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SEXO

Etiqueta en el sexo: 12 errores que usted no se puede permitir con su pareja

En las relaciones íntimas también existen reglas de buen gusto y cortesía que ayudan a mantener viva la llama de la pasión. Evite estas 12 conductas para no dañar un encuentro íntimo o acabar con una relación.

21 de marzo de 2020 Por: Meryt Montiel Lugo - Editora de Domingo

1. Irrespetar el nido de amor

Una habitación desordenada, donde predominen el desaseo, los malos olores, la cama revuelta, sin sábanas limpias, llenas de migaja o juguetes de los niños le baja la libido hasta al mismísimo Nacho Vidal.
Respete la cama. Aún si su pareja no lo observa, no haga en ella prácticas como el corte de las uñas de las manos y de los pies, depilarse las piernas o su zona íntima. Por más que limpie, algún rastro podría quedar.

2. Descuidar su aseo y presentación personal

Hoy, seguro que hay muy pocos amantes como Napoleón Bonaparte que, cuenta la leyenda, previo al encuentro con una amante le escribía para anunciarle sobre su llegada en pocos días y le pedía que no se bañara hasta el encuentro. Nada más desagradable y ahuyentador para un amante que los malos olores en boca, axilas, pies, senos, cabello, zonas genitales, ombligo o usar ropa interior en precarias condiciones de higiene. Y los caballeros, por favor: no combinen desnudez con calcetines puestos.

3. Atender Tv. y celulares

Nada de tener la televisión prendida por si transmiten otra vez el golazo con el que ganó su equipo favorito o mirar el final de la telenovela. Nadie es más importante que su pareja en la intimidad.

Así que tampoco, cuando estén en esos momentos de placer frene en seco para responder una llamada o mirar quién le dejó un mensaje. Eso es fatal. Enfría al más ardiente. Esa conducta le puede ocasionar una tarjeta roja para ser expulsado del dormitorio, además, con ella, se puede ganar la desconfianza de su pareja y su cantaleta toda la semana. El celular manténgalo apagado o fuera de la habitación.

4. Abusar del licor

De muy mal gusto es llegar a un encuentro íntimo con tufo, pasado de tragos, más, si no ha sido con su pareja con quien se los tomó. Se acepta, sí, una o dos copas juntos para relajarse un poco. Pero no se extralimite. El licor en pequeñas cantidades puede servir como estimulante, ya que disminuye las inhibiciones. Pero si se excede en su ingesta habrá un efecto depresivo en el sistema nervioso (y así, aunque usted no lo quiera, se cae ‘todo, todito, todo’). De acuerdo con los especialistas y ‘víctimas’ de este tipo de encuentros, los hombres suelen volverse torpes, toscos, babosos y las mujeres muy sensibles, lloronas y cansonas.

5. Tener ingesta de comidas copiosas

 Lo ideal es comer después de la cita íntima. Si usted come poco antes del encuentro su sistema digestivo requerirá de grandes demandas de energía para poder metabolizar las comidas recién ingeridas. Así que se sentirá pesado, sin ganas de nada. Además, puede tener flatulencias y ruidos intestinales que despedirá corriendo cual ‘Speedy González’ al más enamorado de los amantes. Además, recuerde que usted necesita un cuerpo más grácil, suelto, y con toda su energía puesta en el esfuerzo amoroso. Sí puede consumir ‘antes de’… comidas frugales, livianas, muy light.

6. Preguntar: ¿trajiste condón?

No solo es de mal gusto sino una irresponsabilidad y desconsideración con la ardiente pareja que en plena faena amatoria salga usted con pueriles preguntas como ¿tú trajiste condón? ¿Dónde es que está el condón? ¡Imperdonable!

El preservativo siempre debe estar a la mano, disponible, y hay que ponerlo de forma apropiada. Antes de la relación ojalá convengan sobre este tema. Lo más sano para su salud física y emocional es usar el preservativo, lo que les evitará no solo embarazos no deseados sino enfermedades de transmisión sexual. Esa excusa de que con condón no se obtiene el mismo placer pasó a la historia: ahora hay preservativos de todos los tamaños, sabores, colores y texturas.

