¿Qué vitamina falta en el cuerpo cuando se siente frío todo el tiempo?

El frío es una sensación omnipresente en la vida cotidiana, una experiencia a la que el cuerpo constantemente reacciona y detecta. Esta percepción va más allá de simplemente sentir una brisa fresca o el tacto de una superficie fría; es una interacción compleja entre el entorno y el sistema nervioso, que tiene profundas implicaciones para la salud y el bienestar.

La percepción del frío se origina en la piel, la cual está repleta de receptores sensoriales especializados, llamados receptores de frío. Estos receptores están diseñados para detectar cambios en la temperatura de la piel y enviar señales eléctricas al cerebro para su interpretación. Cuando la temperatura del entorno disminuye, estos receptores se activan y transmiten señales al sistema nervioso central, creando la sensación de frío en la consciencia.

La sensación de frío tiene un impacto significativo en la vida cotidiana. Por un lado, es una señal de alerta importante para el organismo. Cuando se percibe frío, el sistema nervioso desencadena respuestas fisiológicas destinadas a mantener la temperatura interna corporal. Esto puede incluir el aumento de la producción de calor a través del metabolismo y la constricción de los vasos sanguíneos en la piel para reducir la pérdida de calor.

Además, la percepción del frío también juega un papel fundamental en la comodidad y el bienestar. La elección de la ropa adecuada, la regulación de la temperatura en espacios interiores y la adaptación al clima frío son ejemplos de cómo se responde activamente a esta sensación para mantener comodidad y salud.

Pero más allá de las condiciones climáticas, que por lo general es el factor principal para sentir frío, ¿qué es lo que ocurre cuando se siente frío de manera permanente? ¿Hay falta de alguna vitamina?

Efectivamente, algunos estudios han logrado demostrar que la sensación de frío constante puede estar relacionada con la deficiencia de vitamina D. Este es un compuesto liposoluble esencial para la salud ósea, la función inmunológica y la regulación de numerosos procesos en el cuerpo, incluida la función neuromuscular. Una deficiencia crónica de vitamina D puede afectar negativamente la función del sistema nervioso y la respuesta térmica del cuerpo.

La vitamina D juega un papel importante en la producción de neurotransmisores y en la función de los receptores nerviosos. Si hay una deficiencia de vitamina D, esto podría afectar la función de los receptores de frío en la piel y, por lo tanto, la forma en que el cuerpo percibe y responde al frío. Además, está involucrada en la regulación de la función muscular, lo que podría influir en la capacidad del cuerpo para generar calor en respuesta al frío.

Por otra parte, también se encuentra la vitamina B12. También conocida como cobalamina, este compuesto es esencial para múltiples funciones en el cuerpo, incluyendo la formación de glóbulos rojos, el mantenimiento del sistema nervioso central y la síntesis del ADN. Cuando hay una deficiencia de vitamina B12, varias funciones corporales pueden verse afectadas, desencadenando en problemas más graves como la aparición de anemia.

La falta de glóbulos rojos sanos o suficientes puede afectar la circulación sanguínea y reducir el flujo de sangre caliente hacia la piel. Esto puede dar lugar a una sensación de frío permanente sobre todo en manos y pies. Problemas circulatorios, de la tiroides o condiciones médicas específicas también pueden provocar eventualmente el frío en el organismo.

Para mantener el control sobre este desequilibrio de temperatura, la alimentación es fundamental. Por eso se recomienda el consumo de pescados grasos, alimentos lácteos fortificados, huevo, hígado y la exposición frecuente pero responsable al sol, para obtener los beneficios tanto de la vitamina D como de la B12.