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La cultura no se negocia

"La cultura no puede seguir siendo la cenicienta del Valle del Cauca. Ella es la esencia que permite construir una sociedad sana, comprometida con su futuro y con la región, más tolerante y capaz de convivir en paz".

5 de diciembre de 2012 Por:

"La cultura no puede seguir siendo la cenicienta del Valle del Cauca. Ella es la esencia que permite construir una sociedad sana, comprometida con su futuro y con la región, más tolerante y capaz de convivir en paz".

La cultura no puede seguir siendo la cenicienta del Valle del Cauca. Ella es la esencia que permite construir una sociedad sana, comprometida con su futuro y con la región, más tolerante y capaz de convivir en paz. La responsabilidad del Departamento, más allá de los problemas económicos que lo afectan y de su limitado espacio para la gestión, es entonces garantizar la supervivencia de aquellas entidades que por décadas han formado a generaciones de vallecaucanos en las diversas expresiones artísticas.La preocupación que causó en la región la idea del Gobernador de “municipalizar” al Instituto Departamental de Bellas Artes, Incolballet y la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero está justificada. Se trata precisamente de las tres instituciones que han sido el estandarte de la cultura en el Valle y cuya administración se pretende ahora entregar a Cali bajo argumentos como el déficit presupuestal de la región, los mayores ingresos del Municipio y el supuesto de que su labor beneficia mayoritariamente a esta ciudad.El mundo de la cultura ha sentido en carne propia los problemas financieros del Departamento, con el incumplimiento en los recursos para Bellas Artes y en la reducción de los presupuestos para Incolballet y la Biblioteca Departamental. Por fortuna, la Gobernación no es el único aportante. La Administración caleña ha estado comprometida con las tres entidades porque entiende su responsabilidad para garantizar su funcionamiento y reconoce el aporte que ellas le hacen a la ciudad. Tampoco se pueden negar los esfuerzos de cada una de estas entidades para generar recursos propios que les permitan cumplir con sus obligaciones y alivianar el déficit presupuestal. En lo que se equivoca el Gobernador es en aducir que Cali es la mayor beneficiaria de la labor del Instituto de Bellas Artes, Incolballet y la Biblioteca Departamental. El primero, con una historia de 80 años, es el principal centro de educación superior en artes del suroccidente colombiano, con 3.900 alumnos. En él se han formado varios de los artistas nacionales más importantes, algunos vallecaucanos y otros oriundos de diferentes lugares del país. ¿Acaso se pueden olvidar nombres como los de Édgar Negret, Omar Rayo, Maripaz Jaramillo o Maria Teresa Negreiros? Sus programas académicos y sociales se han descentralizado a varios municipios del Departamento, al Cauca y a Nariño. Para determinar que la importancia de Incolballet trasciende las fronteras de Cali, basta decir que es el único centro educativo del país que forma y gradúa bachilleres profesionales en ballet clásico. Y negar la labor de la Biblioteca Departamental en los 42 municipios del Valle es deconocer los esfuerzos de la institución por llevar el conocimiento a cuatro millones de personas, que tienen acceso a los 80.000 libros que conforman su colección bibliográfica, y a los programas culturales que recorren la región.Por eso, pretender eludir su responsabilidad con estas instituciones es desconocer que es a través de la cultura como el Valle formará una sociedad más incluyente, respetuosa de las diferencias, comprometida y tolerante. Bellas Artes, Incolballet y la Biblioteca Departamental son de Cali, de cada municipio del Valle y de Colombia. Lo que necesitan es un apoyo decidido del Departamento para asegurar los recursos que garanticen su continuidad, así como un mayor compromiso de la Nación que también es responsable de su superviviencia.

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