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Rusia será “más fuerte” tras la rebelión del grupo Wagner, afirmó canciller ruso
Las autoridades rusas intentan dar una imagen de normalidad e insisten en que el país ha salido “reforzado” tras esta rebelión que, sin embargo, desencadenó la peor crisis desde la llegada de Putin al poder en 1999.
Rusia será “más fuerte” tras la fallida rebelión del grupo paramilitar Wagner, que hizo tambalearse al Kremlin la semana pasada, aseguró el viernes el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov.
“Rusia siempre ha salido más consolidada, más fuerte, de todas las dificultades (...) Así volverá a ser esta vez. Este proceso ya empezó”, dijo Lavrov en una rueda de prensa en Moscú.
Los combatientes del grupo paramilitar Wagner, dirigido por Yevgueni Prigozhin, otrora cercano al presidente Vladimir Putin, tomaron el viernes y el sábado pasado varias instalaciones militares en el sur de Rusia y se dirigieron luego hacia la capital.
La rebelión terminó el sábado por la noche tras un acuerdo que incluía el exilio a Bielorrusia de Prigozhin.
No se anunció ninguna sanción contra los amotinados, lo que muchos analistas y responsables occidentales han considerado como una señal de debilidad del Kremlin.
Las autoridades rusas intentan desde entonces dar una imagen de normalidad e insisten en que el país ha salido “reforzado” tras esta rebelión que, sin embargo, desencadenó la peor crisis desde la llegada de Putin al poder en 1999.
La rebelión fallida del grupo paramilitar Wagner en Rusia provocó la peor crisis a la que se ha visto confrontado el presidente Vladimir Putin desde su llegada al poder. Algunos puntos siguen siendo una incógnita.
¿Dónde está Prigozhin?
La última aparición del jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, fue el sábado por la noche, cuando abandonaba entre aplausos de varios habitantes la ciudad rusa de Rostov (suroeste), donde había tomado el control de un cuartel militar.
El Kremlin aseguró que el líder de los paramilitares tenía “la palabra” de Putin para dejar el territorio ruso hacia Bielorrusia, país aliado de Moscú, y que no sería acusado penalmente.
Pero una fuente de la Fiscalía general rusa, citada por las tres principales agencias de noticias del país, afirmó el lunes que “el caso no ha sido cerrado, la investigación continúa”.
El bloguero militar ruso Michael Nacke piensa que Prigozhin instalará la base para Wagner en Bielorrusia y proseguirá con las operaciones de su grupo en África.
Pero “Prigozhin se ha convertido en un blanco extremadamente vulnerable: puede ser encarcelado, pueden matarlo”, dijo a AFP.
¿Qué futuro para Wagner?
Prigozhin lanzó su insurrección armada días después de que Putin anunciara que los combatientes de Wagner tenían que firmar contratos con el ejército.
“Quieren desmantelar el grupo”, denunció el sábado Prigozhin.
El Kremlin dijo que los hombres que siguieron a su líder en la rebelión no serían acusados penalmente, en agradecimiento a sus esfuerzos en Ucrania, y que algunos, “si lo deseaban”, podrían pasar a formar parte del ejército.
Wagner afirmó este lunes que su principal sede, en San Petersburgo (noroeste), funcionaba “con normalidad de acuerdo con la legislación de la Federación Rusa”.
Según la analista independiente rusa Tatiana Stanovaya, “Putin no necesita a Wagner o a Prigozhin. Puede arreglárselas con sus propias fuerzas. Ahora está totalmente convencido”.
¿Qué consecuencias habrá para la cúpula militar?
El objetivo oficial de la rebelión de Prigozhin era el reemplazo del ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, y del jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov.
Por el momento, Putin no ha anunciado ningún cambio en la cúpula militar.
Guerasimov no ha aparecido en público por ahora.
“Bajo la presión (de Prigozhin), Putin no hará nada”, estima en Telegram el politólogo pro-Kremlin Serguéi Markov.
Para Rob Lee, del centro de reflexión estadounidense Foreign Policy Research Institute, los últimos acontecimientos “dan la impresión que Shoigu y Guerasimov eran débiles, pero también muestran hasta qué punto es importante para Putin tener personalidades leales a cargo de sus servicios militares y de seguridad”.
¿Prigozhin actuó solo?
Un hecho es incontestable: los combatientes de Wagner consiguieron en 24 horas tomar el control de una parte de Rostov, con un millón de habitantes, y a acercarse hasta 400 km de Moscú, o incluso 200 km según Prigozhin.
El líder de Wagner, que aseguró que tomó el cuartel de Rostov “sin un sólo disparo”, ¿tuvo ayuda desde el interior, como piensan algunos? ¿O bien actuó viendo que se cerraba el cerco alrededor de su grupo?
Las declaraciones del primer jefe adjunto del servicio de inteligencia militar ruso (GRU) sembraron dudas: en un video publicado el sábado, Vladimir Alekseyev insta a los hombres de Wagner a abandonar su rebelión, al mismo tiempo que parece burlarse de Shoigu y Guerasimov.
“Llévenselos”, dice con un gesto con la mano.
¿Qué impacto para la ofensiva en Ucrania?
El Kremlin aseguró estaba “fuera de toda cuestión” que el frustrado motín afectara a la ofensiva militar en Ucrania.
Pero lo cierto es que podría impactar en la moral de los soldados rusos, según los analistas, máxime cuando se enfrentan a oleadas de asaltos ucranianos desde hace semanas.
La milicia Wagner representaba una de las fuerzas más combativas en los rangos rusos, y estaban en primer línea de la larga y atroz batalla de Bajmut (este de Ucrania).
Pero en el terreno, “desde (la toma de) Bajmut (en mayo), el ejército dependía menos de Wagner”, matiza el analista militar Michael Kofman.
“Wagner no era utilizado para la defensa en el sur”, una de las principales zonas donde las tropas de Kiev intentan abrirse paso entre la defensa rusa, señala.
*Información de AFP*
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