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Yagé: guía sobre la mítica bebida que no se debe tomar a la ligera

Su consumo puede poner en riesgo la salud si no se conocen sus componentes y las reacciones que provoca en el organismo.

4 de mayo de 2014 Por: Melissa López Díaz, especial para El País

Su consumo puede poner en riesgo la salud si no se conocen sus componentes y las reacciones que provoca en el organismo.

Tras el sonado caso de Henry Miller, un joven británico de 19 años que murió en el Putumayo después de beber yagé en un rito tribal, El País consultó con expertos sobre el ritual y los riesgos que ingerir la bebida podría traer para la salud de aquellos que buscan realizar esta práctica ancestral.Al parecer, los riesgos que pueda traer el consumo de yagé, también conocido como ayahuasca, depende de los antecedentes clínicos y mentales que pueda tener la persona. La siquiatra Delia Hernández, especialista en conductas adictivas y directora de Fundar Colombia, ONG dedicada a la prevención y rehabilitación de adicciones, explica que la ayahuasca (una planta cuyo nombre científico es banisteriopsis caapi) es un bejuco que los taitas mezclan con otras plantas conocidas popularmente como chancruna y changropanga. La mezcla de estas plantas produce la sustancia denominada dimetiltriptamina, que es lo que está asociado a las alucinaciones. “Si el bejuco no se mezcla con estas otras sustancias no va a producir alucinaciones”, explica Hernández.De igual forma, Jorge Quiñónez, médico asesor de Orivac (Organización Regional Indígena del Valle del Cauca) cuenta que la dimetiltriptamina se considera un estimulante y que el extracto de la planta contiene diferentes elementos que pueden producir síntomas como mareo, náuseas, diarrea. “Los síntomas son muy severos”.Los especialistas recomiendan que las personas que quieran realizar el rito no deben padecer una cardiopatía o alguna alteración en el sistema circulatorio o cerebral, pues es posible que se presente aneurisma (dilatación de una vena o arteria) y pueda ocasionar un infarto o una lesión grave.Igualmente, si la persona tiene enfermedad mental y es partícipe del ritual se le pueden disparar algunos episodios de sicosis.“La muerte con yagé es rara, tiene que ser porque la persona tenía una patología previa que lo hizo vulnerable a los componentes de la sustancia”, manifiesta la doctora Hernández.Proceso para la toma del yagéAntes Previo a la toma del yagé, la preparación es todo un ritual. La ayahuasca se somete a un proceso de cocción que puede durar más de 24 horas; normalmente, durante este proceso se entonan cánticos. Todo depende de la tribu. Aquellos que harán la toma del yagé no podrán comer carne el día anterior, solamente frutas, verduras y agua. En medio de los cánticos que se hacen durante la ceremonia, convocan un instrumento que se llama la guaira. El taita, que ha preparado el brebaje, hace un ritual en el que invoca al espíritu para la ceremonia, pregunta a la persona por qué quiere tomar yagé y se lo da. Es una bebida que puede ser verde oscura o café y amarga.Durante Después de esa copa de yagé, se presentan varias fases. La primera es conocida como la fase de purga, puede tardar 15 o 20 minutos en sentirse los efectos y en algunas personas aparecen cuadros de vómito o diarrea. Después es la fase de la alucinación donde pueden aparecer imágenes, recuerdos de la infancia. Algunas personas tienen episodios en los que aparentemente se enfrentan con miedos profundos, algunos sienten que la conocida voz de la conciencia les habla. Eso puede durar dos horas. Finalmente, la gente cae en una especie de deseo de dormir, de recogimiento. Hay personas que durante una ceremonia pueden tomar yagé en varias ocasiones, beben más de una copa.Después El proceso completo para la toma de yagé es de un día para otro. Después de la toma de ayahuasca les hacen otro ritual, los taitas lo llaman ritual de limpieza, este lo pueden hacer con agua, con otras hierbas o puede ser tomando otras sustancias. Pasado el ritual, debido al efecto que pueden causar los alucinógenos, algunas personas experimentan lo que se denomina como ‘flash back’. Estos son momentos en los que vuelven a experimentar de manera rápida, sin haber consumido nuevamente ayahuasca, cosas parecidas o similares que sintieron durante la toma del yagé, normalmente son transitorios y hay que explicarles a las personas que el efecto pasará prontoTres vasos de yagé“Uno de los mejores regalos de mi vida fue tomar ayahuasca”, así se refiere Antonia Cruz* al ritual en el que ha participado siete veces. Ella es una joven de 25 años y la primera vez que tomó yagé tenía 22. Fue en Amaime, Palmira, junto a 20 personas más. Algunos llevaban carpas, otros colchonetas o hamacas para pasar la noche. A las 10:00 p.m., ya estaba el fuego prendido y los cantos entonados.Ella cuenta que el taita explica a aquellos que van por primera vez la importancia de la planta y los efectos que logra, entre ellos Antonia nombra algunos: cura enfermedades, saca personas de la drogadicción, del abandono.Tras la introducción continúa la armonización de fondo y el taita pide a los guardianes de las cuatro direcciones (Norte, Sur, Este, Oeste) que se manifiesten para que no haya errores durante la ceremonia. Luego de esto, Antonia fue por su primer vaso de yagé y después de una hora de haberlo tomado aún no sentía nada. “Un compañero me preguntó que si ya había empezado a sentir los efectos, al decirle que no, me dijo que fuera por otro vaso”, asegura la joven.Entonces, fue por su segundo vaso, una cantidad pequeña servida en una totuma. “Ahí sí empecé a aliviarme, aliviar es vomitar, eso fueron dos o tres minutos y ahí empecé a sentir mi conexión conmigo”. Relata Antonia que empezó a ver cosas que debía entender en ese momento de su vida y afirma que la percepción varía en cada ser humano. Luego de su proceso de interiorización lloró toda la noche. Posteriormente, fue por otro vaso, y fue en ese momento que logró entender el por qué de sus visiones. Antonia cayó en la última fase de la toma de yagé: se quedó dormida, y a las 6:00 a.m. se despertó para cerrar sus chacras con el fin de “que toda esa información que se ha percibido se quede dentro de uno”, manifiesta. Para Antonia estas experiencias han sido de los mejores regalos en toda su existencia, ya que, asegura, su vida es un antes y después de tomar yagé durante estas ceremonias.*Nombre cambiado por petición de la fuente.

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