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Claudia Johana Rodríguez tenía 40 años de edad y laboraba como optómetra en un local comercial de Bogotá. | Foto: Colprensa y Facebook de Claudia Johana Rodríguez.

BOGOTA

La historia de violencia oculta tras el crimen de Claudia Johana Rodríguez en Bogotá

La mujer, secuestrada y asesinada por su expareja en Bogotá, se había separado del homicida y mudado a la capital huyendo de una posible agresión. El sujeto, muerto a manos de la Policía, ya había tenido una condena de 22 años por atentar contra la vida de su primera esposa.

11 de abril de 2017 Por: Redacción de El País y agencias

Claudia Johana Rodríguez, la mujer que fue tomada como rehén y asesinada en la noche de este lunes en el Centro Comercial Santa Fe de Bogotá, encarna la desoladora situación que padecen miles de colombianas acosadas por la violencia sexual.

Rodríguez, de 40 años de edad, optómetra de profesión, se encontraba a las 7:20 de la noche de este lunes terminando su turno de trabajo en una sucursal de  Ópticas GMO, dentro del centro comercial, cuando fue atacada por su expareja, un hombre que primero la retuvo y luego le propinó dos disparos en el tórax causándole la muerte.

El sujeto, identificado como Julio Alberto Reyes, de 42 años de edad, nacido en Cali, ingresó al establecimiento comercial varias horas antes del ataque y había estado "merodeando el lugar de los hechos", según cuenta la Policía Nacional.

Incluso, dice el comandante de la Policía de Bogotá, Hoover Penilla, citando a testigos, que "el hombre había ingresado varias veces a hablar con ella, y fue en la última ocasión cuando se desarrollaron los hechos".

Después de algunas horas, con un arma de fuego en las manos, tomó por asalto el lugar, hizo salir a los otros trabajadores que acompañaban a la mujer y la retuvo.

El centro comercial fue evacuado en un 90% una vez se conoció la situación que se vivía en la Plazoleta Italia, en el segundo piso, muy cerca de la tienda de Falabella. Hombres de la Policía, el Gaula y el grupo especializado Goes llegaron al lugar para hacer frente a la situación.

Según explicó el general Penilla, las autoridades aplicaron e protocolo de negociación determinado para estos casos. Sin embargo, "después de dos horas y media se concluyen los protocolos y se toma la decisión de intervenir, pues teníamos como imperativo prestarle atención médica a la persona que había sido herida en un comienzo. Lamentablemente, la mujer ya había fallecido momentos antes”.

En el operativo el agresor recibió varios impactos de bala y murió poco después en la Clínica Cardio Infantil de Bogotá.

"Una muerte anunciada": Policía

La pareja, que deja un menor de un año de edad, había decidido terminar su relación sentimental hace apenas un mes en Medellín, razón por la que ella se había trasladado a Bogotá con sus dos hijos: el menor de un año y una adolescente de 14 años de edad que había nacido en una relación anterior.

"Ella decidió dejarlo hace un mes, después de una agresión física muy violenta, la dejó toda morada, tanto que en ese momento Claudia decidió irse a Bogotá, donde ella también pide protección, pero en el CAI le decían que el papá también tenía derecho a ver al bebé", comentó Fernando López, cuñado de la víctima.

Se habían conocido en la cárcel La Modelo de Bogotá, cuando Cluadia Johana prestaba servicios de salud como optómetra. Allí, Reyes pagaba una pena de 22 años justamente por atentar contra la vida de su anterior esposa y asesinar a dos personas, en una situación casi calcada de la que ocurrió este lunes.

Fue el 2 de mayo de 2006, cuando Reyes ingresó al ‘Bar Combo Combo’, del Centro Comercial Bachué II de Bogotá, y disparó en contra de María Margarita Acosta, para entonces su esposa, al igual que contra sus dos hermanos Paola Cristina y Carlos Eduardo, quienes administraban el lugar, y a Omar Leonardo Díaz, un amigo de ellos.

Por estos hechos, fallecieron Paola y Omar, mientras María Margarita quedó herida y con 45 días de incapacidad. Lo mismo sucedió con Carlos, gracias a una oportuna atención médica.

Reyes ingresó tres días después de dicho ataque a la cárcel Modelo de Bogotá, en donde enfrentó el proceso penal por los delitos de homicidio y tentativa de homicidio, los cuales no aceptó en un comienzo, pero sí cuando la Fiscalía presentó la acusación en su contra, a fin de obtener una rebaja del 50% de la pena. Por esta razón, el Juzgado 13 Penal del Circuito de Bogotá lo condenó el 13 de octubre de 2006 por sentencia anticipada.

El fallo fue apelado y el Tribunal Superior de Bogotá lo dejó en firme el 31 de enero de 2007, dejando intacta la pena e imponiendo una accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas por un término de 20 años.

Luego, la Corte confirmó el fallo y señaló que los exámenes psiquiátricos advertían que, a pesar de sus padecimientos, tenía plena capacidad de comprensión, autodeterminación y discernimiento “esto es, su condición de imputable para el momento de los hechos, así como su facultad para entender y decidir los asuntos tratados en las audiencias del proceso penal”.

En 2016, Reyes sale de la cárcel La Modelo y continúa su relación sentimental con Claudia Rodríguez.

Según la hermana de la víctima, Liliana Rodríguez, habían tenido una relación marcada por la violencia sexual, incluso, él ya había sido denunciado ante las autoridades competentes.

"Ella denunció ante las autoridades que su marido le decía con frecuencia que la iba a matar, y nadie le prestó atención. La gente no nos puso cuidado, ni la Policía ni la Fiscalía, le dijo a a Blu Radio.

"Él también me amenazó a mí, me dice que yo soy la culpable de que ellos se separaran", agregó la hermana de la víctima.

Sin embargo, el oficial aseguró a Caracol Radio que la Policía sí tenía registro de las denuncias y mantenía "medidas preventivas" en su lugar de residencia de Medellín, con las que "se restringía a este sujeto acercársele o tener contacto con ella. Por eso en la residencia donde vivía en Medellín tenía la protección del cuadrante. Una vez llega a Bogotá se hace lo mismo con el cuadrante correspondiente a su vivienda, pero ella no radicó su lugar de trabajo como lugar de protección, pues ella rotaba constantemente el local de la empresa donde trabajaba".

"Era la crónica de una muerte anunciada. Una persona con un nivel profesional va a una cárcel, conoce a otra persona, se da cuenta de sus antecedentes plenos y aun así establece una relación sentimental con él, y a nivel de su familia siempre existió el temor de esta situación", dijo al respecto el comandante Penilla.

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