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Carlos Amorales, uno de los artistas vanguardistas más destacados de México, presenta en La Tertulia ‘Herramientas de trabajo’. | Foto: Foto: Oswaldo Páez / El País

ENTRETENIMIENTO

Carlos Amorales presenta en La Tertulia su obra 'Herramientas de trabajo'

Carlos Amorales es uno de los artistas vanguardistas más destacados de México.

15 de diciembre de 2017 Por: Yefferson Ospina, periodista de El País

Carlos Amorales es tal vez el artista plástico de mayor relevancia internacional que ha visitado a Cali en el último año. Sus, digamos, credenciales, sobran: ha expuesto en Reino Unido, en Canadá, en Chile, en Australia, en EE. UU., en Francia, en Holanda, en Alemania, Argentina...

Este año fue elegido para representar a México en la 57 Bienal de Arte en Venecia, un evento en el que antes habían estado artistas como Diego Rivera, el amor agónico de Frida Kahlo. Sus creaciones son complejas, retadoras, vanguardistas al extremo. ‘La vida en los pliegues’ obra que presentó en Venecia, está compuesta por pinturas, instalaciones, videos y esculturas que se proponen crear, literalmente, un lenguaje nuevo y que además, contienen una actitud política: desnudar la ineptitud del estado frente una violencia social que es cada vez más desmesurada.

Amorales se encuentra en Cali presentando en el Museo La Tertulia su obra ‘Herramientas de trabajo’, una reinterpretación de varias de sus propuestas a lo largo de 20 años que incluye vídeos, pinturas y esculturas. Su llegada, que se da gracias a la colaboración del Museo de Arte Moderno de Medellín, hace parte de la programación cultural que ofrece el Museo La Tertulia para fin de año. Hablamos con él de la propuesta artística que trae a Cali.

¿Qué encontrará la gente en ‘Herramientas de trabajo’?
Es un recorrido por varias de mis obras en los últimos 20 años que resulta muy difícil de explicar. Es decir, no hay un propósito específico en esta obra porque lo que yo hago no es un arte que pueda explicarse fácilmente, sino que intenta crear lenguajes, tratar de interpretar lo que sucede en la sociedad de un modo y que genera un algo en quienes lo ven. Un algo que es diferente en cada persona y que es difícil también de definir. A mí personalmente me interesa saber cómo va a ser interpretada, eso para mí es parte de la obra, la interpretación que tenga en esta ciudad, a donde vengo por primera vez.

En su obra ‘La vida en los pliegues’, sin embargo, hay un video sobre un linchamiento en una especie de pueblo remoto, que tiene un evidente sentido político...
Sí, es un video animado, en donde los personajes son hechos con recortes y en el que me interesa hablar de algún modo de los linchamientos, de esa justicia por propia mano que es cada vez más común en México y que demuestran la debilidad y la ausencia del estado en mi país y en muchos países de todo el mundo.

Como Colombia...
Sí. En México en este momento estamos viviendo una situación que Colombia vivió alguna vez, una situación que nos remite a la historia colombiana. En México no se ha declarado una guerra, pero llevamos 12 años con toda esta violencia del narcotráfico y más de 200 mil muertos en un estado de recrudecimiento constante.

Y los mexicanos no sabemos muy bien qué está pasando, cuáles son los motivos, no tenemos un lenguaje para hablar de eso... Sin embargo, para volver a esta exposición, no intento que la obra sea vista en esos términos. Ese puede ser un punto de partida para interpretarla, pero no el único.

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¿Usted es un artista contestatario con propósitos sociales?
Siempre ha habido una discusión alrededor de si el artista debe comprometerse con su sociedad o debe dedicarse a su obra exclusivamente, sin que esta tenga necesariamente una implicación social. Yo procuro ubicarme en el centro, o moverme entre ambas corrientes. Observar la sociedad en que habito pero también construir una obra que obedezca a sus propias necesidades.

Alguna vez dijo que cree que el arte contemporáneo se ha vuelto facilista...
Yo creo que gran parte del arte obedece a unas necesidades comerciales muy fuertes. Durante todo el año hay ferias de artes en todas partes del mundo y eso ha hecho que se empiece a acelerar el proceso creativo del artista, debido a la misma rapidez del proceso comercial.

Muchos artistas se preocupan por aparecer en todas las ferias y vender sus obras, y eso hace que parte del arte contemporáneos sea construido a partir de fórmulas que funcionan bien una vez y se siguen utilizando hasta que dejan de funcionar. Por eso digo que es facilista.

¿Cómo posicionarse como artista de vanguardia en un contexto latinoamericano en el que las artes tienen tan poco apoyo estatal?
No es fácil en países como México, en donde los presupuestos para la cultura son cada vez más reducidos, hacer arte. Por eso muchos artistas buscamos llegar a Europa, en donde la inversión para el arte es mayor y por tanto los espacios para mostrar las obras son más numerosos.

Está también el hecho de que la gente tiene una mayor formación para contemplar obras de arte contemporáneo y uno recibe un mayor reconocimiento. Los artistas que hacemos este tipo de propuestas en países que tienen pocas subvenciones para el arte tenemos, además, que buscar unas relaciones particulares con el mercado. En mi caso, por ejemplo, yo trato de equilibrar el hecho de poder ganar dinero e invertirlo en mis proyectos artísticos personales.

Usted sigue viviendo en Ciudad de México. ¿Cómo se vive en su país el ascenso de Trump al poder y sus discursos racistas?
Hay una reacción xenofóbica por parte de EE. UU. que, además, está cuestionando el TLC que tiene con el país. Eso ha venido generando mucha zozobra en la gente, por los vínculos económicos que se tiene con EE. UU. Sin embargo, los vínculos que existen entre los dos países son mucho más que económicos, son también familiares y culturales.

Así que yo creo que la construcción del muro del que ha hablado Trump es absurda porque esa es una frontera porosa, en donde circulan animales, en donde hay pueblos que no son ni mexicanos ni estadounidenses. Es una frontera porosa por naturaleza.

No obstante, si se vive una fuerte zozobra entre los mexicanos por la xenofobia que ha despertado Trump.

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