El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Mundo

Artículo

Un grupo de militares del llamado Fuerte Paramacay en el estado de Carabobo (centro-norte de Venezuela) se sublevó hoy, aunque fue reducido por otra facción del Ejército, según informó el dirigente chavista Diosdado Cabello. | Foto: Cortesía para El País

VENEZUELA

¿Está próximo un golpe de estado en Venezuela? experto analiza la situación

Mauricio Jaramillo Jassir, experto en política internacional y profesor de la U. del Rosario analiza los recientes hechos, que le abren la puerta al golpe de estado en Venezuela.

6 de agosto de 2017 Por: Redacción de El País 

Con los hechos recientes que han golpeado a Venezuela, se confirma que las fuerzas del orden constituyen un elemento central del poder. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) es, sin duda, el actor más importante de este entramado que le ha permitido al gobierno de Nicolás Maduro desconocer la elección del 6 de diciembre de 2015, que llevó a la oposición a una mayoría calificada en la Asamblea Nacional (aparato legislativo).

Se pensaba que de producirse un derrame de sangre como el que ha ocurrido en estos meses (más de 130 muertos), los militares le exigirían al Gobierno dar un paso al costado.

La historia venezolana está plagada de este tipo de episodios a lo largo del Siglo XX y XXI. El 11 de abril de 2002 Hugo Chávez enfrentó un ‘pustch’ de tales características que terminó fracasando por la presión popular que no avaló un golpe de Estado, barnizado de transición. Pedro Carmona, presidente interino, firmó un decreto que derogó la Constitución de 1999, esa misma a la que el madurismo está dando sepultura.

Esta vez, todo es distinto. Venezuela sufre una crisis humanitaria mientras los militares, la Guardia Nacional y los servicios de inteligencia canalizan el monopolio de la fuerza, para apoyar a cualquier precio al régimen. Más grave resulta la existencia de los colectivos, grupos de civiles armados, y encargados de que no se repita una situación como la del 11 de abril de 2002.

Con la entrada en funciones de la discutida Asamblea Nacional Constituyente y la destitución de la fiscal Luisa Ortega, parece surgir un consenso sobre la tenebrosa idea que Venezuela pasa de un autoritarismo con visos de competencia, a una dictadura plena, sin división de poderes.

Lea también: Los cinco objetivos clave de la Constituyente de Maduro

La viabilidad de esta nueva etapa de la revolución (o nueva revolución dirían los disidentes chavistas que ven en esta movida una traición de los ideales de Chávez) depende de los militares, encargados del tema alimentario y de infraestructura.

También del poderoso servicio de inteligencia, policía política. En último lugar, los colectivos que serán sin asomo de duda el actor más difícil de controlar. Allí, sería evidente la ausencia de una cadena de mando, que en caso de que el oficialismo quiera negociar, haría inviable o sangrienta cualquier transición.

Los rumores de un involucramiento del aparato militar en el narcotráfico y las sanciones de EE. UU. en su contra, derivan en mayores niveles de apoyo de éstos al régimen, pues temen que, ante la caída del régimen, no tengan un destino distinto al juicio implacable o la extradición. Sin embargo, los mandos medios tendrán seguramente el único chance de cambio; no es de extrañar que sean capitanes quienes estarían expresando inconformidad tal como sucedió en el levantamiento fallido de Valencia de ayer.

Resta esperar que los militares demuestren grandeza para respetar el ideal que la mayoría de venezolanos desea. De lo contrario, Venezuela se acerca peligrosamente a una dictadura militar que le cierra las puertas a la pluralidad.

AHORA EN Mundo