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Geovani Ramírez, más conocido como Jhovanoty | Foto: Foto: Tomada de Instagram

GUSTAVO PETRO

“¿Petrista o Rodolfista? Esto dijo Jhovanoty, imitador de los candidatos presidenciales

Nació en el Huila. Ganó el programa de Sábados Felices que entregó $100 millones y se ha destacado en la radio, pero hace unos meses todo estalló: Jhovanoty es uno de los comediantes más reconocidos del país por sus imitaciones de los candidatos presidenciales. ¿Petrista o Rodolfista?

18 de junio de 2022 Por: Santiago Cruz Hoyos

Aún conserva el melodioso acento opita, que sin embargo logra camuflar en sus imitaciones. Geovani Ramírez, más conocido como Jhovanoty, nació en Suaza, Huila. A los 12 años ya trabajaba para una empresa de recreación de Neiva llamada Repollito Show. Allí era payaso y también, cómo no, imitador. Su primer personaje “en serio” fue una imitación de Carlitos, el de Aventuras en Pañales. En el colegio imitaba a sus profesores y le hacía bromas a sus vecinos: salía por la cuadra imitando la voz de los vendedores de bolsas para la basura.

El 31 de diciembre de 2005 lo despidió haciendo un show en la sala de su casa. Tenía 16 años. Ver las carcajadas de su familia lo convenció que lo que hacía podía gustarle a un público más amplio.

Dos semanas después recorrió las emisoras de Neiva, donde dejó cartas en las que pedía una oportunidad para hacer humor. Solo contestó una: Cristalina. Allí inició como parte de una sección. Luego coordinó un programa y dos años después lo contrataron en Olímpica Stereo.

En 2009 participó por primera vez en Sábados Felices. Fue su gran escuela. Durante tres años Jhovanoty participó en el programa sin ganar ninguno de los concursos. Hasta que en 2013 ganó la final en la que el programa entregaba $100 millones, lo que lo ubicó en el centro del radar de los humoristas colombianos.

Olímpica lo trasladó a Bogotá y dos años después lo contrataron en Tropicana. Entonces se le ocurrió la idea que lo cambiaría todo: mostrar en sus redes sociales cómo se hacía la radio. Subir a YouTube sus imitaciones de la alcaldesa Claudia López, del periodista de Caracol Juan Diego Alvira, de Gustavo Petro, Sergio Fajardo, Rodolfo Hernández, Federico Gutiérrez. Entonces explotó todo: el reconocimiento a su talento.

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No son pocos los colombianos que al llegar a la casa se les convirtió en un hábito buscar el canal de YouTube de Jhovanoty y relajar la tensión de estas elecciones presidenciales con sus ocurrencias. El canal ya supera los cien mil suscriptores y las visualizaciones de sus videos se acercan al millón. En especial las de los personajes que están de moda: Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, que este domingo 19 de junio de 2022 disputan la presidencia de Colombia.

¿Cómo empezó a imitar a los políticos de este país?

Empecé a imitar a los candidatos a la presidencia desde hace mucho tiempo. Sin embargo, los saqué de mi show. Se me hacía que no era tan atractivo para el público. Era la época de Andrés Pastrana, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos. La gente no se reía tanto con las imitaciones que hacía de ellos. Sin embargo ahora, cuando se da la actual coyuntura electoral, y con la posibilidad de tener a los candidatados sentados al frente en Tropicana, decidí retomar la imitación y vi que en realidad a la gente sí le gustaba. Creo que antes estaba haciendo un contenido para un público que no estaba conforme con ese contenido, pero en Tropicana se encontró la preparación con la suerte y la oportunidad, y todo se dio a su tiempo.

Parece un asunto muy difícil: ¿cómo se prepara una imitación tan precisa como la que usted hace de sus personajes?

Mirando y repitiendo muchos audios del personaje. Hay personajes que salen de una vez, otros que requieren mucho trabajo. Sergio Fajardo, por ejemplo, me costó muchos años imitarlo y considero que esta es la fecha en que no lo tengo cien por ciento preparado. Aunque los personajes de un imitador nunca están completos, así como el personaje real evoluciona, cambia, así mismo debe evolucionar la imitación. Ahí es donde está el reto.

Acostumbro a ver muchas entrevistas de los personajes, los gestos, las pausas que hacen. Como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que hace énfasis y pausas en una palabra: fun – da – mental. Pero sin duda el personaje más difícil de imitar ha sido Sergio Fajardo y el más fácil, Gustavo Petro.

En estas elecciones donde los candidatos no asisten a debates, usted ha parodiado esos debates en el programa de Julio Sánchez Cristo y en Tropicana. ¿Cómo se logra en segundos dejar de hablar como Petro a como lo hace Rodolfo o Fico o Fajardo?

