Así las cosas habrá piratas somalíes por un buen tiempo, pues todavía tienen a 25 buques en su poder.

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