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El coronavirus, aún con la llegada de la vacuna y el fortalecimiento de las medidas de bioseguridad y de autocuidado personal, seguirá afectando y llevando a los hospitales a más vallecaucanos en los próximos meses. | Foto: Foto: Archivo de El País

SECRETARÍA DE SALUD DEL VALLE

¿Ha disminuido la velocidad de contagios de covid-19 en el Valle del Cauca?

La transmisión del virus baja su velocidad, pero seguirán los casos. Hacia finales del año se alcanzaría una fase más estable. Estrategias de autoridades han sido claves.

16 de agosto de 2020 Por: Alfredo García Sierra - reportero de El País

A pesar de que más casos aparecen cada día en el Valle del Cauca la velocidad de transmisión del Covid-19 ha comenzado a reducirse. Sin embargo, el virus ya está presente en casi todos los rincones de la geografía regional.

Frente a lo que sucede la secretaria de Salud Departamental, María Cristina Lesmes, recuerda que al principio de la pandemia en medio de las estrictas cuarentenas se presentó una aceleración del coronavirus tanto que “llegamos a superar todas las cifras”. Pero eso está cambiando lentamente.
Sin embargo, las cifras preocupan, ya que el departamento acumulaba hasta el viernes 36.171 casos, 1355 decesos y 23.833 personas recuperadas.

¿Por qué bajó la velocidad del virus? Según funcionaria “no llegamos a un pico alto sino a una meseta (una curva aplanada), lo que significa que la velocidad de transmisión se ha reducido”. En su concepto, eso responde a varias cosas, entre ellas “a la historia natural de la enfermedad, y en segundo lugar a las medidas de contención”.

Y en tercer lugar a que la apertura nuestra y el cierre (de la economía) no fue tan estricto. “Subimos la montaña en escalones, lo que llevó a la acumulación de un número importante de casos de forma paulatina en respuesta a las acciones preventivas y también a nuestra indisciplina, aunque nunca tuvimos menos enfermos, sino que su aumento fue gradual”.

“Lo anterior significa que muchas personas ya tuvieron contacto con el Covid-19 y las cuentas establecen que el 60% de los casos son de pacientes recuperados. Solo falta contar con las cifras de las últimas semanas”.

La médica Lesmes anota que “esa evolución ha permitido que el virus circule entre nosotros y no crezca de una manera abrupta, sino como lo teníamos previsto”. En gran medida en el Valle del Cauca no hubo grandes cierres lo que facilitó que el virus continuara circulando.

Aún con esa amenaza latente, la Secretaria de Salud enfatiza que ello sirvió para que la gente tomara conciencia porque de alguna manera estuvo más expuesta a las consecuencias del virus. A ello, se añaden las medidas adoptadas las cuales han tenido mejores resultados.

Otro aspecto tiene que ver con que algunos municipios estuvieron muy cerrados (en sus economías y negocios) y lograron contener el virus, pero “ahora ya está en todas partes”, sostiene la jefe de salud del departamento. De hecho, el coronavirus ya está presente en 39 de los 42 municipios. “Esa entrada fue suave, y las medidas que aún tienen los municipios nos permiten identificar más rápido los nuevos casos y aislarlos para retrasar de manera lenta el proceso de contagio”, anota. De allí, “que en el Valle del Cauca el coronavirus haya subido por escalones, y no en un solo ascenso, lo cual es diferente frente a otros lugares”.

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Lo que viene

Al respecto la Secretaria de Salud pone de presente que “nos vamos a sostener por algún rato en las cifras”, y explica que el número de menos casos reportados en algunas ocasiones obedece a la cantidad de pruebas y no por otros factores”. Por ejemplo, durante los fines de semana no se toman pruebas, lo que incide en los reportes.

Esos altibajos en los informes se seguirán presentando porque se está implementando un nuevo método de diagnóstico que hace más fácil la toma de las pruebas y su procesamiento.

Se trata de una prueba de antígenos que se toma en las vías nasales, que es rápida y confiable con resultados en 40 minutos. A la fecha varios laboratorios la están realizando, ya que es una prueba sencilla y económica.

“Eso hará que suba el número de casos, pero no en nuestro panorama”, advierte la funcionaria.

