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Obama en Latinoamérica

"Iniciado el pasado martes en Brasil, el periplo presidencial insinúo un interesante aunque sutil giro en las relaciones entre las Américas".

24 de marzo de 2011 Por:

"Iniciado el pasado martes en Brasil, el periplo presidencial insinúo un interesante aunque sutil giro en las relaciones entre las Américas".

Con una apresurada despedida y la reiteración en su propuesta de trabajar como socios con los países de América Latina, el presidente Barack Obama se despidió de El Salvador. Fue su tercera y última escala de un viaje que además de ser opacado por los hechos en Libia, muy poco de nuevo mostró para el vecindario. Iniciado el pasado martes en Brasil, el periplo presidencial insinúo un interesante aunque sutil giro en las relaciones entre las Américas. En efecto, los medios estadounidenses tanto como los comunicados de prensa expedidos por la Casa Blanca se empeñaron en resaltar que la visita de Obama a la recién posesionada Dilma Rouseff era un gesto de consideración. Y se pudo ver en las pocas reuniones celebradas que se trató de una cita entre los dos países más populosos y con mayores economías del continente, empeñados en resolver pequeñas pero importantes diferencias en materias como las relaciones económicas, el trato con respecto a Irán y las ambiciones del Brasil de convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.Pese a la calidez del ambiente que rodeó la visita del primer mandatario de los Estados Unidos y su familia, fue notoria la interferencia de la crisis en Libia y el papel protagónico de esa nación en el ataque a Muamar el Gadafi autorizado por la ONU. Y se hizo presente también en la visita a Chile, donde el presidente Obama pronunció el que debería ser su punto de vista con respecto a la región. Allí, el gobernante estadounidense se refirió a la necesidad de superar las épocas de la ayuda unilateral para llegar a la cooperación mutua. Con lo cual rememoró épocas pasadas, cuando con iniciativas como los Cuerpos de Paz impulsados por su antecesor John F. Kennedy se empezó a hablar de lo mismo.Si bien el presidente Sebastián Piñera destacó los resultados de la buena relación de su país con el vecino del norte, abrió el espacio para pronunciar una alusión a la necesidad de que los Estados Unidos aprueben sin más demoras el Tratado de Libre Comercio con Colombia. Un gesto de respaldo que además de sorpresivo, puso de presente la manera en que América Latina interpreta la cooperación y la solidaridad. Y volvió a desnudar las dificultades que para la política externa del presidente Obama producen los problemas de la economía estadounidense en materia de empleo, la necesidad de atender las presiones del sindicalismo, las exigencias de sus copartidarios demócratas y el acoso del Partido Republicano.Al final, el Presidente de los Estados Unidos debió acortar su de por sí breve visita a El Salvador. Fue la primera vez que un mandatario de ese país visitaba una de las naciones más afectadas antes por la violencia y hoy por la migración masiva hacia el país del norte, el narcotráfico y las bandas criminales. Además de ratificar el principio expresado en Chile sobre la necesidad de basar las relaciones con Latinoamérica en la cooperación que reemplaza el paternalismo, anunció la entrega de US$200 millones como aporte a la recuperación de la seguridad en Centroamérica. Luego partió raudo hacia Washington para ponerse al frente de la crisis en Libia.

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