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Vista de la sección de 'Todo a $1000' en frutas y verduras de una almacén Éxito, en el sur de Cali. | Foto: Andrés F. Martínez / El País

COMERCIO

¿Para qué alcanzan mil pesos en Cali?, en este recorrido lo averiguamos

Aunque su valor se ha depreciado, y la inflación la persigue, la más grande de las monedas del país sigue teniendo usos cotidianos en el mercado. Esto encontramos.

14 de julio de 2019 Por: Andrés F. Martínez / Reportero de El País

En la tarde de un domingo como este, en los años 90, un caleño que tuviera mil pesos en el bolsillo podía invitar a un amigo a ver un partido del América desde la grada oriental del Pascual Guerrero; o podía, con las mismas monedas, verse la película de moda en el popular Teatro San Nicolás.

Con mil pesos, en esa época, el mismo caleño podía pagar un galón de gasolina para armar un paseo a los ‘charcos’ del río Pance, o comprarse una cajetilla de 20 cigarrillos de marca Imperial.

Hoy, evidentemente, mil pesos ya no alcanzan para lo mismo. La moneda de la tortuga caguama y su equivalente, el billete de Jorge Eliécer Gaitán -que en el año 74 pudieron ser incluso un salario mínimo-, son usados ahora para completar montos más grandes o para las ‘vueltas’ en el comercio.

Sin embargo, los tijeretazos de la devaluación del peso no han logrado cortarle del todo su poder en las compras cotidianas de los colombianos.

Para mostrarlo, hicimos un recorrido por tiendas, papelerías y supermercados de la ciudad buscando los productos que estén al alcance de solo mil pesos -y nada más-.

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Lo del almuerzo 

Sin duda, frutas, verduras y legumbres son buenos ‘amigos’ de la moneda de $1000. Los elementos básicos de la cocina de los caleños se pueden encontrar a granel o en pequeños paquetes por ese valor.

En la tradicional galería Alameda se ubica el toldo de productos frescos ‘El Calidoso’. Allí, don Hernán, a cambio de mil pesos, está dispuesto a entregar un kilo de limón pajarito, una libra de zanahoria o de papa parda o un cuarto de libra de fríjol o arveja.

Al lado, en la mesa de frutos pequeños, por la moneda dorada se empacan doce fresas, doce moras o doce uchuvas; o un cuarto de libra de agraz.

Muy cerca de las frutas, en la ‘Comercializadora El Edén’, la vendedora Laura señala toda una estantería de pequeñas bolsitas de distintos colores cuando le preguntan por productos de a mil. Se trata de raciones de aliños molidos como ajo, cúrcuma, tomillo, laurel, orégano, comino y pimienta. Todos por el mismo valor.

También en ‘grandes’ superficies

Las ‘gangas’ por mil pesos no son exclusivas de la popular galería, también supermercados como La 14, Éxito o Superinter cuentan con góndolas de ‘Todo a $1000’.

De ello da cuenta la señora Lyda Gil, quien suele comprar mallas de tomate y de cebollas en un punto Éxito del sur de Cali. “Estos paqueticos son buenos. Yo siempre veo que las cosas estén bien seleccionadas, y que los tomates estén duritos”, dice.

En dicha góndola de paquetes de $1000 se encuentran atados de aguacate hass (4 unidades), zanahorias (6), ollucos, pepinos (3), pimentones (4), mandarinas (6), curubas (6) y otros variados productos.

Fuera de la góndola, en los estantes apilados al interior del almacén se encuentran otros productos empacados que también rodean el valor de $1000.

Algunos de ellos: una bolsa de 500 gramos de lentejas de marca blanca o de arroz Blanquita; la misma cantidad de maíz pira, harina Haz de Oros o azúcar. También, paquetes de 250 gramos de fideos cortos Frescampo, tallarines La Muñeca, o conchas Doria.

