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Pilotos aviones

No cabe duda que por remuneración y por condiciones laborales, los pilotos son unos privilegiados frente al resto de trabajadores nacionales. El problema es que ellos no se comparan con el mercado nacional sino que quieren tener las condiciones de las que gozan los pilotos en países como Kuwait. Lo que equivale a que yo reclamara que me paguen lo que devenga el editor del New York Times.

29 de septiembre de 2017 Por: Diego Martínez Lloreda

Diez días completa el país de semiparálisis por obra y gracia de 300 personas: los pilotos agrupados en la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles, Acdac, que entraron en paro debido a que Avianca, empresa para la que trabajan, no accede a satisfacerle sus caprichos.

Los protestantes son la quinta parte del total de los pilotos de la aerolínea y la mitad de los integrantes de ese sindicato. Pero debido al régimen laboral que, por cuestiones de seguridad tienen los pilotos, esta inmensa minoría ha logrado afectar gravemente la operación de Avianca.

Lo que equivale a colapsar el transporte aéreo en Colombia, debido a la posición dominante que Avianca tienen en ese sector: 65% de los pasajeros nacionales y 35% de los internacionales los moviliza esa empresa. Entre tanto, Latam, su más cercano competidor, apenas moviliza el 16% de los pasajeros nacionales.

Esa situación cuasi monopólica no es culpa de Avianca. Al contrario, esa posición se la ganó esa aerolínea porque ha apostado fuerte por el país, ha mejorado su servicio y hoy tiene una de las flotas más modernas del mundo. Entre tanto, la apuesta de la competencia ha sido tímida. Incluso empresas como Copa, que llegaron a ser fuertes en el país, hace algunos años decidieron abandonar este mercado.

Además, no nos digamos mentiras, a los colombianos nos gusta viajar por Avianca, así nos encante criticarla.

Todo lo anterior, por supuesto, lo saben los pilotos que se fueron a paro. Ellos tienen claro que una protesta de esas genera un caos en el país. Y le están apostando a que la presión de la opinión pública obligue a Avianca a concederles las estrambóticas peticiones que están haciendo.

Pero resulta que los colombianos no somos pendejos y nos ha quedado claro quién tiene la razón en este conflicto.

Cómo dice Gilberto Salcedo, saliente presidente de la Asociación Colombiana de Transporte Aéreo, Atac, “en Colombia los pilotos constituyen una élite social muy bien remunerada”.

Y es que mientras el sueldo de un copiloto está cercano a los $12 millones, el de un piloto alcanza los $20 millones. Además, con todas las prebendas, las primas de antigüedad y otros beneficios, un comandante de aeronave puede redondear los $30 millones.

Pero no sólo la remuneración es buena, el horario de trabajo es envidiable. Según un estudio realizado por Atac, un piloto, en promedio, trabaja siete horas diarias. Además vuelan solo tres horas al día en promedio y el resto del tiempo lo desempeñan en tareas administrativas. Lo otro es que los pilotos laboran aproximadamente 16 días al mes. El resto descansan.

No cabe duda que por remuneración y por condiciones laborales, los pilotos son unos privilegiados frente al resto de trabajadores nacionales.
El problema es que ellos no se comparan con el mercado nacional sino que quieren tener las condiciones de las que gozan los pilotos en países como Kuwait. Lo que equivale a que yo reclamara que me paguen lo que devenga el editor del New York Times.

Si yo fuera Germán Efromovich tampoco aceptaría las pretensiones de estos niñatos que tienen colapsado el país. Y haría lo que piensa hacer Efromovich: traería pilotos extranjeros y tomaría las medidas necesarias para normalizar la operación de Avianca.

Porque los usuarios no tienen porqué ser los paganinis de las avionadas de esa rosca privilegiada e insaciable.

Sigue en Twitter @dimartillo

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