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Colombia en Unasur

"Para fortuna de nuestro subcontinente, Unasur parece encaminarse hacia su verdadero destino. Ojalá, en el año de su mandato, la doctora Mejía logre transformar a Unasur en la institución sólida, eficaz y representativa que esperan los suramericanos".

15 de marzo de 2011 Por:

"Para fortuna de nuestro subcontinente, Unasur parece encaminarse hacia su verdadero destino. Ojalá, en el año de su mandato, la doctora Mejía logre transformar a Unasur en la institución sólida, eficaz y representativa que esperan los suramericanos".

Luego de años en los cuales la Unión de Naciones del Sur, Unasur, fue utilizada como instrumento de agitación ideológica y de herramienta para confrontar a Colombia en su esfuerzo para lograr seguridad en sus fronteras, la excanciller María Emma Mejía será elegida como su Secretaria General durante los próximos doce meses. Un gran éxito de la nueva política internacional impulsada por el presidente Juan Manuel Santos y su ministra de Relaciones, María Ángela Holguín.Aunque sea por breve lapso, la designación de la doctora Mejía es de gran importancia. Tras la muerte del expresidente Néstor Kirchner, su anterior secretario, la Unasur ha tenido en el aire la tarea de definir su administración, en momentos en que el tratado que le dio vida entró en plena vigencia. De ahí que el compromiso tenga desafíos que, estamos seguros, la designada sabrá cumplir con creces. Cabe anotar que el nombramiento fue posible por el acuerdo con el gobierno de Venezuela, que desempeñará el segundo de los dos años que constituyen el periodo del cargo.Sin duda, todo ello es posible por el cambio que experimenta el manejo de las relaciones internacionales. Atrás parece quedar el estilo del presidente Álvaro Uribe con respecto a gobiernos que como el de Hugo Chávez y el de Rafael Correa en sus inicios se propusieron utilizar a Unasur como una especie de látigo para castigar a Colombia por su cercanía a los Estados Unidos. Y como una tribuna en la cual se denunciaban los esfuerzos de nuestro país por combatir a las Farc y el ELN, grandes causantes de la violencia contra los colombianos y los cuales usaban a Venezuela y el Ecuador como plataformas para lanzar sus ataques y como refugios que les aseguraba su impunidad.Ahora todo parece haber cambiado. Y de las posiciones energúmenas de gobernantes como Evo Morales, el otro integrante de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América, Alba, parece haberse dado paso a la sensatez de los diálogos fructíferos y abiertos sobre todos los temas que interesan a los integrantes de una organización multilateral. Eso parece ser un logro de la canciller Holguín, que interpreta el estilo de nuestro Primer Mandatario. Al interpretar de esa manera el giro de Unasur, también es tiempo de reconocer que Colombia no asistía antes a sus deliberaciones “para que la pusieran en el banquillo”, como dijo la canciller Holguín en una entrevista. Por el contrario, lo hacía para tratar de construir una institución seria que representara a Suramérica en todas sus expresiones. Pero ocurría que los miembros del Alba la usaron como vehículo de descalificación e intromisión que nuestro país no podía aceptar.Para fortuna de nuestro subcontinente, Unasur parece encaminarse hacia su verdadero destino. Ojalá, en el año de su mandato, la doctora Mejía logre transformar a Unasur en la institución sólida, eficaz y representativa que esperan los suramericanos. Y que la llegada del señor Alí Rodríguez Araque, exponente del más acendrado chavismo, no signifique el regreso a las manipulaciones doctrineras de antes. Eso sería el fracaso de Unasur.

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