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“Los códigos sexuales de los puritanos, que se volvieron los de América, no son más que un puñado de reglas de gente que considera todo placer como sospechoso”. H. Hefner. | Foto: Archivo/ El País

HUGH HEFNER

Estas son las lecciones sobre sexo que dejó Hugh Hefner

Tras el fallecimiento del creador del emporio Playboy, Hugh Hefner, recopilamos algunas de sus polémicas ideas y conclusiones sobre liberación sexual y placer.

8 de octubre de 2017 Por: Redacción de El País 

Hugh Hefner, fallecido el pasado 27 de septiembre por muerte natural, fue creador de una máquina proveedora de placer llamada Playboy, tan buscada como condenada, tan literal como incomprendida.

Proveniente de una familia metodista y puritana, en la que hablar de sexualidad era una posibilidad nula, Hefner se convirtió en ícono pop al ser defensor de las relaciones sexuales prematrimoniales, de los derechos homosexuales y el aborto.

Para muchos se trató de un liberal, transformador de las actitudes sexuales de los estadounidenses y quien abrió las puertas para que disfrutaran del sexo sin tapujos ni represiones puritanas.

Hefner quiso eliminar la doble moral en la premisa “el sexo se vende y se compra, como una transacción entre adultos” pero, más allá de ser un negocio, Playboy se convirtió en una vitrina codiciada por miles de jóvenes, ansiosas de fama e inmortalidad, dispuestas a quitarse la ropa ser portada de la revista más ‘cool’ de todos los tiempos, por lo cual Hefner fue acusado de “cosificar” a la mujer.

Se dice que para alimentar su mito de eterno seductor les pagaba 1000 dólares semanales a las modelos por convivir con él en la Mansión Playboy -ubicada en Chicago y luego en Los Ángeles- y su trabajo sería ser sus “novias oficiales”.

Hefner solía decir que no necesitaba “buscar ni conquistar mujeres. Ellas me buscan a mí. Han crecido con mi revista y sueñan con vivir en la mansión Playboy. Todos los domingos celebro una fiesta en la piscina y hay una larga lista de chicas a las que les gustaría broncearse conmigo en topless, por ocupar las páginas centrales del mes”.

Pero, más allá de que este hombre que aseguró haberse acostado con más de 1000 mujeres fuera un gran amante o una leyenda generada a partir de la imagen que creo de su hermética mansión, lo cierto fue que dejó reflexiones sobre el sexo que vale la pena repasar.

El Viagra y sus juguetes

Para Hefner tener juguetes sexuales era parte de sus relaciones cotidianas. Luego de sus orgías les pedía a sus empleados que los lavaran y esterilizaran para luego guardarlos como implementos
sagrados en un recinto especial.

Por más de 20 años fue consumidor empedernido de Viagra, y decía que era incapaz de vivir sin él. “Es un medicamento milagroso que parece inventado para mí. El efecto es natural; a diferencia de lo que cree mucha gente, no provoca una erección automática. Sólo influye sobre el sistema circulatorio cuando se siente excitación sexual y, entonces, en efecto, proporciona una erección impresionante. Así se elimina cualquier inseguridad respecto al rendimiento. Créame: esta pastilla también me habría venido muy bien cuando tenía 30 años”, dijo ‘Hef’. Sin embargo, varias de sus exconejitas confesaron que el magnate durante sus relaciones se sentaba con su falsa erección a esperar que cada una se sentara por dos minutos, convirtiéndose
en algo rutinario.

No aburrirse del sexo

El sexo jamás podrá volverse rutinario. Para Hefner se trata de “la mayor fuerza de la vida. Es diversión, amor, relajación y reproducción. El mundo sigue girando gracias a él”. Al acumular tanta experiencia, dijo que lo más importante era formar la propia sensibilidad hasta sentirse casi como una mujer. Para las noches recomendaba su revista como inspiración acompañado de luces bajas, tragos, jazz, reflexiones profundas y deseos aún más profundos.

Sobre el sexo y la vida política

Hugh Hefner fue puntilloso al comparar la mojigatería sexual con las posturas coercitivas de las sociedades menos democráticas, en frases que se han hecho famosas como: “No creas una sociedad
autoritaria hasta que no controlas las elecciones privadas de las personas, y estas incluyen las elecciones sexuales”.

Gigoló romántico

Pese a que Hugh Hefner era visto como un adicto al sexo, él aseguraba ser más bien un “prisionero del amor”. En varias de sus entrevistas dijo ser “un auténtico romántico que necesita sentimientos fuertes y lleva siempre el corazón en la mano. No quiero renunciar a la capacidad de asombrarme, y me encanta sentir un vuelco en el corazón. Eso pertenece al niño que hay en mí”.

También llegó a decir que el porno duro nunca había sido lo suyo.
Pero dijo que el sexo romántico se basa, en cambio, en el secreto, en lo no mostrado, en lo sugerido.

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