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El relajo boliviano

6 de julio de 2010 Por:

En un gesto curioso que indica el estilo que se ha impuesto para gobernar a Bolivia, los diputados indígenas se declararon en huelga de hambre para presionar del gobierno de Evo Morales una mayor representación de sus comunidades en el Congreso que surgirá de la Asamblea legislativa.Ellos quieren pasar de 8 a 37 representantes, y en esta ocasión cuentan con la oposición de la mayoría oficialista afecta al jefe cocalero. Pero la solicitud fue negada por los representantes del MAS, la huelga se levantó sin lograr sus propósitos y quedó patentizado el rompimiento entre Morales y el otro líder indígena, Rafael Quispe, con lo que el gobierno pierde el apoyo de un sector importante de las comunidades nativas.La actitud de los diputados indígenas no fue más que la consecuencia directa de la irresponsable huelga de hambre que el propio Evo Morales realizó entre el 9 y el 14 de abril pasados para presionar al Senado en la promulgación de una ley que anticipe los comicios generales para el próximo mes de diciembre. El asunto terminó en una transacción en la que Morales obtuvo la anticipación de los comicios y la oposición logró que se realice un nuevo padrón electoral, pues sienten que con el actual están en desventaja.Desde luego, Morales aprovechó la ocasión para afirmar que “el pueblo no debe olvidar que los procesos de cambio se consiguen con la lucha”, lección que tomaron al pie de la letra los maestros y profesores iniciando una huelga general por aumento de salarios que tiene paralizado al país. ¿Qué puede esperarse de una nación en la que su máxima autoridad realiza huelgas para presionar decisiones del poder legislativo? ¿Dónde está “el guardián de la heredad”? La respuesta no se hizo esperar: ahora amenaza con una nueva huelga de hambre si el Congreso no le aprueba cinco leyes más.Mientras tanto Morales recibió en persona, acompañado de sus hijo y varios caciques aymara, el lujoso y costoso avión Falcon francés en el que realizará en adelante sus viajes presidenciales. Hecho que no hizo más que aumentar el descontento de los docentes y de las comunidades indígenas afectas a Rafael Quispe, quienes acusan al ex líder cocalero de hacer gastos suntuarios mientras los maestros ganan sueldos de hambre.Al mismo tiempo en que todo este folclor político sucede, el gobierno de Morales ha amenazado con nacionalizar la Planta Industrializada de Leche Andina, filial del Grupo Gloria del Perú, con el extraño argumento de que “la leche no puede estar en manos de una transnacional”. Pero en esta ocasión la principal protesta ha venido de los productores de leche del altiplano de La Paz, muchos de ellos pequeños accionistas de la Planta Industrializada y una de las zonas de mayor apoyo al gobierno de Morales.Con todo este desorden en marcha, parecería que la oposición tiene cada vez mayores oportunidades en las próximas elecciones, si es que logran presentar un frente unido y son capaces de dejar de lado la arrogancia que dividió a los bolivianos entre “la República de blancos” y la “República de indios”. Bolivia cambió y se necesita de una oposición que sepa entender las nuevas circunstancias.

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