7. Guardar silencio

No es nada glamuroso quedarse del todo callado durante la relación íntima. La verbalización, los gestos de agrado vienen bien antes, durante y después de…

Desinhíbase. En plena acción son tan válidas las palabras románticas como las de alto calibre. Eso sí, debe tener tacto para saber hasta dónde llegar con ‘esa’ pareja en particular.

Muéstrese original (a) y prudente. No use expresiones cual protagonista de película porno si el drama de la escena no lo amerita tanto y mucho menos emita gemidos o alaridos que lleguen hasta los vecinos.
Lo ideal es hablar sobre cada necesidad, gustos o preferencias, sin pena, antes de los encuentros.

Antes y después de intimar tenga tino para sostener temas agradables. Nada de recordar las deudas por pagar y la toma de decisiones importante son para otro momento. Dialoguen de aspectos que nutran la relación.

8. Excederse en la intensidad y posiciones extremas

 Se recomienda empezar con caricias suaves y no tocar en cuestión de segundos las zonas genitales, porque, además de que eso es abusivo y nada erótico, puede resultar doloroso. Hay mujeres a las que les han roto las siliconas por la brusquedad con que las tratan. Tampoco creer que tiene un gimnasta olímpico que lo tira y lo hala a su antojo porque, ojo: puede generar lesiones (caídas, fractura de pene y hasta hernias) que ponen en riesgo la salud. Y si se excede en fuerza  y velocidad y no se tienen una adecuada respiración y estado físico se puede desplomar por un infarto o un desmayo.

9. Dar la espalda y a dormir

Tampoco tiene perdón que haga como si el otro, después de entregarse de lleno a la pasión, no existiera para usted. No salga a fumar, a contestar llamadas, a trabajar en el computador ni deje a su pareja mirando para el techo. Mímense, entrecrucen sus piernas, prodíguense caricias. Eso sí, después de ese ratito, respete el sueño de su cónyuge, esto es comprensible porque durante el acto sexual se liberan oxitocinas, hormonas que pueden producir placer y somnolencia.

10. Usar frases trilladas

 “¿Te gustó?”“De 1 a 10. ¿cómo estuve?”. No, no, ¡por Dios! No busque que lo evalúen, que le digan mentiras piadosas. En su propio interior y por la expresión del rostro de su pareja (sobre todo de su mirada brillante y plácida sonrisa), usted bien sabe bien cómo le fue. Hacer el amor es una danza entre dos, si hay conexión, si están bailando maravillosamente bien sobra la pregunta.
Y si usted no funcionó, aunque sea por primera vez, no diga manidas frases como “esto nunca me había pasado”. Su pareja no le va a creer. Como tampoco si usted se va a la cama con alguien que acaba de conocer ahórrese expresiones como: “no creas que yo soy así. No sé qué me pasó. Es que contigo fue algo especial”. Son ya tan usadas que suenan falsas.

11. Sorprender con porno o juguetes sexuales

Está bien que busque ser creativo, pero no espere a su pareja en la intimidad con una película pornográfica si usted no está seguro de que esta se va a sentir cómoda viéndola. Hay hombres y mujeres que no encuentran placer al mirar este tipo de cine. Y mucho menos quiera sorprender a su cónyuge con látigos, disfraces, bolas chinas y vibradores si antes no han consensuado de experimentar con este tipo de juguetes. En ocasiones, un momento de intimidad también es llevado al traste por generar traumas con nalgadas y latigazos, que si bien pueden ser herramientas de excitación, debe ser convenidas. Si algo se hace a disgusto del otro no resulta nada glamuroso.

12. Apresurarse al baño

 Una vez termine el acto sexual no corra de inmediato al baño a ducharse. Con esa conducta le ‘dice’ a su pareja: ‘ya me satisfice, ya no me importas’; ‘‘qué asco lo que siento’. Tolere un rato esa incomodidad, a beneficio de la relación. Espere unos cinco, diez minutos y dedíquense a consentirse. En una relación sexual importa tanto el antes, como el durante y el después.

Fuentes: médico John Palacio, jefe del Área de Salud de la Universidad Santiago de Cali; terapeutas de pareja Martha Elena Osorio, Chiquinquirá Blandón y Carlos Alberto Segura.

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