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De amores y odios ha sido la existencia del Bulevar del Río en Cali, que cumple 10 años desde que fue inaugurado en el año 2013, tras completar 28 meses de trabajos. La que es considerada por algunos la megaobra más importante de las 21 que propuso Jorge Iván Ospina en su primer gobierno tuvo un costo total de $61.000 millones según la Alcaldía en su momento.
En general, la percepción de pobreza en el Valle del Cauca fue inferior en 11 puntos al promedio nacional. | Foto: Aymer Andrés Álvarez

Editorial

Empezó la recuperación

Pero estos buenos resultados no son suficientes para compensar el deterioro social en que venía la región. Todavía un 34,4% de los hogares de la región aseguran que no les alcanzan sus ingresos para cubrir los gastos mínimos.

6 de mayo de 2024 Por: Editorial

En un país que se ha acostumbrado a vivir en medio del sobresalto, la desconfianza y la decepción, las noticias positivas tienden a pasar inadvertidas para el grueso de la opinión pública o, en muchos casos, no se les da la importancia que ameritan. Por eso conviene detenerse un poco a reflexionar sobre las buenas nuevas que trajo la más reciente Encuesta de Calidad de Vida del Dane para el Valle del Cauca.

Esa medición, correspondiente a 2023, evidencia cómo la región ha empezado a superar poco a poco los graves daños económicos y sociales que dejaron la pandemia del 2020 y la ola de violencia extrema desatada durante el paro nacional del 2021.

Ambos sucesos, además de una irreparable pérdida de vidas humanas, le propinaron un duro golpe al aparato productivo regional. Muchas empresas fueron cerradas, miles de empleos se perdieron, grandes proyectos de inversión quedaron frenados y una sensación generalizada de desesperanza se tomó a todo el departamento.

Pero Cali y el Valle del Cauca, que históricamente se han distinguido por su espíritu resiliente, han logrado resurgir de esas cenizas y hoy empiezan a brillar en el concierto nacional por varios de los indicadores sociales que mide el Dane.

Por ejemplo, la cantidad de hogares que se consideraba pobre bajó de 40,6% en el 2022 a 36,5% el año pasado. Y aunque en el 2023 la economía colombiana tuvo un crecimiento mínimo, de apenas 0,6%, el ánimo de las familias vallecaucanas se mantuvo a flote. En efecto, la cantidad de hogares que se declararon satisfechos con su nivel de vida fue de 7,9%, la misma proporción del 2022. En general, la percepción de pobreza en el Valle del Cauca fue inferior en 11 puntos al promedio nacional.

Recuperación del empleo, acceso a vivienda y a servicios como energía, gas y acueducto, conectividad a internet, atención en salud y mayores posibilidades de ingreso a la educación media y superior, entre otros, fueron los factores que contribuyeron a que la calidad de vida de los vallecaucanos mejorara.

Pero estos buenos resultados no son suficientes para compensar el deterioro social en que venía la región. Todavía un 34,4% de los hogares de la región aseguran que no les alcanzan sus ingresos para cubrir los gastos mínimos. Esa proporción es casi la misma que registraba el Dane antes de que llegara la pandemia del 2020. Es decir, todavía queda mucho por hacer, especialmente en materia de empleo y generación de oportunidades para miles de familias que siguen en la pobreza.

Por estos días, en que la Asamblea del Valle y los Concejos de los 42 municipios del departamento estudian los planes de desarrollo presentados por la Gobernadora y los alcaldes, resulta imperativo tener en cuenta este panorama. Diputados y concejales deben tomar decisiones más técnicas que políticas, orientadas a asegurar un mayor bienestar de la población. Porque el futuro del Valle está de por medio. La recuperación ya empezó y no podemos volver a perder el rumbo.

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