Gregory, un joven venezolano al que el teatro le cambió la vida

Desde la puerta principal de la Unidad Recreativa Tory Castro, de la comuna 1, se escucha el cántico de los jóvenes de Terrón Colorado que reunidos ensayan cada semana sus obras teatrales.

Entre gestos, expresiones corporales y verbales está Gregory Tovar. Un joven venezolano de 15 años al que el teatro le cambió la vida.

Hace cinco años, cuando llegó de Venezuela con su madre, no pudo ingresar a estudiar inmediatamente porque el año lectivo se estaba terminando. Al esperar un par de meses para iniciar el colegio llegó la pandemia del Covid-19, un hecho que marcó la adolescencia de Gregory y su integración con las demás personas, pues al no salir su contacto era casi nulo.

Un año después, en el 2021, su madre obtuvo información sobre un grupo de teatro ubicado en la comuna 1, llamado ‘Arriba el telón’. Esta grupo pertenece al programa: Jóvenes, Teatro y Comunidad de Esquina Latina y su objetivo es llevar el arte a territorios donde persisten las problemáticas sociales.

La madre del joven contó que en Venezuela era introvertido y cuando llegó a Colombia no fue fácil adaptarse. “Gregory ha tenido problemas de lenguaje y desde que está en el teatro ha podido desarrollar bastante el habla, se expresa ante el público, ha creado amistades y en general ha avanzado bastante”.

Este pensamiento también lo compartió Yury Andrea Marín Salazar, quien es animadora del teatro donde está Gregory.

“Recuerdo que él nos contó que vivió mucho bullying en su colegio solo por el hecho de ser venezolano y hablar con acento. Cuando él llegó al grupo yo empecé a notar esos muros y esas dificultades para poder relacionarse”, dijo.

Y añadió que: Siempre estaba como a la defensiva pensando, de pronto, que se le iba a tratar igual. Sin embargo, y a medida que fue interactuando con el grupo de teatro se desenvolvió y se dio cuenta que estaba en un espacio donde se le daba acogida, protección y no era juzgado ni señalado por ningún motivo.

Actualmente, Gregory lleva tres años en el grupo y su crecimiento ha sido notorio, su animadora afirmó que ahora es un joven extrovertido que ha mostrado liderazgo dentro del teatro, de tal forma que se ha presentado con varias obras ante el público.

“Recuerdo una obra que presenté, se llama Solo Tierra y explica los sentimientos de un migrante al dejar su país”, dijo Gregory haciendo referencia a que el teatro comunitario representa situaciones sociales.

El teatro se ha convertido para este joven en un puente para la integración, pues es un espacio en el que no importan las diferencias.

“El teatro para mí significa volver a tener autoestima, es integrarme con personas y poder interpretar a otro personaje, es ser feliz”, expresó Gregory.

Ahora él está en 11 de bachillerato y su deseo es entrar a la universidad pública para continuar con sus estudios, sin dejar de lado el teatro.

El teatro, un puente para la integración

Las actividades que hacen en las sesiones de teatro están enfocadas en el reconocimiento del sector.

“Hacemos análisis de la realidad e identificamos lo que está pasando a través de historias y anécdotas. A partir de esto, hacemos ejercicios de improvisación, escritura y cuentos que se asemejen a la realidad y de esta manera se generan vínculos de confianza y afectividad entre los participantes”, indicó Yury Marín.

Este joven forma parte de las 106 personas migrantes venezolanas que se han vinculado en los últimos tres años al programa de Jóvenes, Teatro y Comunidad de Esquina Latina. Una cifra que se suma a los 400 ciudadanos que también están vinculados a este programa.

El caso de Gregory es un ejemplo significativo de las estrategias de integración que ha implementado Esquina Latina en alianza con el Proyecto Integra de USAID.

Ambas organizaciones han desarrollado un proyecto denominado: ‘La Animación Teatral: una estrategia para la cohesión social’, el cual busca disminuir los índices de xenofobia en la ciudad, por medio de metodologías estratégicas como los ‘Mapas Andantes’ (actividad que se realizó el año pasado en 20 barrios de seis comunas de la ciudad) y la ‘Colcha de Retazos’ que promueve la participación cultural y la transformación de imaginarios sociales que existen entre la población migrante y la comunidad caleña.