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El exboxeador colombiano 'Rocky' Valdés será recordado siempre como una verdadera leyenda del deporte. | Foto: Archivo / El País

ROCKY VALDÉS

"A 'Rocky' Valdés ni la plata lo cambió"

Rodrigo 'Rocky' Valdés siempre será recordado por sus grandes hazañas en el cuadrilátero, pero también por ser un gran ser humano.

16 de marzo de 2017 Por: Por Francisco Henao Bolívar, reportero de El País

La amplia y fresca casa de la calle 70 #7-13 del barrio Crespo es, sin duda, la más famosa, la más conocida y la más vista de este tradicional sector de Cartagena.

Ahí vive el campeón. Y, de verdad, es nuestro campeón porque ni la plata lo cambió. Sigue siendo el mismo con todo el mundo”, es lo primero que dice el taxista cuando uno le da la dirección de la residencia de Rodrigo ‘Rocky’ Valdés. Es una casa grande, esquinera, con un antejardín inmenso y una sala con unas buenas medidas, donde reposan fotos y pinturas que recuerdan la exitosa carrera boxística de Valdés.

El campeón recibe a El País en pantaloneta, chanclas y una camiseta gris. “¿Cuánto dura esta vaina?”, pregunta inquieto sobre la entrevista, mientras se rasca la cabeza.

“Acuérdate que me tengo que ir pa’ Bazutto (sic) a verme con mi gente”, advierte de una vez, sobre una acostumbrada cita con la gente humilde de Cartagena en el mercado más tradicional y popular de esa ciudad, como es Bazurto.

Allí, ‘Rocky’ sagradamente estaba a las 12:00 del día para almorzar, para compartir con los vendedores del mercado, para prestarles plata “sin interés” a los que necesitaban, y para hablar de la dura situación de la ciudad porque de su carrera no se tocaba nada, pues todos conocían de sobra lo que había hecho en el ring.

“Esa es mi gente y yo no la cambio por nada. Con ellos me crié y siempre comparto un rato en Bazutto (sic) porque los amigos es lo único que le queda a uno en la vida”, repite varias veces, mientras miraba desesperado el reloj y saludaba a los vecinos que pasaban y levantaban la mano, una venia que era diaria como reconocimiento por todo lo que hizo.

Valdés, que fue campeón mundial de boxeo de la categoría mediana, que protagonizó épicas batallas dentro del ring con el argentino Carlos Monzón y que cuidó al máximo hasta el último centavo que ganó, reconoce que “por lo menos una pelea sí le gané a Monzón, la segunda que hicimos de nuevo en Montecarlo, pero, ajá, los jueces vieron otra cosa. Tú sabes, Monzón tenía su pinta y era amigo de actores y actrices famosos, entonces la pelea se la dieron a él. Pero yo terminé siendo gran amigo de Monzón, compartimos mucho. Peleábamos arriba, pero fuera del ring era otra cosa”.

Valdés repasa de manera rápida otros episodios de su vida, como el de ese 25 de mayo de 1974 cuando le ganó su primer título mundial al derrotar en Mónaco a Benny Briscoe, “al que le tuve que dar una trompada bien fuerte para noquearlo porque era un tipo bravo en el ring”.

Cuando cree que ya todo está contado, se para mirando el reloj y de manera unilateral corta la entrevista porque “me está cogiendo el tiempo para ir a encontrarme con mi gente”.

Rocky se asoma a la puerta y se encuentra con repetidos saludos de vecinos y curiosos que pasaban por el frente de su casa. “Ya lo viste, todo el mundo me quiere. Es que por qué tiene que cambiar uno con la gente. Yo me debo a ellos, que son los que al fin y al cabo lo acompañan a uno hasta el final”, dice.
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Y seguramente esa gente con la que compartió en Bazurto y en cualquier calle de Cartagena o en su barrio Crespo, es la que lo acompañará a la última morada para darle el adiós al hombre que por muchos dólares que ganó a trompada limpia, nunca cambió.

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