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No es suficiente

"Acusando a sus compañeros de actuaciones irregulares y de cometer delitos, el magistrado Jorge Pretelt envió una carta al Congreso de la República en la que solicita una licencia no remunerada de dos meses. Es otro paso más que aporta al bochorno y el descrédito de la que debiera ser la institución más transparente y más respetada de todas las que conforman el Estado".

13 de marzo de 2015 Por:

"Acusando a sus compañeros de actuaciones irregulares y de cometer delitos, el magistrado Jorge Pretelt envió una carta al Congreso de la República en la que solicita una licencia no remunerada de dos meses. Es otro paso más que aporta al bochorno y el descrédito de la que debiera ser la institución más transparente y más respetada de todas las que conforman el Estado".

Acusando a sus compañeros de actuaciones irregulares y de cometer delitos, el magistrado Jorge Pretelt envió una carta al Congreso de la República en la que solicita una licencia no remunerada de dos meses. Es otro paso más que aporta al bochorno y el descrédito de la que debiera ser la institución más transparente y más respetada de todas las que conforman el Estado.Antes que los magistrados señalados por el doctor Pretelt, es la Corte Constitucional la que recibe un nuevo motivo de dudas. O, ¿cómo puede interpretarse el que acuse de delincuente al magistrado Luis Ernesto Vargas Silva por realizar “una grabación clandestina, ilegal y adulterada que utilizó calculadamente en su propio beneficio”? Por supuesto, la licencia solicitada evitará roces entre los miembros de la Corte, durante un tiempo. Pero, ¿qué ocurrirá cuando se reintegre, después de los calificativos que usa contra sus colegas Luis Ernesto Vargas, Gabriel Eduardo Mendoza y Jorge Iván Palacio, a quienes cubre de sospechas?Quedó así al descubierto el enfrentamiento de quien desempeñó la Presidencia de la Corte Constitucional con casi todos sus colegas. Enfrentamiento que ya se llevó al campo penal, debido no sólo a la denuncia que presentó el magistrado Mauricio González ante la Comisión de Acusaciones, por hechos que comprometen al magistrado Pretelt en la solicitud de dinero para tramitar la revisión de una tutela propuesta por una cuestionada entidad financiera, que aún no están del todo aclarados.Y mientras el abogado de Pretelt afirma que “la ética no tiene nada que ver con el derecho”, otro miembro de la Institución deberá responder por lo que el magistrado cuestionado considera es una falsedad que afecta su nombre. Es otra guerra de acusaciones en la que pierde la Justicia colombiana. Y el escenario será la Comisión de Acusaciones, conocida por su incompetencia y por la larga lista de procesos contra funcionarios aforados que nunca han tenido un final y ha sido inútil para permitir que se haga justicia. ¿Acaso podrá la Comisión tramitar la denuncia que interpuso el magistrado González, en los dos meses que durará la licencia de su colega?Así están pues las cosas. Además, se conocen cada vez más acusaciones contra el magistrado Pretelt por asuntos de tierras en su departamento natal. Y se sabe también de abogados, algunos de los cuales ejercen funciones públicas o tienen parientes en la Corte, que prestaron sus servicios a Fidupetrol, la firma que produjo el escándalo. Además, se habla ya de posibles organizaciones encargadas de intervenir en el manejo de tutelas y recursos ante la Corte Constitucional.Todo ese triste y doloroso espectáculo es el que está presenciando Colombia. Y en él está comprometida la credibilidad de la Justicia en nuestro país, además de la dignidad de los jueces, la inmensa mayoría de los cuales, con seguridad, rechazan lo que está ocurriendo. Ese espectáculo no es digno de una Nación que siempre ha expresado su respeto a la Corte Constitucional. Por eso, la solicitud de licencia presentada por el magistrado Jorge Pretelt no parece suficiente.

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