En el centro

Cuando se buscan precios bajos en Cali se debe pensar en el centro de la ciudad. Caminar los agitados andenes de la Calle 15 o la Calle 13 puede ser una oportunidad para encontrar tiendas diseñadas para ofrecer productos a $1000, $2000 y $3000.

Una de ellas, Imperio Paisa, ofrece en la categoría de mil pesos artículos de distinta índole: bolsitas de geles y cremas para peinar, un juego de cucharas pequeñas, utensilios para pedicure, peinetas pequeñas, kits de llamativas moñas y ganchos para el cabello e incluso un par de pilas de marca Panasonic.

Jhorman, administrador del local, asegura que aún hay muchos usos del más pequeño de nuestros billetes. “De estos sitios hay varios aquí en el centro. Y aquí usted encuentra de todo: piñatería, aretes, cosas de cocina, cocas para el almuerzo...”, dice.

A pocas cuadras, en la Carrera 9, la ‘Comercializadora 40’ tiene elementos de papelería y útiles escolares que se ajustan a los $1000. Allí, la vendedora Estefanía lista varios productos: un cuaderno cosido de 50 hojas, lápices, sacapuntas, colbón, ‘pega-stick’, o un vinilo pequeño.

Aunque valiosos, tanto estos artículos como las frutas en la plaza de mercado Alameda o los granos en el Éxito, se quedarían cortos ante las expectativas del mismo caleño de los años 90 que podía comprar la boleta para ir al estadio con mil pesos. Hoy esta persona tendría que conformarse con adquirir unos chicles en su visita al Pascual o unas galletas en el cine.

¿Devaluado?

En un sondeo realizado en la página de Facebook de El País los usuarios manifestaron su ‘alarma’ por la pérdida de valor de la moneda, pues para algunos $1000 ya no alcanzan “para nada”.

Sin embargo, el analista Julio César Alonso, de la Universidad Icesi, señala que lo importante para revisar es la evolución del poder adquisitivo de los hogares. “Lo clave no es el volumen de ceros que se vea allí, sino el nivel de ingreso y el poder adquisitivo de las personas, que afortunadamente ha aumentado, pues los precios no han crecido al mismo ritmo de la inflación, y los ingresos han aumentado”, dice.

Es así como la capacidad de gasto por persona ha venido creciendo en los últimos años. Mientras que en junio del 2011 el gasto per cápita era de $ 689.111, en el 2019 fue de $1.207.093, según datos de la firma Raddar.

Con mil pesos, en una ferretería del barrio Alameda se consiguen diez clavos de acero, tornillos de una pulgada, lijas, cinta de teflón para plomería, entre otros artículos.

La alcancía: el mejor uso para algunos

Más allá de los productos que se pueden conseguir con ellas en el comercio, las monedas de $1000 se han convertido en las preferidas de los colombianos para ahorrar por fuera del sistema bancario en alcancías o ‘marranitas’.

“Cuando me las dan, no me las gasto. Las meto a la alcancía. Hace poco logré ahorrar $ 200.000, y los usé para completar un arreglo de los baños de la casa”, cuenta Rosario González, una de muchas ciudadanas y ciudadanos que han decidido usar esta denominación para el ahorro.

Incluso, el Banco de la República ha lanzado advertencias al respecto en años anteriores por la escasez de estas monedas que ha provocado la acumulación informal en los hogares.

“La alta demanda que se ha venido observando de estas denominaciones está influenciada por el atesoramiento (alcancías) que el público está haciendo de estas monedas, lo que restringe su libre circulación como medio de pago”, dijo el banco central en un comunicado el año pasado.

En alimentos procesados, los mil pesos alcanzan para productos pequeños de confitería: galletas, chicles, chocolatinas, papas fritas y platanitos, entre otros.

En la tienda de descuentos D1 se encuentran por mil pesos: máquina de afeitar, alcohol (300 ml.), cepillo de dientes, toallitas húmedas (10 und.), jabón de ropa en barra o una esponja lavaplatos.

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