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Agua, vida y paz

En la mayoría de ciudades analizadas si cada uno de sus habitantes aportara el equivalente a $500 mensuales se garantizaría la protección de sus ríos y como beneficios colaterales para el Planeta se mejoraría la captura y almacenamiento de emisiones de carbono, los impactos del cambio climático serían menores, se ayudaría a preservar la biodiversidad y mejoraría la salud de la población.

14 de enero de 2017 Por:

En la mayoría de ciudades analizadas si cada uno de sus habitantes aportara el equivalente a $500 mensuales se garantizaría la protección de sus ríos y como beneficios colaterales para el Planeta se mejoraría la captura y almacenamiento de emisiones de carbono, los impactos del cambio climático serían menores, se ayudaría a preservar la biodiversidad y mejoraría la salud de la población.

Cuando se dice que la seguridad del mundo está en relación directa con el acceso al agua, no se exagera. Con la población sufriendo de sed, los campos infértiles o la hambruna creciendo, es fácil imaginarse que proliferarán las enfermedades, la mortalidad aumentará y los seres humanos se pelearán por lo que quede del líquido vital.No se trata de vaticinar un cataclismo pero sí de emitir una alerta sobre lo que puede suceder hacia el futuro en el Planeta. Ya se ha avisado que dentro de una década la demanda de agua será en un 40% superior a la oferta, en parte por el crecimiento de la población mundial que pasará de los 7.300 millones actuales a 8.500 millones en el 2030. La otra razón es que hoy cerca de la mitad de las cuencas hídricas presentan un deterioro entre moderado y grave.El estudio liderado por la organización Natural Conservancy que analizó las fuentes de agua en 4.000 ciudades, determinó que el 40% de los lugares donde estas nacen o por las que corren acusan daños críticos. La deforestación, el uso indebido de los suelos, el deterioro de su capa natural o la sedimentación y contaminación son algunos de los males que padecen. La noticia positiva es que con determinación e inversión la recuperación sería posible en cuatro de cada cinco ciudades, se evitaría la escasez en la proporción que se proyecta para la humanidad, mientras se mejoraría la calidad misma del agua. Si bien ya hay iniciativas ambientales en marcha en una cantidad importante de ciudades, se necesitan al año entre 42 mil y 48 mil millones de dólares adicionales a los presupuestos que hoy se manejan para preservar los recursos hidrográficos.Con ello se disminuiría en un 10% la sedimentación en las fuentes de agua, la contaminación bajaría en un 90% y se tendrían cuencas más eficientes con lo cual se les brindaría seguridad hídrica a 1.400 millones de personas. En la mayoría de ciudades analizadas si cada uno de sus habitantes aportara el equivalente a $500 mensuales se garantizaría la protección de sus ríos y como beneficios colaterales para el Planeta se mejoraría la captura y almacenamiento de emisiones de carbono, los impactos del cambio climático serían menores, se ayudaría a preservar la biodiversidad y mejoraría la salud de la población.Colombia, un país privilegiado en recursos hídricos que ve cómo estos se agotan o acusan deterioro, tiene en la protección de sus cuencas una labor para cumplir en beneficio propio y de la humanidad. Es el mismo objetivo de Cali con sus siete ríos o del fértil Valle del Cauca, donde es importante liderar iniciativas como Madre Agua o Agua por la Vida, que ya se desarrollan a nivel local y departamental, para crear más fondos de financiación y recuperación que además promuevan la educación ambiental.El tiempo está corriendo para alcanzar ese punto crítico en que el 40% de la humanidad sufrirá por la escasez de agua. Evitar que ello suceda será clave tanto para la salud del mundo como para su estabilidad e incluso su paz.

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