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Alfredo Carvajal Sinisterra

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Las regiones y el Estado

Se buscaron las mejores fórmulas para lograr un justo equilibrio de la gobernabilidad de la federación y la autonomía regional. A nadie le gusta ceder poder. Pregúnteselo a Gustavo Petro.

18 de abril de 2024 Por: Alfredo Carvajal Sinisterra

Se dice que Colombia es un país de regiones porque nuestras montañas y los litorales, nos distancian unos de otros. Se han creado conglomerados sociales con sus propias costumbres que se manifiestan con sus acentos, con sus dichos, en la comida, así como en muchos otros hábitos cotidianos. Sin embargo, en el poder político y económico estamos sujetos a la voluntad de un gobierno centralizado con tendencia a una mayor concentración. Sus decisiones han sido contundentes: quieren controlar la salud, estableciendo de hecho un seguro social estatizado, intentan que predomine Colpensiones, marchitando el ahorro voluntario para la vejez, ambicionan gobernar la Federación de Cafeteros y pretenden influir para que los gremios sean incondicionales con el presidente constitucional.

El presidente del senado, Iván Name, a buena hora, ha tomado la bandera de proponerle al país un cambio en la conformación política-geográfica que nos rige desde la época de los virreyes, cuando aún éramos vasallos de España. Con origen en Santa Fe de Bogotá, emanaba una autoridad hegemónica. Si bien la constitución de 1991 propugnó por la unidad política y la descentralización administrativa, que conlleva también la económica, no se cumplió. Hoy en día la concentración tanto política como económica continua vigente, razón por la cual estoy convencido que Colombia sufre de macrocefalia.

Por iniciativa de Álvaro Gómez se instituyó la elección de alcaldes y gobernadores que rige no hace mucho tiempo, si consideramos la vida independiente de la nación. Ha sido un esfuerzo muy tímido en la dirección que propone el Dr. Name. Su proyecto es mucho más ambicioso. Habla de regiones autónomas tal como es el estado Vasco en España, o la conformación político-administrativa en Alemania.

La concentración que sufrimos es excesiva, constriñe el desarrollo de la provincia, y peor aún los territorios. Actualmente, varios están gobernados por la guerrilla, los paramilitares o los narcotraficantes. Expiden hasta cédulas para permitir a los ciudadanos transitar sin riesgo.

Casualmente, estoy leyendo un libro sobre la vida de Alexander Hamilton, quien participó activamente en la elaboración de la constitución de los Estados Unidos. La discusión fue ardua para establecer el equilibrio entre las prerrogativas de los estados y las del gobierno federal. Se estipuló que el gobierno federal regía la recaudación de impuestos, pero dejándole espacio a los estados para tener también su propio régimen impositivo. Se hizo claridad para que los estados tuviesen su propia legislatura, supeditada a la corte suprema federal. Se determinó que las fuerzas armadas serían federales y la policía estatal. Se buscaron las mejores fórmulas para lograr un justo equilibrio de la gobernabilidad de la federación y la autonomía regional. A nadie le gusta ceder poder. Pregúnteselo a Gustavo Petro.

En Colombia hemos restringido hasta la representación de los departamentos en el Senado, creando la circunscripción nacional. Varios de ellos están ausentes de este órgano legislativo.

Para mantener el orden público, la voz cantante en las regiones la tiene el gobierno central, con quien las autoridades regionales deben negociar para proveer la seguridad ciudadana.

PD. La marcha del 21 es importante para el futuro de Colombia. Hagámonos presentes.

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