¿Qué pasa en el cuerpo si se consume mucho atún?

El atún enlatado es una opción popular y conveniente para muchas personas debido a su sabor, versatilidad y fácil acceso. Su aporte nutricional es de proteínas y ácidos grasos omega-3, que son muy saludables. Con este, se pueden realizar múltiples preparaciones, desde ensaladas, platos de pasta, sándwiches, etc.

Sin embargo, a pesar de sus beneficios nutricionales, también es importante considerar los posibles efectos secundarios negativos de consumir atún enlatado de manera regular.

A continuación, le contamos los efectos secundarios que podrían surgir como resultado de su consumo excesivo, así como las precauciones que debemos tomar al incluirlo en la dieta.

Contenido de mercurio:

Una de las principales preocupaciones asociadas con el consumo de atún enlatado es su contenido de mercurio. El mercurio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en el medio ambiente y puede acumularse en los peces, incluido el atún, a lo largo del tiempo.

El consumo excesivo de mercurio puede ser perjudicial para la salud, especialmente para mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños. El mercurio puede afectar el sistema nervioso central, el desarrollo del cerebro y el sistema inmunológico. Por lo tanto, es recomendable limitar la ingesta de atún enlatado, especialmente en estos grupos vulnerables, y optar por opciones de pescado con menor contenido de mercurio.

Contenido de sodio:

Otro aspecto a considerar al consumir atún enlatado es su contenido de sodio. Muchas variedades de atún enlatado se procesan y se les agrega sal para aumentar su sabor y prolongar su vida útil. El consumo excesivo de sodio puede contribuir al desarrollo de hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y retención de líquidos.

Aquellos que siguen una dieta baja en sodio o tienen condiciones médicas que requieren restricción de sal deben tener precaución al consumir atún enlatado y optar por variedades bajas en sodio o enjuagar el atún en agua antes de consumirlo para reducir su contenido de sal.

Contaminación química:

Además del mercurio, el atún enlatado puede contener otras sustancias químicas contaminantes, como los bifenilos policlorados (PCB) y los dioxinas. Estas sustancias se encuentran comúnmente en el medio ambiente y pueden acumularse en los peces. La exposición crónica a altos niveles de PCB y dioxinas se ha asociado con efectos adversos para la salud, incluyendo problemas hormonales, trastornos del sistema inmunológico y mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer.

Si bien los niveles de contaminantes en el atún enlatado generalmente están dentro de los límites permitidos, es recomendable limitar el consumo de este pescado y optar por opciones de pescado más bajos en la cadena alimentaria que tienden a tener niveles más bajos de contaminantes.

Alergias y sensibilidad alimentaria:

El atún enlatado es conocido por ser uno de los alimentos que con mayor frecuencia causa alergias alimentarias. Las reacciones alérgicas al atún pueden variar desde leves, como picazón y enrojecimiento de la piel, hasta graves, como dificultad para respirar e hinchazón de la garganta.

Además, algunas personas pueden experimentar sensibilidad alimentaria al atún enlatado, lo que puede provocar síntomas digestivos incómodos, como dolor abdominal, hinchazón y diarrea. Si tiene antecedentes de alergia al pescado o sospechas de sensibilidad alimentaria, es importante evitar el consumo de atún enlatado y consultar a un médico si experimentas síntomas adversos.

Si bien el atún enlatado puede ser una opción conveniente y sabrosa, es relevante tener en cuenta los posibles efectos secundarios negativos asociados con su consumo excesivo. Es recomendable limitar el consumo de atún enlatado, elegir opciones bajas en sodio, enjuagar el atún en agua antes de consumirlo y explorar otras variedades de pescado con menor contenido de mercurio y contaminantes.

De igual manera, es fundamental mantener un equilibrio en la dieta y consultar a un profesional de la salud para obtener recomendaciones personalizadas.