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La excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez afirma que el país necesita ”no la Unidad Nacional de Santos, una unidad de politiquería; si no la unidad de los ciudadanos”. | Foto: Marcela Martínez - El País

MARTA LUCÍA RAMÍREZ

"Colombia avanza hacia un abismo de incertidumbre": Marta Lucía Ramírez

La excandidata presidencial afirma que el país necesita ”no la Unidad Nacional de Santos, una unidad de politiquería; si no la unidad de los ciudadanos”.

10 de mayo de 2017 Por: Judith Gómez Colley / Editora de poder

El Partido Conservador sigue “muy dividido entre los incondicionales del Gobierno, por razones que muchos llaman mermelada, y los que estamos preocupados con el futuro de Colombia y rechazamos que el partido se le haya entregado a este Gobierno”.

Así, la excandidata Marta Lucía Ramirez reitera su distanciamiento del Directorio Nacional Conservador que, asegura, está controlado por los congresistas, algunos de los cuales “están buscando cuál va a ser el mejor postor”, en lugar de trabajar para que la colectividad azul tenga una candidatura propia para las Presidenciales del 2018.
De ese propósito, y de sus críticas al Gobierno Santos, la conservadora habló con El País.

¿Cómo ve hoy al Partido Conservador?

Los principios del conservatismo están más vigentes que nunca: la defensa de las instituciones, del Estado de Derecho y el imperio de la ley, de la propiedad privada y de la convicción de la necesidad de un desarrollo económico que genere empleos de calidad y dignifique a la persona humana; la defensa de la familia y la dignidad del ser humano, todos esos son valores que esta sociedad necesita más, que nunca, la lucha contra la corrupción, son tantas cosas que está clamando a gritos el pueblo colombiano. Lamentablemente, la estructura y la organización del partido no está tan bien como quisiéramos, porque después de la campaña presidencial se ha mantenido muy dividido entre los incondicionales del Gobierno, por razones que muchos llaman mermelada, y los que no hacemos parte del Gobierno y estamos preocupados con el futuro de Colombia y rechazamos que el partido se le haya entregado a este Gobierno.

El presidente del Partido Conservador ha dicho que en las elecciones del 2018 van a ir con candidato propio. ¿Cree que eso sí será posible?


Pienso que el partido, en sus bases, que me han acompañado siempre y con las que me estoy reuniendo en todo el país, quiere la candidatura propia. Lo malo es que el Directorio Nacional Conservador está controlado por los congresistas, y allí hay de todas las especies: unos que quieren que el partido tenga candidatura y otros que están buscando cuál va a ser el mejor postor. Me dicen que hay algunos que le hacen línea a Germán Vargas, otros que buscan acercarse a Sergio Fajardo. Así es muy complicado tener certeza si el partido va a tener o no candidatura propia, pero quienes creemos en esas ideas, en esa doctrina, estamos trabajando para que la tenga.

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Hay candidatos vallecaucanos, entre ellos Ubeimar Delgado, que han dicho que por debajo de la mesa se están negociando cosas para que el partido siga siendo un apéndice del Gobierno...

No tengo la certeza, él debe estar mucho más informado que yo, tiene más contactos con el Congreso, pero si él lo dice, por algo será. Creo que debe haber un grupo de congresistas, sobre todo de la Costa, Efraín Cepeda, Roberto Gerlein, muy cercanos, muy apegados al gobierno Santos y eso es parte de la preocupación que tenemos. ¿Cuántos de ellos van a tratar de saltar del gobierno Santos a la candidatura del gobierno Santos? ¿Cuál va a ser la candidatura? No sabemos. Creo que el país tiene claro que va a haber dos candidaturas diferentes, que son dos caras de la misma moneda: Germán Vargas y Humberto de la Calle, y alguno de ellos seguramente saltará a una de esas candidaturas del Gobierno, una vez que se definan.

¿Qué posibilidades habría de que se unan partidos de derecha y el conservatismo?

