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El café se renueva

"El Congreso de los cafeteros comenzará en un ambiente de optimismo, muy distinto al de años anteriores. Sin embargo, será el momento para iniciar las transformaciones que exige el mundo de hoy. Y para que los cultivadores piensen en devolver los recursos recibidos de la Nación mediante el PIC. Es lo menos que debe ocurrir, cuando las finanzas del Estado están amenazadas por los cambios que ha experimentado el petróleo".

3 de diciembre de 2014 Por:

"El Congreso de los cafeteros comenzará en un ambiente de optimismo, muy distinto al de años anteriores. Sin embargo, será el momento para iniciar las transformaciones que exige el mundo de hoy. Y para que los cultivadores piensen en devolver los recursos recibidos de la Nación mediante el PIC. Es lo menos que debe ocurrir, cuando las finanzas del Estado están amenazadas por los cambios que ha experimentado el petróleo".

Hoy se inicia en Bogotá el Congreso de la Federación Nacional de Cafeteros. Sin duda, son otras épocas y otras circunstancias en las cuales transcurrirá el evento en el cual se reúne el gremio agrícola más importante de Colombia. Hace dos años, los cafeteros padecían la que puede ser denominada la peor de sus épocas. Producción inferior a los ocho millones de sacos anuales, precios internacionales caídos y la revaluación del peso hacían temer por la estabilidad del cultivo que más ha contribuido a la seguridad económica y social de nuestro país. Tan grave situación produjo una especie de cisma de quienes se llamaron dignidades cafeteras, movimiento que protestaba por las políticas de la Federación y por la actitud del Gobierno, la cual consideraban injusta y discriminatoria.Para enfrentar la crisis, se creó un subsidio denominado Programa de Protección al Ingreso Cafetero, PIC, con el cual se enfrentó la ruinosa diferencia entre el costo de producción y los recursos que recibían por su venta final. Tal decisión generó el respaldo de algunos sectores y el rechazo de quienes vieron en él un tratamiento injusto al resto de las actividades económicas. Hoy, las circunstancias son radicalmente distintas: los precios internacionales han reaccionado, la producción llega a los doce millones de sacos a causa de la renovación, y la caída del petróleo ha generado una devaluación del peso equivalente al 30%. Y el país empieza a recibir el impacto que ocasiona la reducción en los ingresos de su principal producto de exportación.En ese contexto se reúne el Congreso Cafetero, el ejemplo más notorio de democracia en Colombia. Para elegir los delegados votaron el 67% de los 350.000 afiliados a la Federación, es decir 260.000 cafeteros, el 47% de los cuales son propietarios de menos de 5 hectáreas. Ellos eligieron 4.600 miembros de los comités municipales y departamentales. Al Congreso llegarán 90 delegados de las regiones, incluidos miembros de las dignidades cafeteras que protestaron contra la entidad.Como puede verse, es un ejercicio de democracia sin parangón en Colombia, que deberá continuar con el propósito creado por los fundadores de la Federación. Ellos tendrán que defender a los cafeteros, escuchar sus problemas y definir un camino para seguir adelante. A su lado estará el Fondo Nacional del Café, institución de carácter mixto que debe destinar sus recursos a la investigación, la extensión y, sobre todo, la garantía de compra. Fijar un precio base es la clave para impedir que los productores sean presa de la especulación disfrazada de libre mercado.Así se iniciará el Congreso de los cafeteros, en un ambiente de optimismo, muy distinto al de años anteriores. Sin embargo, será el momento para iniciar las transformaciones que exige el mundo de hoy. Y para que los cultivadores piensen en devolver los recursos recibidos de la Nación mediante el PIC. Es lo menos que debe ocurrir, cuando las finanzas del Estado están amenazadas por los cambios que ha experimentado el petróleo. Hoy por ti, mañana por mí.

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