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Francisco Javier se la pasa cantando rap y salsa en el MÍO. Lo hace para sostener a su familia y pagar su carrera de Diseño Gráfico. La comunidad, luego del show, lo aplaude y le entrega monedas como motivo de ayuda y agradecimiento. | Foto: Foto: Oswaldo Páez / El País

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¿Deberían sancionar a los artistas que se suben al MÍO?

Se enciende debate después de que le impusieran comparendo a joven por estar tocando violín en Transmilenio, en Bogotá. Ciudadanía reclama.

19 de mayo de 2017 Por: Redacción de El País

El caso del joven que fue sorprendido con un comparendo mientras tocaba violín en el Transmilenio, en Bogotá, encendió el debate sobre la admisión o el rechazo de los cantantes y músicos en el MÍO.

Francisco Javier es uno de ellos. Se la pasa de lunes a sábado cantando de 7:00 a.m. a 1:00 p.m. en los buses. Él contó que “gracias a la labor en este transporte puedo llevar un sustento a mi hogar. Además me costeo mi carrera: Diseño Gráfico y Publicidad”.

Francisco desde hace tres años se gana la vida cantando rap y salsa. Sin embargo, dijo que lo ha hecho a punta de obstáculos. “En Cali hay personas que nos apoyan mucho. Pero los policías definitivamente no. Me han quitado el dinero y me incautan los instrumentos”.

Frente a esto, el capitán Albeiro Sierra, de la Policía Metropolitana de Cali, aseguró que las acciones, tanto para vendedores ambulantes como para músicos, se rigen de acuerdo al Código Nacional de Policía.

El artículo 140 (Comportamientos contrarios al cuidado e integridad del espacio público) especifica que se pueden sancionar a las personas que promuevan o faciliten el uso o la ocupación del espacio público para violar las normas.

“Están destinados 152 policías para las 56 estaciones y las cuatro terminales del MÍO que hay en Cali. Los comparendos no son económicos, son educativos. Por eso el policía tiene la potestad solamente de una amonestación. Es decir, expulsarlo, incautarle sus instrumentos y citarlo a la Alcaldía de Cali para el reclamo de los mismos”, dijo el capitán Sierra.

A Francisco Javier ya le ha tocado vivir esta situación. Le han quitado dos veces su bafle que le ha costado $200 mil. “Nunca me los devolvieron. La sanción importa poco. Muchas veces los policías lo tratan a uno feo sabiendo que todos somos personas”, afirmó.

Javier contó que existe un gremio de cantantes dentro del MÍO. Son aproximadamente 150 artistas. Ellos se respetan sus turnos. Por ejemplo, si pasa una ruta T31 y viene un cantante, el otro espera. Lo mismo pasa con los vendedores ambulantes. Una persona se turna por bus.

Hace dos meses en Cali existe una fundación llamada ‘Comerciantes, Artistas y Transporte Público’, que busca legalizar esta actividad en el MÍO. “Esperamos que el usuario tenga una imagen diferente de esta labor. Nosotros también somos cívicos, recogemos basura y organizamos a las personas en las filas”, afirmó Luis Alfonso Arboleda, integrante de la fundación.

Para Sergio Quintero, un joven que toca guitarra en el masivo, lo esencial en esta actividad es esperar, no solo para darle ‘chico’ al compañero sino para que el bus no esté tan lleno. Así puede recoger dinero con mayor facilidad.

Él viene de Bogotá y su plan es recorrer algunos países. Se dedica a conocer el mundo haciendo música. Estará en Cali una semana más y luego cogerá rumbo para Popayán, Pasto, Ipiales y Quito. Quintero toca en los bares, restaurantes, plazas y buses.

“Trabajo hace tres años como músico callejero. Elegí esto porque no me sentía cómodo en los trabajos, tengo más libertad, manejo el tiempo a mi preferencia y gano mejor”, aseguró el cantante, quien dijo ganarse cerca de $60 mil diarios.

Aproximadamente es eso lo que se ganan trabajando en una mañana. Pese a esto, el trabajo es arduo. Cantan mientras el bus recorre alrededor de tres estaciones y así se la pasan sin parar.
Vanessa Ospina, usuaria del MÍO, expresó que “no tengo nada en contra de ellos. No me incomoda, entiendo que es su manera de costearse los estudios y llevar cualquier monedita a sus hogares”.

Luz Dary, quien acostumbra a recorrer Cali en este medio de transporte, propone que se generen en las estaciones unos espacios dedicados a estas personas. “Los cantantes deberían tener un escenario y los vendedores un stand. Esto disminuye la ilegalidad”.

La nieta, por su parte, agregó que “deberían tener un listado de quién entra para asegurarnos de que no vaya a haber inseguridad. De resto, que sean libres en lo que les gusta hacer”.

Paola Andrea Varela, jefe de Cultura y Gestión Social de Metrocali, afirmó que “en tiempo real, mediante un chat en Whatsapp, le enviamos a la policía información de las personas que están ejerciendo algún tipo de intervención en los buses y así podemos retirarlos”.

Además se están haciendo campañas educativas. Gracias a un programa llamado ‘Experiencia MÍO’ se visitan colegios para socializar el nuevo Código de Policía y así minimizar los actos cometidos por estas personas.

Las estaciones que más acostumbran a estar los cantantes del MÍO son: Torre de Cali, Unidad Deportiva, Capri, Pampalinda y Universidades. Es en la mañana cuando más hay presencia de estos.

Según las últimas cifras de la Policía Metropolitana de Cali, en lo corrido del 2017 se han hecho 62 comparendos por evasión del pasaje del MÍO, 38 por mal uso de puertas, 13 sanciones a vendedores ambulantes y 21 por riñas. En cuanto a músicos o cantantes, hasta el momento, según la policía, no se han hecho comparendos.

“Es muy difícil prohibirles que canten ya que ellos entran pagando su pasaje común y corriente. Uno nunca se da cuenta si son músicos o no, en los buses es cuando sacan su guitarra, su parlante o su micrófono”, aseguró la Jefe de Cultura y Gestión Social de Metrocali.

Los asesores de servicio junto a los policías son los que se encargan, en cada estación del MÍO, de informar lo que se está presentando. Y de acuerdo a la acción, se sigue el Código Nacional de Policía, luego se expulsa a la persona y se le devuelve su instrumento musical.

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