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Oportunidad en riesgo

Lo que carece de sentido es que por cuenta de esa situación se acuda al chantaje político, para que el Gobierno Nacional baje a como dé lugar el precio del gas en la Costa. ¡Qué diría el Valle, que paga tres veces más por el combustible!

6 de diciembre de 2015 Por:

Lo que carece de sentido es que por cuenta de esa situación se acuda al chantaje político, para que el Gobierno Nacional baje a como dé lugar el precio del gas en la Costa. ¡Qué diría el Valle, que paga tres veces más por el combustible!

El gas natural es un recurso energético del futuro por excelencia. Su demanda es creciente y se prevé que para el año 2050 haya superado la de petróleo y sustituido parcialmente al carbón. La posibilidad de transportarlo en barco, en forma líquida, le abre mercados antes impensables.Colombia tiene gran potencial de gas. En yacimientos convencionales, los de relativo fácil acceso, en los no convencionales atrapados en la roca que lo produce y no acumulado, en mantos de carbón, o en formaciones bajo el mar. Recientes descubrimientos en el Caribe colombiano así lo corroboran.Esa perspectiva es muy importante dado que la demanda interna del mismo continúa creciendo. El recurso se ha convertido en una fuente de energía vital para hogares, para la industria y el comercio, y para la generación de energía en plantas térmicas. De ahí la necesidad de que el país produzca su propio gas que abastezca la demanda interna y genere divisas con su exportación.Infortunadamente, y pese al enorme potencial, estamos ad portas de importar gas. La producción de la Guajira está declinando al tiempo en que la demanda en el Caribe crece, porque el Fenómeno del Niño ha sido más riguroso de lo esperado, obligando a las plantas térmicas a gas a suplir parte de la energía de las hidroeléctricas, y por cierta imprevisión de las autoridades.Se sabe que la demanda en el país va en ascenso. Y que por falta de un gasoducto bidireccional entre el centro-oriente del país y el norte, no es posible enviar excedentes de ese gas al Caribe, lo que conduce a tener, para efectos prácticos, dos mercados de gas con precios distintos, en parte porque los costos de producción también difieren.Lo anterior explica que el valor del gas de la Costa Atlántica sea más alto que el del interior del país, generando malestar en esa región. Lo que carece de sentido es que por cuenta de esa situación se acuda al chantaje político, para que el Gobierno Nacional baje a como dé lugar el precio del gas en la Costa. ¡Qué diría el Valle, que paga tres veces más por el combustible!Pero es menos razonable que el Ministerio de Minas y Energía se deje chantajear y proceda, como en efecto sucedió, a modificar por cuarta vez consecutiva en tres años, la fórmula por la cual se definen los incrementos anuales del precio del gas natural, las dos últimas cediendo al chantaje político. No en vano se señala que la política energética se decide en el Caribe.Lo anterior sería de poca monta si Colombia no tuviese una perspectiva interesante en gas natural y si contara con los recursos para desarrollarlo. Lo cierto es que el desarrollo de ese potencial depende de la confianza de los inversionistas, la que se lastima con la inestabilidad en las reglas del juego. Por eso está en riesgo la expectativa de extraer gas de yacimientos Costa Afuera.Colombia tiene una gran oportunidad para abastecer su demanda interna de gas y exportar a la región. Pero eso sólo se logrará con políticas estables de largo plazo y unas condiciones que hagan rentable su extracción. Lo sucedido en días pasados resulta preocupante, por no decir bochornoso.

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