Tahití vs. España, un choque desigual

Un triunfo podría asegurarle a la Roja el boleto a semifinales, dependiendo del resultado del otro desafío entre Uruguay y Nigeria en Salvador.

Cinco, Seis, Siete. ¿Cuántos goles le meterá España a Tahití? Esa parece ser la única duda para su duelo del jueves en Río de Janeiro por la segunda fecha del Grupo B de la Copa Confederaciones, en la que el campeón del mundo y de Europa enfrenta a una selección de camioneros y obreros de la construcción que ocupa el puesto 138 del ranking mundial. Con una actuación magistral, especialmente en el primer tiempo, España venció 2-1 a Uruguay en su debut, mientras que Tahití perdió 6-1 ante Nigeria, un partido en el que los polinésicos festejaron su único gol como si fuese la final de un Mundial. Quizás España no pise el acelerador a fondo y se conforme con ganarle a Tahití sin un marcador de escándalo. Pero si se esfuerza al máximo como contra Uruguay... cuidado. "Estoy oyendo que Tahití es muy flojo pero el otro día contra Nigeria no me parecieron tan malos, lo digo sinceramente", consideró el técnico español Vicente Del Bosque. "Vamos a intentar ganar y, si puede ser, por muchos goles mejor. Por una cuestión de respeto al campeonato y a nuestra profesión". Primera mala noticia para Tahití. Del Bosque podría echar mano de varios suplentes para enfrentar a Tahití, aunque jugadores de la banca española como Fernando Torres, David Villa o Jesús Navas están a años luz de lo mejor que tengan los campeones de Oceanía. También jugará en el arco Víctor Valdés en lugar de Iker Casillas, titular frente a Uruguay. "Contra Tahití habrá un cambio seguro en la portería y jugarán los que no lo hicieron contra Uruguay", señaló. Más allá de la superioridad española por donde se le mire, los futbolistas de la Roja aseguran que se toman muy en serio el duelo ante Tahití. España y Tahití tienen un antecedente bastante reciente, aunque no a nivel de mayores: La "Rojita" aplastó 8-0 a los oceánicos en el Mundial Sub20 de 2009 en Egipto. Las autoridades esperan protestas a las afueras del estadio Maracaná en Río de Janeiro, como parte de las manifestaciones que se han extendido en todo el país por el alto costo de vida, mejoras a los servicios públicos y los gastos para la Copa Confederaciones y el Mundial.