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Cataluña

En Cataluña se juega algo más, mucho más, que la unidad política de España.

20 de octubre de 2017 Por: Fernando Cepeda Ulloa

En Cataluña se juega algo más, mucho más, que la unidad política de España. Lo que está ocurriendo es de gran envergadura, es, además, un mini Brexit, o sea un golpe, también, como si hiciera falta, a la Unión Europea. Lo cual explica la contundente decisión de rechazar este proceso separatista por parte de la Unión.

Siendo un tema con una larga historia, cabe preguntarse cómo se pudo haber llegado a una situación tan crítica como la que, precisamente, hoy sábado 21 tendrán que afrontar las autoridades políticas de España, y claro está las que desde Cataluña se han colocado en una actitud desafiante. Si no fuera tan dramático, se diría que es un caso interesantísimo para quienes desde diversas vertientes de la vida académica se interesan por el destino de los Estados. Ha sido un tema que estuvo muy presente en la elaboración de la nueva Constitución española, llamada en su momento ‘La consentida’, por el alto nivel de apoyo que recibió. El tema de las autonomías regionales fue un capítulo fundamental. Y se miraba desde otras partes casi como un modelo. Los recientes procesos electorales que no lograban construir la mayoría necesaria para constituir un gobierno, también, se ocuparon de esta controversia. Le ha tocado a un gobierno precario pero que por fortuna ha contado con una actitud responsable por parte de los partidos políticos, del Tribunal Constitucional y, también, de todas las fuerzas vivas de la Nación española.

Tratándose de un asunto de tantas implicaciones para España la propia Cataluña, Europa y el resto del mundo no es exagerado decir que todos los ojos están dirigidos a examinar con lupa lo que está ocurriendo y, la crucial decisión que hoy se deberá tomar, si es que se decide aplicar el artículo 155 de la Constitución española.

No sobra, pues reproducir esa disposición constitucional que tanto se cita. Dice así: “Si una comunidad autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare en forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las comunidades autónomas”.

El texto es contundente en tanto le otorga al Senado un poder de intervención clarísimo. Pero es evidente que hay un amplio ámbito para las acciones que se pueden adoptar. Como esta sería la primera vez que se aplica, le corresponderá a las autoridades españolas establecer antecedentes con grandes implicaciones tanto en el caso español como en otros países. Nada fácil. Mañana domingo se realizarán dos referendos, uno en Lombardía y otro en la región del Véneto que buscan mayor autonomía.

¿Cómo y hasta dónde puede ir el Gobierno Español? ¿Puede someter a prisión al Presidente que ha promovido este movimiento separatista, quien se niega a responder con precisión la naturaleza de sus acciones? Que tremenda responsabilidad para todos: el Rey, el presidente Rajoy, los partidos políticos, los empresarios, la sociedad civil y sus correspondientes en Cataluña.

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