Propuesta del Gobierno Petro de cambiar la regla fiscal genera nueva polémica en el país

Uno de los temas por los cuales se ha destacado el actual gobierno de Gustavo Petro, es por sus reiteradas declaraciones públicas de cumplir a cabalidad la regla fiscal, un conjunto de políticas y principios que fueron establecidos para gestionar las finanzas públicas del país y mantener una buena estabilidad económica.

De por sí, el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, y su sucesor, Ricardo Bonilla, han insistido en reiteradas ocasiones su compromiso de cumplir la regla, la cual, además, establece límites de déficit fiscal para cada año.

Sin embargo, este jueves se conoció que el director de Planeación Nacional, Jorge Iván González, está evaluando, junto a colegas del Ministerio de Hacienda, realizar cambios en la regla fiscal, a la que califica como “muy inflexible”. Este anuncio lo dijo durante un evento de Enercol.

“Estamos discutiendo cómo se puede ir disminuyendo esa presión tan fuerte, empezando, por ejemplo, porque los recursos que se destinen a salvamento de activos ambientales, que tienen beneficios futuros enormes, no se introduzcan como una parte del gasto de la inversión corriente, sino que se excluyan y eso genera un margen fiscal un poco más amplio”, manifestó el funcionario.

La propuesta realizada por González estaría en línea con los planteamientos que ha hecho el jefe de Estado, Gustavo Petro, de cambiar la deuda por cuidado o inversión ambiental.

Ante estas propuestas de cambios, hay que aclarar que esta regla fiscal no solo sirve para controlar y limitar el déficit fiscal y la deuda pública, sino que muestra la responsabilidad y el buen manejo de las finanzas del país.

Estos son algunos de los indicadores que analizan las calificadoras de riesgos y los inversionistas locales e internacionales.

González también explicó que esta regla fiscal necesita una restructuración. El funcionario manifestó que dependerá de los activos en los que se invierta y del valor de los proyectos elegidos, como los de forestación.

“Eso –obviamente– necesita una estructuración, mirarlo con calma, evaluar de cuánto puede ser el costo y ver cómo eso se puede introducir”, aseguró.

González también afirmó que esta es una propuesta que necesita la aceptación internacional, pues no puede ser una decisión netamente de Colombia.

“Se necesita que también a nivel internacional se esté discutiendo el tema, porque nosotros tenemos muchos costos con las calificadoras de riesgo, con las entidades internacionales; entonces, eso hay que hacerlo de manera progresiva y con mucho cuidado”, expresó.

Esta no es la primera vez que González cuestiona la regla fiscal. En el pasado, el funcionario criticó este mecanismo por las cifras que se manejan para calcular la meta de déficit fiscal. Un componente clave de este cálculo es el costo del barril de petróleo, que es el generador principal de divisas para el país.

“El problema de la regla fiscal es que es un modelo lineal y, realmente, el comportamiento de la economía es cíclico; entonces, la regla fiscal tiene una predominancia de las tendencias sobre los ciclos, lo que la hace mucho más inflexible. Además, en los modelos de estimación de la regla fiscal no están los rendimientos endógenos, como los rendimientos crecientes de las ciudades. El problema de la regla fiscal es que usted la construye con un modelo de rendimientos decrecientes, pero hay sectores muy importantes de la actividad económica, como los procesos de las ciudades y las aglomeraciones, que generan rendimientos crecientes y estos se pueden tratar con rendimientos decrecientes. Hay unos temas técnicos subyacentes a la regla fiscal que se pueden repensar y analizar”, agregó el director de Planeación Nacional.

La propuesta realizada por este funcionario del Gobierno Petro ya comenzó a generar preocupación en diferentes sectores del país. El analista de Casa de Bolsa, Juan David Ballén, considera que la propuesta de generar modificaciones en la regla fiscal es muy preocupante.

“Eso podría provocar un mayor deterioro de nuestra calificación crediticia, aumentar la prima de riesgo, desincentivar la compra de TES por parte de los inversionistas extranjeros y, por ende, encarecer la deuda, generando presiones alcistas en el dólar”, advirtió.