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Niños exploradores | Foto: Archivo El País

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10 actitudes de los niños que deberían recuperar los adultos

Hoy, en el Día de los Niños, conozca algunas de las lecciones que ellos nos dejan con sus actitudes y formas de afrontar la vida diaria. Tome nota de la siguiente guía.

31 de octubre de 2017 Por: Redacción de El País 

Eso de no “dejar crecer al niño interior” no es tan cliché ni tan descabellado. Aunque nos pasamos la vida intentando dejar atrás la infancia y ser más responsables, deberíamos adoptar algunas actitudes de nuestra infancia, que según los psicólogos nos ayudarían a fomentar la creatividad y el entusiasmo.

Dicen también que un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido, ya que ha conservado su curiosidad innata, el “yo puedo hacerlo”, el liderazgo natural y el ánimo que hace que no se pierda el disfrutar cada instante ni capacidad.

A eso se suman otras cualidades como superar los obstáculos, expresar las emociones, no tener límites ni temor al ridículo.

Disfrute el momento

Para un niño es igual si está en la escuela, en su casa o en un parque de diversiones, para los más pequeños todo es juego, todo es emoción. No saben de etiquetas ni de rutinas, en cambio le encuentran siempre el lado divertido a todo. Sus problemas de chicos, como la tarea, el regaño, una pelea, los superan rápidamente y pasan la página.

Exprese y no tema al ridículo

Los niños no tienen un sentido del ridículo, para ellos es fácil dejar salir sus emociones justo como llegan, eso hace que no se tomen a pecho nada. Si son felices lo demuestran sin tapujos, así también suelen dejar salir sus lágrimas, si sienten que algo los atormenta. Eso hace que se sientan geniales, tras aceptar sus emociones. No saben de autocensuras, así que suelen atreverse a decir lo que piensan y a hacer lo que quieren. Su lema es “si te divierte y no daña a nadie, hazlo”. Así que conviértase en un niño y deje atrás tanto temor al “qué dirán”.

No se limite

Yo puedo solo”, “Déjame hacerlo a mí”, son algunas de las frases con las que los niños nos sorprenden. Así les cueste trabajo llevar a cabo una tarea, los niños parecen estar dispuestos a probar hacer las cosas por sus propios medios. Así que sea un niño en ese sentido, no deje que nadie le diga qué puede o no hacer, las limitaciones están en la mente y las barreras están para ser superadas.

Cero prejuicios

Los niños no conocen la palabra “prejuicio”. No creen en nada que sean ideas preconcebidas o juicios a priori. Ven la vida de una manera sencilla y dicen las cosas tal como las ven y las sienten.

Para ellos el mundo es mucho más fácil de lo que creen los adultos. Entonces por qué no adoptar esa idea y dejar atrás todo aquello que nos hace ver la vida de una manera más compleja y poco divertida.

Eso hace que se relacionen fácilmente con otros y que tengan amistades duraderas y plenas.

No pierda el asombro

l mundo está lleno de cosas asombrosas, solo que al crecer nos olvidamos de su existencia. Los niños viven con esa ilusión por descubrirlas y eso hace que siempre tengan el combustible para alcanzar los sueños: la motivación. Cuando crecemos vamos dejando atrás las ilusiones y nos volvemos más pragmáticos, lo que no nos deja avanzar y nos hace estancarnos. No hay que tener miedo de explorar, aunque sepamos que puede haber tropiezos. Déjese sorprender y asombrar.

Sea curioso

Adora Svitak, la conferencista más joven en pasar por TED, dice que otro acierto de los niños es “no hacer mucho caso a los mayores”, porque muchos adultos olvidaron cómo divertirse. Según ella hay que ser como un niño, porque “en realidad quien se asume adulto siempre, siente envidia porque en realidad le encantaría sentarse en el suelo a pintar”.

Pregunte y pida ayuda

Debido a una pena injustificada, a un ego que impide al adulto aceptar que desconoce un tema, muchos no preguntan, para no quedar como imbéciles y se pierden de aprender cada día más. Los niños, en cambio, preguntan lo que quieren, y si lo necesitan, piden ayuda. Para ellos es normal no saberlo todo. Y así debería ser el adulto. La vergüenza a preguntar es una tontería que únicamente nos lleva a perdernos de aprendizajes maravillosos. Así que si en algún momento tiene una duda, sea como un niño, decidido a obtener la mejor respuesta sin sentirse mal.

Descanse si el cuerpo se lo pide

Si ya no le quedan energías para su jornada diaria, lo único que va a conseguir es enfadarse o amargarse. En ese sentido los niños sí que saben disfrutar la vida. Ellos no tienen reparo en hacer respetar su tiempo de descanso. Si tienen sueño, duermen; si están cansados, buscan la manera de relajarse. El sueño reparador hace que los problemas los veamos mucho más sencillos después. Sea como un niño, duerma y al despertar, sonría.

Aprenda cosas nuevas

Quítese de la cabeza la absurda idea de que “loro viejo no aprende a hablar”. Si conserva su espíritu de niño aprenderá cosas que no creería que aprendería, disfrutará aún más del aprendizaje y esto lo ayudará a motivarse más. Adquirir nuevos conocimientos, ya sea en un campo profesional o personal, lo llevará a utilizar su creatividad, a mejorar su estado emocional y su salud física. Practicar un nuevo deporte, aprender un arte, iniciar un emprendimiento, lo hará sentirse feliz y realizado. Los niños todos los días están en constante aprendizaje, en eso deberíamos imitarlos. Qué tal si nos ponemos la tarea divertida de aprender algo nuevo, para que la monotonía no nos lleve a pensar “estamos viejos para eso”.

Sea honesto

Esta cualidad que tienen de sobra los niños sí que les cuesta a muchos políticos, que parecieron perderla cuando empezaron a crecer.

La honestidad es algo que brota a borbotones en los niños. Deje que la verdad sea su mejor aliada, acompañada por la empatía y la sabiduría que se adquiere en la edad adulta. Aunque a veces para algunos pueda ser duro escuchar la verdad, la gente confiará en usted.

Si cuando era niño, sus padres le enseñaron a decir la verdad, sin importar las consecuencias, no pierda esa sana costumbre de la honestidad.

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