Eso sería lo único lógico, porque en este momento, por encima de todo, hay que pensar en el país, en darle un rumbo claro, en devolverle toda la fuerza de las instituciones, hay que trabajar por lograr que la próxima Presidencia corrija el rumbo de Colombia, porque hoy estamos avanzando hacia un abismo de incertidumbre. Acá hay un caos, un gran desorden institucional y eso es muy peligroso para una democracia. Es el ejemplo que vemos todos los días en el espejo de Venezuela. No podemos permitir que eso le pase a Colombia y la única alianza coherente sería la centroderecha y eso es el Centro Democrático, sectores de las iglesias que no están muy afiliados al partido pero tienen una posición de centro derecha y mucha opinión.

¿Que el escándalo Odebrecht salpicara al presidente Santos no era una buena ocasión para que los azules salieran del Gobierno?


Cuando ya está comprobado que quien está en la Presidencia llegó la primera vez con una financiación indebida, muy posiblemente también se reeligió con una financiación indebida, pero lo lógico es que el Partido Conservador, sabiendo que tuvimos la posibilidad de ganar la Presidencia en el 2014, que tuvimos el 17 % de los votos contra el Gobierno, congresistas y contra todo, hubiera tomado la decisión de salirse del Gobierno, tomar distancia y decir esto nos parece inaceptable. Pero qué sucedió: quedaron de definirlo el 5 de abril, pero no pasó nada, Mocoa se volvió un pretexto para no decidir nada y ya vamos en mayo y nada que se reúnen y esto no da una buena señal, da un sin sabor de qué están calculando, qué están buscando.

¿Temen perder la mermelada?

Yo creo, y eso va a costar, les van a pasar la cuenta de cobro, porque uno no puede ser acomodado buscando en la política su beneficio personal, sino, por encima de todo, el beneficio de este país, y lo único que beneficia a Colombia es tener institucionalidad, posiciones absolutamente firmes en la defensa del Estado de Derecho y el imperio de la ley. Es inaceptable que alguien pase por encima de la Constitución y hoy se está haciendo en muchísimas de las reformas derivadas del acuerdo con las Farc y el ‘fast track’.

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¿Ve con buenos ojos que el expresidente Pastrana asuma la dirección del partido?

El Partido Conservador necesita recuperar su dignidad, su autoestima; en las bases está muy golpeado, en caída frente a la opinión pública. ¿Por qué si tenemos toda la doctrina nos perciben tan mal los colombianos? Por cuenta de que algunos congresistas nuestros se fueron detrás del Gobierno y de la mermelada. Recuperar esa autoestima y esa dignidad va de la mano de alguien que tenga una jefatura natural, que represente lo que ha sido el conservatismo siempre y que tenga credibilidad porque ha sido honesto en la política. El presidente Pastrana ha tenido responsabilidades y la más importante que podría tener hoy es conducir bien un partido como el conservador, para recuperar esa verdadera opción de poder y poder liderar el fortalecimiento de los poderes públicos, la separación de poderes, para eso se necesita a alguien que no tenga ningún rabo de paja, y Andrés Pastrana es de los poquitos que no lo tiene.

¿Cuál debe ser la fórmula para escoger candidato presidencial?

La consulta. Creo que la convención de noviembre fue un fiasco; estaba totalmente manejada, sabemos que muchos trajeron en buses y pagándole un millón de pesos a algunos de los convencionistas, eso es absolutamente inaceptable y está muy ligado con la reforma política y el régimen electoral: el país necesita un Consejo Nacional Electoral que actúe sobre el fondo, no sobre la forma. El CNE es una organismo aparente, cuando necesitamos uno que esté cuidando la democracia y la calidad de las elecciones. En esa consulta que tuvimos recientemente hay toda clase de vacíos, de atropellos y por eso a una convención de esas no nos podemos volver a someter. ¿Qué daría garantías? Una consulta popular y abierta, donde sea el pueblo él que decida quiénes son los candidatos a la Presidencia y a la Vicepresidencia, quién está en orden descendente de la preferencia de los colombianos para llegar a una candidatura que sea ganadora.

