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Normas para la convivencia

"Nada garantiza que un instrumento represivo produzca el cambio de comportamiento que se espera en los individuos. La clave de tener sociedades que vivan en armonía está fundamentalmente en una educación a los ciudadanos que insista en las buenas prácticas y en las ventajas de acatar las leyes y las normas como la mejor manera de tener un clima social positivo".

2 de octubre de 2014 Por:

"Nada garantiza que un instrumento represivo produzca el cambio de comportamiento que se espera en los individuos. La clave de tener sociedades que vivan en armonía está fundamentalmente en una educación a los ciudadanos que insista en las buenas prácticas y en las ventajas de acatar las leyes y las normas como la mejor manera de tener un clima social positivo".

El cumplimiento de las normas de convivencia es la garantía para que en una sociedad prevalezcan la armonía y la seguridad. Con la reforma al Código de Policía se busca actualizar esas reglas, un buen propósito en el empeño de tener comunidades más tranquilas que debe ir acompañado por la formación en cultura ciudadana.El proyecto, radicado esta semana por el Gobierno Nacional, es ante todo un instrumento sancionatorio que busca a través de la imposición de multas y castigos obligar a que la gente respete su entorno y a los demás. Sin duda, plantea cambios que ayudan a cumplir ese propósito y que se ajustan a las transformaciones que se dan en las ciudades y en sociedades que se modernizan.De ahí la importancia de incluir el vandalismo en los sistemas de transporte masivo como el MÍO, la publicación de fotos o información íntima de alguien en redes sociales sin su autorización o incluso escuchar conversaciones o leer correos privados de familiares sin su consentimiento. También se amplían las acciones de la Policía al permitirse su intervención en caso de que los niveles de ruido alteren la tranquilidad de un vecindario, desactivando la fuente del sonido. Los asuntos que contempla la reforma son múltiples y van desde las sanciones por pintar grafitis en zonas públicas hasta las normas en tenencia de mascotas, cuidado del medio ambiente, el combate a la venta de celulares robados y el control a la apertura de locales comerciales para verificar que se cumplan los planes de ordenamiento territorial. Cuando los infractores ven afectado el bolsillo o se someten de alguna manera al escarnio, sus conductas pueden modificarse a futuro, siempre y cuando exista la capacidad para hacer que se acaten.Pero nada garantiza que un instrumento represivo produzca el cambio de comportamiento que se espera en los individuos. La clave de tener sociedades que vivan en armonía está fundamentalmente en una educación a los ciudadanos que insista en las buenas prácticas y en las ventajas de acatar las leyes y las normas como la mejor manera de tener un clima social positivo. En resumen es la formación en cultura ciudadana lo que permitirá que Colombia sea una nación donde primen la convivencia y la concordia. La labor en esencia les corresponde a los gobiernos, que deben priorizar en los programas de enseñanza la educación de mejores ciudadanos, respetuosos de su entorno y de los demás miembros de su comunidad. Un propósito en el que es esencial el acompañamiento de las instituciones educativas que no deben sólo preocuparse por transmitir saberes sino valores sociales. Y comienza en el seno de las familias, que es donde se forma a los niños y jóvenes en su relación sana y cordial con los demás.Todo ello implica mucho más que tener o ajustar un Código de Policía que, por supuesto, debe existir. Al aceptar ese concepto queda claro que el papel del Estado no se agota con la expedición de las normas, sino con la formación integral de la sociedad de tal manera que no se hagan necesarias ni la sanción ni la represión para garantizar su cumplimiento.

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