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Los peligros de los jóvenes en la web

Cada vez son más los adolescentes que se inician sexualmente a través de Internet. Es hora de tener un diálogo franco entre padres e hijos sobre los riesgos de estos encuentros virtuales.

21 de agosto de 2011 Por: Redacción de El País

Cada vez son más los adolescentes que se inician sexualmente a través de Internet. Es hora de tener un diálogo franco entre padres e hijos sobre los riesgos de estos encuentros virtuales.

Felipe ya cumplió la mayoría de edad, así que acepta contar su historia sin mayores complicaciones. Dice que es una anécdota que le ayudó a crecer y madurar así que no ve el lío en recordar los días cuando tenía 12 años y en lugar de dedicarse al fútbol o la televisión, se la pasaba en un chat teniendo encuentros muy candentes con una mujer bastante mayor que él.Los encuentros tenían todo menos inocencia. Se trataba de una vecina que un día le preguntó que si tenía correo electrónico, que le quería enviar una información. Pero, le envió una foto muy subida de tono.Felipe, confundido, no respondió el mensaje ni quiso contarle a sus padres lo ocurrido porque pensó que podría traerle problemas. Pero, a los pocos días la vecina lo invitó a chatear.Ella le dijo que él era muy atractivo y que quería verle la cara así que lo convenció de ocultarse de sus padres y usar la cámara de la computadora para poder verse.Felipe dice que esa misma noche tuvieron sexo virtual y la ‘relación’ se mantuvo por algunos meses, hasta que sus padres empezaron a preguntarle por qué pasaba tanto tiempo frente a la pantalla en horas de la noche.El chico cuenta que se acostumbró a tener ese tipo de encuentros virtuales y no fue sino hasta los 17 años cuando perdió su virginidad, aunque tuvo varias oportunidades antes.“Lo malo fue que yo ya quería que todo fuera como por Internet. Es decir, más directo, sin tantos rodeos, era ir a lo que íbamos. Y así me ahorraba dinero y no tenía que moverme casi nunca de mi casa para estar con una mujer que me gustaba”.La sexóloga Nelsy Bonilla dice que, precisamente, ese es uno de los principales contras de la “curiosidad sexual virtual”, como la llama ella.“Cuando se hace un contacto con el mundo sexual de esa manera, no se está teniendo en cuenta que la sexualidad es entre dos personas. Cuando se dedica a ver todo por Internet el acto se reduce a genitales y eso hace que la verdadera razón de la sexualidad se desvíe y se confunda. Especialmente, eso afecta a los menores de edad que no comprenden todo el panorama”.El psicólogo Diego Solarte comparte esa postura. Dice que el problema no es que haya curiosidad o que se intente saciar en el mundo virtual, lo que para él es completamente normal, especialmente en una sociedad en la que la Internet es ya una parte fundamental del desarrollo social y las relaciones humanas.Solarte afirma que lo que ocurre es que al ser un tema tan tabú, los menores crecen sin un diálogo directo con sus padres y eso desvía su aprendizaje y banaliza el sexo.“Hoy en día, a muchos jóvenes los cría Internet como antes los criaba la televisión. Las madres y padres son profesionales que tienen carreras pero poco tiempo, y los hijos pasan horas y horas a solas. Entonces sus curiosidades, sus preguntas y sus temores son respondidos por los buscadores, por las páginas pornográficas y por otros menores que a veces también están perdidos en ese mar de dudas”, explica el psicólogo.Pero en realidad, según los expertos, lo más grave no es que el sexo se banalice. Tanto el psicólogo Solarte como la sexóloga Bonilla están de acuerdo en que la curiosidad deja vulnerables a jóvenes como Felipe ante los depredadores sexuales que abundan en la red.Y es que, de acuerdo con un informe revelado por el departamento de delitos electrónicos de la Interpol y realizado en 2008, el 43,6% de los menores de entre 13 y 17 años que navegan por Internet ha recibido alguna vez una proposición sexual a través de la red.Se calcula que el 50% de las personas que tienen perfiles en la red se ha hecho pasar por alguien más. Eso significa que han mentido sobre sus edades, profesiones y hasta género.“Ese es el problema de fondo. En Internet hay redes de pornografía infantil o de trata de menores. La situación es que para un adulto es muy sencillo seducir a un menor, que es muy vulnerable”, dice la sexóloga Bonilla. Ella agrega que los jóvenes no saben diferenciar entre una página de comunidades virtuales de una que tenga objetivos ilegales. Según la Interpol, se ha calculado que el 30% de los adolescentes que utilizan redes sociales y chats al menos una vez a la semana han facilitado el número de sus teléfonos celulares en conversaciones de chat y el 16% su dirección postal.Eso, según las autoriades locales, es un error muy común y puede derivar en que se cometan crímenes, como el ocurrido en Medellín hace tres meses, cuando una joven de 22 años fue asesinada luego de que dejó entrar a su apartamento a dos personas que había conocido a través de una red social y que, al parecer, intertaron robarla.Aliado de los tímidosJorge, de 17 años, dice que su mayor problema es que es un tipo muy tímido. Y es que, desde hace algunos años, viene teniendo problemas de acné que lo hacen sentirse poco cómodo con su apariencia. Pero dice que gracias a redes sociales y a los chats ha logrado entablar relaciones con personas de su edad y ha perdido bastante la timidez a la hora de abordar temas de romance o incluso sexuales. Para la sexóloga Flavia Dos Santos, las relaciones por Internet no tienen marcha atrás y Colombia debe aprender a convivir con esa situación que, si se usa bien, puede servir como entrenamiento social para los jóvenes.“Esta es la nueva manera de contartarse, de conocerse y hasta de enamorarse. Se debe evitar al máximo su satanización y al contrario, se debe aceptar esta etapa de la sociedad. Lo que urge es que los adultos comprendan que su rol es de guías, no de carceleros. Lo que pasa es que este fenómeno es aún es muy nuevo y muchos lo ven como un bicho raro, pero es un hecho”, asevera.La sexóloga explica que parte de la iniciación sexual se facilita gracias al alto contenido de fotografías, videos y foros dedicados exclusivamente al sexo en Internet.“De allí se da el salto a conocer a alguien, y a medida que este fenómeno avanza las reglas se hacen más y más claras, así que no le veo el problema. Es más, me parece que iniciar una relación virtual es un colador para cuando se decida involucrarse con alguien de manera presencial”, dice Dos Santos.Finalmente, los especialistas insisten en la labor de guía y orientación que deben brindar los padres, sin desconocer que este tipo de fenómenos son y serán cada vez más comunes en los tiempos que corren.

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