¿Cómo analiza las recomendaciones de la Misión a la reforma electoral?

Hay algunas recomendaciones que se reciben con suspicacia por el momento electoral, porque han debido venir hace tres años, pero no cuando estamos ad portas de la siguiente elección del Congreso y de Presidencia. Sí comparto la la necesidad de tener una verdadera Corte Electoral, porque el CNE es un organismo aparente, que representa los intereses de cada partido y no el interés legítimo de los colombianos de tener un sistema electoral creíble y blindado de cualquier tipo de interferencias. El inconveniente es un tema de timing más que otra cosa.

Pero la reforma electoral se quedó corta en el fortalecimiento verdadero de los partidos, tenemos que lograr partidos fuertes, pero con democracia interna.

Usted no quedó satisfecha con la renegociación del acuerdo de paz, ¿cómo ve hoy la implementación?

Es inaceptable que la implementación del acuerdo con las Farc toda se ha dirigido a blindar esas reformas y eso es justamente lo que tiene descontento al país y lo que hace más vulnerable ese acuerdo en el futuro, porque estoy convencida que mucha gente ve con preocupación toda esta reglamentación e implementación pisoteando la Constitución a punta de pupitrazos con el ‘fast track’.

La Justicia Especial para la Paz ha sido muy cuestionada. ¿La ve como un canto a la bandera?

Creo tiene un inconveniente y es que tiene un propósito clarísimo de limpiarle el prontuario a los de las Farc. Segundo, las ofertas del Gobierno de que iba a ser cuidadoso con los militares y que les daban garantías y beneficios, sí que ha sido un canto a la bandera. Vemos ahora a los de las Farc dando conferencias en la Feria del Libro y dando conciertos y a nuestros militares todavía presos... es una aberración jurídica que quienes defendieron el Estado y protegieron a los colombianos estén en la cárcel sin condenas o con condenas de 10 o 12 años, mientras los responsables de crímenes de lesa humanidad que tenían condenas de 40 años o más no van a tener ni un día de cárcel.

La última encuesta de Gallup reveló que mucha gente cree que la implementación de los acuerdos va por mal camino y considera que ni el Gobierno ni las Farc van a cumplir, ¿usted qué cree?

Era previsible que el Gobierno hizo tanto esfuerzo y le dio tanto afán por firmar el acuerdo que nunca hizo lo que era la mínima diligencia: haber presupuestado el acuerdo y definido etapas, priorización de las obligaciones, para ser muy claro con las Farc en qué se puede cumplir en 5, 10, 15 años, si es del caso. Como hoy no hay recursos suficientes para cumplir todo en un tiempo corto, lo que ha hecho el Gobierno es dejar al Estado en condición de incumplimiento y eso lo va a aprovechar las Farc en menos de un año y medio para decir que la sociedad colombiana y el Estado les incumplió y preocupa mucho que después vayamos a vivir ciclos nuevos de violencia y de degradación de esta situación de conflicto.

¿Cree que en la campaña presidencial que se avecina va a seguir la misma polarización frente a la paz o la corrupción será el tema?

Está polarización la originó el Gobierno Nacional precisamente por la manera en la que hizo el acuerdo, a la fuerza, imponiéndolo, sin buscar consensos con la sociedad. Su única preocupación fue el consenso con las Farc y no el consenso con la sociedad, por esa razón no es cierto lo que dicen que esto es Uribe-Santos, esto es una división de la sociedad originada por el propio Gobierno y ese es el peor legado que le puede dejar un mandatario a su país: un país fracturado, dividido, con un odio que no existía antes y, lo más grave, con una lucha social y de clases que tampoco conocíamos. Esa división se va a mantener y se necesita a alguien que llegue al Gobierno con verdadera devoción por Colombia y vocación de servirle al país diciendo: tenemos que recuperar un norte claro, fortaleciendo la institucionalidad y trabajando todos los días por volver a unir a los colombianos, pero no con la Unidad Nacional del presidente Santos, esa era una unidad de politiquería; la unidad que necesita Colombia es una unidad de ciudadanos.

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