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Amenazan de muerte a empleadas que ubicaron grabadoras en la Corte Suprema

Maria Torres, una de las empleadas de la Corte Suprema de Justicia, encargada de infiltrar la Corte por orden del DAS fue amenazada de muerte. En este momento declara en la Fiscalía y desde la propia Corte se reclamaron medidas de protección.

6 de septiembre de 2010 Por: Elpais.com.co l Colprensa

Maria Torres, una de las empleadas de la Corte Suprema de Justicia, encargada de infiltrar la Corte por orden del DAS fue amenazada de muerte. En este momento declara en la Fiscalía y desde la propia Corte se reclamaron medidas de protección.

María Torres y Blanca Janeth Maldonado, las dos empleadas de la cafetería de la Corte Suprema de Justicia y quienes agentes del DAS usaron para ubicar grabadoras en la Sala Plena del Alto Tribunal y de esa manera seguir ilegalmente a los magistrados, están siendo amenazadas.La denuncia la hizo el presidente (e) de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Jaime Arrubla Paucar, tras manifestar que Torres, quien aún permanece vinculada a la Corporación, fue intercepta en la mañana de lunes cerca al Palacio de Justicia por dos sujetos armados quienes se movilizaban en una motocicleta para intimidarla.“Ellas nos atienden en servicios generales, una en el cuarto piso, la otra en el tercero, en Sala Plena y Presidencia”, dijo Arrubla antes de narrar los hechos que de inmediato fueron puestos en conocimiento de las autoridades.“María Torres, una de las involucradas fue interceptada por una moto, y amenazada por sujetos con armas”, precisó Arrubla quien miró con preocupación que se estén presentando hechos de este tipo luego de que se hubiera dado a conocer los detalles del expediente.“Afortunadamente esa situación se abortó… ella pudo zafarse de allí… pero ahora su vida corre peligro”, manifestó el magistrado y de inmediato señaló que para ella y su compañera fue reclamada de inmediato la seguridad “ya la pedimos, de inmediato… ellas son personas que así hubieran faltado a sus deberes… son seres humanos y merecen toda nuestra consideración y protección”, dijo.Según el magistrado los hechos que rodearon a María Torres sucedieron a pocos metros de llegar al Palacio donde aún continúa vinculada laboralmente, hasta tanto la Corte tome alguna decisión. Según lo narró el magistrado, por las referencias dadas por la mujer los sujetos que la interceptaron preguntaron por su nombre para tratar de establecer si ella era realmente a quien buscaban, logró huir del lugar hasta refugiarse en el alto tribunal.“Ella trató de negarlo, se puso llorar y afirmó que tenía hijos”, señaló Arrubla con pocos detalles de lo que sucedió. “Ella llegó aquí en un estado de nervios bastante complejo…”, dijo.Frente a la ausencia de decisiones por parte de la Fiscalía Arrubla dijo respetar mucho a la Fiscalía, no intervenir en las determinaciones de esta última entidad y espera que se conozcan los nombres de quienes estuvieron tras esos hechos.“Unas mentes oscuras y perturbadas planearon todo esto… siempre he pesando que ha sido con el objeto de intimidarnos… yo no creo que quienes estuvieran tras todo esto creyeran que en la Corte hubiera sentado un guerrillero… no… fueron acciones para presionarnos e intimidarnos, para amenazarnos. Lo que querían era crear caos en la Corte con intimidaciones, interceptaciones y amenazas a las familias”, consideró Arrubla.Por ahora las dos mujeres aún continúan vinculadas a la Corte hasta que los magistrados se reúnan y adopten una decisión al respecto. “A la Corte no la intimidan con amenazas e intimidaciones”, manifestó Arrubla.Se espera una reunión entre los magistrados y la Policía para que se revisen los sistemas de seguridad, las instalaciones, los sistemas de comunicación y para que se adopten las medidas correspondientes.“El designio criminal permitió que llegara hasta donde llegó”, dijo la Arrubla al rechazar los hechos sucedidos y que comprometen a sus propios ex empleados y dijo no conocer de las relaciones que una de las mujeres involucradas en el caso hubiera sido presionada por tener un familiar cercano vinculado con un proceso judicial.

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