Uno de los aspectos fundamentales de una imitación es identificar la psicología de cada personaje, la esencia de su discurso. Cuando eso se logra se hace muy fácil pasar de hablar como Rodolfo Hernández a como lo hace Petro, porque la psicología de cada uno es muy distinta. La imitación es un trabajo de oído, no de garganta.

Seguramente tras la imitación de los políticos de moda hay muchas anécdotas en estos días de elecciones…

En toda parte me piden que les salude a la mamá hablando como Petro o como Rodolfo. A la gente le encanta hacerle bromas a la familia. Si la familia es petrista, me dicen venga, regáleme un saludito como Rodolfo o como Fico para una tía, o si la familia es Rodolfista me dicen venga, mándele un saludo como Petro a un tío, y así. O la gente disfruta con escuchar la risa de Petro, me dicen “ríase como Petro”, todo es de acuerdo a la novedad del personaje. Me he encontrado en mis shows con gente que no le gusta Petro, lo odian, me lo dicen abiertamente, que odian al personaje real pero que viven enamorados de mi imitación.

Me imagino que también lo acusan de petrista o de rodolfista…

Así es. Me han dicho petrista, rodolfista, uribista, de todo. Obviamente tengo mi pensamiento político, pero no lo expreso abiertamente. Y me gusta jugar mucho con eso, cuando la gente piensa que soy petrista, puf, aparece un video donde me hacen ver como rodolfista, y cuando la gente me dice que soy más rodolfista que cualquiera y que gracias a mi imitación Rodolfo se coló a la segunda vuelta por el reconocimiento que le di, puf, sale un video en el que voy en contra de los pensamientos de este candidato. Me gusta mucho jugar con la gente en ese sentido. Pero siempre les digo: lo que entiendan ustedes en mi show depende de lo que tenga cada uno en el corazón y en el cerebro.

¿Se han molestado los imitados por su trabajo o por el contrario se sienten honrados?

Todos los personajes más exitosos míos son felices que los imite. Naturalmente detrás de cada imitación hay un respeto profundo por cada persona, porque creo que la imitación debe ser lo más fiel al personaje real, y ya en el texto, en el libreto que hago, ahí es donde se juega. Pero el personaje debe ser calcado, por eso me apego a la psicología del personaje, a la forma de hablar, de cómo se sienta, su postura, o si escribe en un papel cuando responde una pregunta, como Petro, todo eso influye en la creación del personaje.

Solamente tuve un problema con el manager de la cantante Ana del Castillo, quien me escribió a mi Instagram para decirme que el ‘malo’ era yo por retratar cómo era su representada, porque en efecto, cada vez que ella sacaba un video bebiendo, diciendo vulgaridades, yo al otro día hacía exactamente lo mismo desde la imitación, y al señor no le gustó. A veces la gente piensa que el ‘malo’ es uno por retratar las situaciones, cuando en realidad el ‘malo’, por decirlo de alguna manera, es quien comete o hace estos actos.

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Hablemos del poder del humor. La importancia, también, de que la sociedad pueda burlarse del poder, criticarlo a través de la risa.

No sé si la palabra burla quepa ahí. Volvemos a lo anterior: la mirada de mi show depende de lo que cada persona tenga en su mente y en su corazón. Pero nosotros los humoristas, por lo menos con respecto a mi trabajo en la radio, tenemos la responsabilidad de informar adecuadamente a través del humor. Es mucho más fácil que la gente digiera el mensaje y lo que se quiere decir. Por cierto, esta semana tuve una reunión con el candidato Petro, y estaba el senador Armando Benedetti, quien lo apoya. Y el humor me dio la libertad, con el personaje de Rodolfo Hernández, de decirle en la cara a Benedetti – que no es algo que yo piense – pero me metí en el personaje de Rodolfo y empecé a insultarlo como Rodolfo: sinvergüenza, ladrón, atracador, carraspanda, y el man era muerto de la risa. Ese es el poder del humor.

Por último, ¿cómo ve a Colombia cuando se está a punto de elegir nuevo presidente?

Colombia está muy apasionada. Colombia está en un punto en el que cualquier cosa la hace estallar. La veo como como la persona que va manejando con mal genio esperando a que alguien se le acerque al carro para bajar la ventana y empezar a madrearlo. Colombia lastimosamente se mueve mucho a través del miedo, y ese es un error. Tomar decisiones

desde el miedo, desde los aspectos negativos, en lugar de tomar decisiones desde la esperanza. No tomamos decisiones a favor de, sino en contra de. Se nos facilita mucho más estar en contra de algo que a favor de algo. Y cuando cambiemos ese pensamiento, sin importar el político o gobernante que esté allá arriba, si orientamos nuestro pensamiento a trabajar colectivamente, sacamos este país adelante.

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