La actual cuarentena nacional va hasta el 31 de agosto, y al parecer no sería ampliada. Al respecto, la funcionaria opina que “ese tipo de estrategia (la cuarentena) ya perdió vigencia, y lo único que nos queda es el autocuidado personal, el distanciamiento físico y otras formas de protección como el tapabocas”.

Movilidad y riesgos

A medida que la economía local y regional experimenta una reapertura gradual, la movilidad se convierte en un factor de riesgo, en especial para finales del 2020, estiman los especialistas. El reto es afianzar la llamada fase de meseta a la cual se está llegando, mientras aparece una vacuna eficaz y segura.

La epidemióloga de la Secretaría de Salud de Cali, Lyda Osorio, retrata esa realidad al señalar que “cuando la movilidad crece, obviamente más gente se enferma al relajarse al autocuidado personal y el distanciamiento físico”.

Por eso ahora la capital del Valle acumula un total de 28.613 casos, siendo la cuarta región colombiana después de Bogotá, Antioquia y Atlántico con más contagios.

Al igual que sucede en el resto del departamento la curva se contagios en la ciudad ha comenzado a presentar una lenta reducción, ya que el llamado factor RT o tasa efectiva de reproducción descendió a 1, e incluso ha bajado más desde hace una semana. En Medellín es de 1.23 , en Barranquilla de 1.12 y en Bogotá de 1.13. El RT es el número de casos promedio (de contagios) que pueden ser causados por una persona infectada.

Hace dos semanas ese factor era de 1.13 en Cali, lo que significaba que por cada diez personas se estarían infectando 11.3, o por cada 100 casos positivos se producirían 113.

Sobre el particular, la epidemióloga señala que las menores cifras arrojadas se basan en los indicadores de movilidad vehicular y de personas tomados mediante las 50 cámaras de fotomultas instaladas en la ciudad.

Cabe recordar, que Cali tuvo un repunte de Covid-19 en la última semana de junio y hacia mediados de julio mostró una caída de su factor RT, al observarse precisamente un cambio en la movilidad que fue muy similar a marzo cuando se adoptaron las primeras cuarentenas.

Al profundizarse el teletrabajo en muchas oficinas y empresas durante agosto, la curva de contagios presenta ahora más lentitud.

El llamado a cuarentenas voluntarias, las campañas preventivas y de control más el reforzamiento del autocuidado por el temor de los ciudadanos a enfermarse, también han sido claves en los últimos resultados.

Incluso hubo pilotos en algunas áreas como la gastronomía que se aplazaron porque precisamente la movilidad está muy ligada al contacto entre las personas. Por eso no se han reabierto las iglesias, las universidades, los colegios ni las salas de cine. “Se puede pasar fácilmente de tres contactos a 30 y eso aceleraría de nuevo la transmisión del virus”, advierte la experta.

Recuerda, asimismo, que el trabajo en las comunas contribuyó a la menor velocidad de transmisión del virus, sin desconocerse que todavía hay zonas con alertas al subir el número de contagiados. “La movilidad, sin duda, juega un papel importante y esa es quizás la principal explicación”, puntualiza la médica y docente.

La encrucijada: salud o economía

El epidemiólogo estadístico, Rodolfo Herrera, observa que toda epidemia tiene cuatro fases. Una lineal, un crecimiento exponencial –como el de ahora— y solo falta alcanzar un punto de inflexión para llegar a la verdadera estabilización de las tasas de contagio.

En su concepto, llegar a la fase de equilibrio llevará a otro periodo más, ya que seguirán apareciendo casos, pero no con la misma velocidad. “El punto de inflexión no lo hemos logrado aún. Si seguimos con las mismas medidas uno esperaría que en noviembre o diciembre estaríamos alcanzando la estabilización, pero todo dependerá a qué autopista o carril de velocidad vamos a continuar nuestro ritmo de vida”.

Indica el especialista que allí jugará un papel importante la propia gente en el acatamiento de las normas de bioseguridad en medio de la reapertura de más sectores económicos, lo que se convierte en un verdadero dilema.

Subraya el médico Herrera que precisamente el desafío será a partir de septiembre, cuando muchas actividades se reanudarán de forma simultánea y, “podría presentarse un mayor número de casos. Por lo tanto, la encrucijada es: salud o economía”.

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