El pais
SUSCRÍBETE

La soberanía de Ucrania

Para la población ucraniana, esta negativa de su gobierno es una muestra del carácter limitado de la soberanía de las antiguas repúblicas exsoviéticas, que abarcan una importante porción del oriente europeo. “Ucrania es Europa”, corean los manifestantes, que portaban dos banderas de grandes proporciones, la de Ucrania y la de la Unión Europea. Hace más de una semana que están en las calles, marchando hacia el palacio de gobierno.

2 de diciembre de 2013 Por:

Para la población ucraniana, esta negativa de su gobierno es una muestra del carácter limitado de la soberanía de las antiguas repúblicas exsoviéticas, que abarcan una importante porción del oriente europeo. “Ucrania es Europa”, corean los manifestantes, que portaban dos banderas de grandes proporciones, la de Ucrania y la de la Unión Europea. Hace más de una semana que están en las calles, marchando hacia el palacio de gobierno.

Presiones provenientes de Rusia impidieron que Ucrania firmara un acuerdo de cooperación con la Unión Europea. El presidente Viktor Yanucovich anunció que, no puede avanzar en la búsqueda del acuerdo que vincule a su país con Europa, ya que le es imposible sacrificar el comercio con Rusia.De inmediato, miles de manifestantes opositores, casi todos jóvenes, mantuvieron una protesta frente a la sede del gobierno de Ucrania en la capital del país, Kiev. Se trata de partidarios de la integración de Ucrania en la Unión Europea, luego de que la semana pasada el gobierno decidiera suspender la firma del Acuerdo de Asociación.Para la población ucraniana, esta negativa de su gobierno es una muestra del carácter limitado de la soberanía de las antiguas repúblicas exsoviéticas, que abarcan una importante porción del oriente europeo. “Ucrania es Europa”, corean los manifestantes, que portaban dos banderas de grandes proporciones, la de Ucrania y la de la Unión Europea. Hace más de una semana que están en las calles, marchando hacia el palacio de gobierno. Algunas estimaciones hablan de 100.000 participantes en la última marcha, que culminó con graves enfrentamientos contra la policía.El asunto tiene antecedentes en la llamada Asociación Oriental, una iniciativa puesta en marcha en 2009, que busca atraer hacia Europa a varias repúblicas exsoviéticas a las que, de entrada, no se les ofrece la vía de la adhesión. El plan prevé estrechar lazos políticos y económicos con Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania, ofreciéndoles ayudas financieras y facilidades para sus ciudadanos y empresas, así como la eliminación de visas. A cambio, la UE reclama progresos hacia el modelo europeo de democracia y respeto de los derechos humanos.Pero Rusia, que parece no haberse acostumbrado a la pérdida de poder que significó el desmembramiento de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Y utiliza la presión política y el chantaje económico para evitar que las naciones de lo que considera su “patio trasero”, puedan transitar por el camino de la democracia plena y la prosperidad, como ha sucedido en otras repúblicas exsoviéticas al estilo de Polonia.Más allá de las pretensiones de mantener una región importante del mundo en una situación similar a la de la guerra fría, lo importante es que las manifestaciones ucranianas indican que estos pueblos han entendido el valor de la libertad y la importancia de ejercer su soberanía. Ellos siguen luchando por ser libres, mientras la Rusia de Vladimir Putin insiste en mantener su hegemonía imperial.Y ya comenzaron a pedir la renuncia del gobierno que se pliega a los dictados de Putin y a pedir la convocatoria de elecciones. Han comprendido que es el momento para hacerlos dueños de su propio futuro. Es la manera de romper las ataduras al viejo sistema en el cual Rusia hablaba y los demás obedecían, so pena de recibir la represión y el escarnio. Por eso, millones de personas en las antiguas repúblicas exsoviéticas están pendientes del desenlace de la controversia generada por los esfuerzos de Ucrania para ser libre.

AHORA EN Editorial