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El modelo económico implementado por el desaparecido Hugo Chávez y que continuó el presidente Nicolás Maduro, basado en el asistencialismo, se encontró con una piedra en el zapato: la crisis de los precios del petróleo. | Foto: Agencia EFE

VENEZUELA

Venezuela: la historia de un rico que se empobreció

La producción de crudo bajó 10,6 % en 2016. Las ventas externas cayeron 73 % en 5 años y las deudas del Gobierno siguen creciendo.

6 de agosto de 2017 Por: Redacción de El País

Venezuela es un país de paradojas. Tiene las mayores reservas petroleras del mundo (para 300 años); tiene la quinta mayor reserva de torio, un elemento químico nuclear calificado como un combustible alternativo y, además, cuenta con coltán, mineral fundamental para el mundo tecnológico.

Pero hoy su economía está por el suelo. Según el Fondo Monetario Internacional, el Producto Interno Bruto (PIB) decrecería este año 7,2 %, la inflación superará el 700 % y aunque no hay una cifra oficial de su deuda externa pública, algunos analistas consideran que llega a los US$135.000 millones, el doble de la de Colombia.

El modelo económico implementado por el desaparecido Hugo Chávez y que continuó el presidente Nicolás Maduro, basado en el asistencialismo, se encontró con una piedra en el zapato: la crisis de los precios del petróleo.

En tiempos de Chávez este país producía 3 millones de barriles diarios de crudo y el precio era de US$100 por barril. En junio de 2017, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), la producción estaba en 1,9 millones y el precio en menos de US$50 el barril. En 2016 la caída de la producción fue del 10% frente al 2015.

Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad  del Rosario, considera que, además de la crisis de precios, la situación de Venezuela se genera por el manejo institucional, por ejemplo, Petróleos de Venezuela (PDVSA), se convirtió en la caja menor del régimen.

“Esta organización llegó a ser la segunda compañía petrolera del mundo con un carácter técnico muy alto”. Recordó el profesor que en el mandato de Chávez salieron de la compañía unos 18.000 empleados técnicos y es ta quedó en manos de otras personas, la mayoría del Gobierno. “Hoy PDVSA trabaja con tecnología del siglo pasado. Ha sido muy poca la inversión y pocos los avances en términos de exploración”, dijo.

Otros también hablan de que la compañía es un foco de corrupción y que tiene una deuda cada vez más creciente.

Menos divisas

La baja en la producción, pero sobre todo la caída del precio del crudo ha llevado a que los ingresos del gobierno venezolano se reduzcan.
Mientras en el 2012 recibían por exportaciones petroleras US$93.569 millones, en 2016 la cifra llegó a US$25.142 millones, de acuerdo con datos de la Opep. Es decir, sus ingresos han disminuido más del 70 %.
Para sostener su nivel de gasto, el Gobierno recurre al endeudamiento. “Tenemos un país prácticamente quebrado desde este punto de vista del modelo económico”, comentó José Mora, profesor de economía de la Universidad Javeriana Cali.

1
dólar equivalía a 100 bolívares en 2014. Hoy un dólar vale 12.197 bolívares en el mercado oficial y mucho más en las calles venezolanas.
90
por ciento de las divisas de Venezuela provienen de las exportaciones de petróleo.

Analistas aseguran que Venezuela ha tenido que pagar sus deudas con países como China y Rusia con petróleo y que, por momentos, el vecino país se ha visto en aprietos para responder por sus compromisos. Hoy en día, “los bonos de PDVSA y del Gobierno son los que pagan las tasas de interés más altas por el riesgo de default -cesación de pagos-”, añadió Mora.

Pese a este panorama, expertos coinciden en que la ventaja de Venezuela es que tiene muchos recursos petroleros y en otras condiciones políticas podría volver a ser un gran jugador. “Si llega a producirse un cambio de Gobierno y esta industria vuelve a tomar ritmo, con criterios técnicos, este país podría darle la vuelta a las finanzas públicas”, expresó un analista de la firma Credicorp.

Los principales clientes del petróleo de Venezuela son Estados Unidos que compró en promedio en 2016 645.000 barriles diarios, los países de Asia y Pacífico 682.800 barriles diarios y el resto se vende en Latinoamérica y Europa.

Para el profesor Ronald Rodríguez, aunque Estados Unidos ha reducido sus compras, es poco probable que -como sanción- deje de adquirir el crudo venezolano “porque este no sería un castigo contra régimen sino contra la gente”.

Tampoco le dejaría de vender gasolina. Venezuela tiene que comprar este combustible, pues su capacidad de refinación no es buena y el crudo que produce es muy pesado -de gran densidad y más difícil su extracción. El año pasado el vecino país importó $17.977 millones en combustibles.

7
por ciento del petróleo que puso en el mercado la Opep en 2016, lo suministró Venezuela.
44
dólares por barril costó en julio pasado el petróleo de Venezuela. Un poco más barato que el crudo WTI por ser muy pesado.

En términos geopolíticos Venezuela sigue siendo interesante para potencias como Rusia y China por sus recursos energéticos, pero estas naciones poco a poco han reducido sus inversiones en ese territorio.
Expertos coinciden en que el país vecino puede salir adelante solo a través del petróleo, recuperando PDVSA y haciendo inversión en el sector, condiciones que no se tienen en este momento y que hacen que la nación petrolera hoy sea una “bomba de tiempo”.

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