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Paola Andrea Gómez Perafan

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Pasar la página del libro blanco

En Cali ya sabemos que la cosa no está fácil y que plata hay, pero por recoger. Teniendo eso claro, sigamos el camino, que hay 45 meses por delante para hacer.

31 de marzo de 2024 Por: Paola Andrea Gómez Perafán

Los 170 hallazgos que consigna el libro blanco que el alcalde de Cali, Alejandro Eder, dio a conocer, poco antes de iniciar la Semana Santa, develan lo que pasa con los recursos y la gestión pública cuando se piensa poco en lo público.

Dijo Eder que el CAM que recibió tiene una deuda de 1,2 billones de pesos y compromisos financieros hasta el 2030; que la administración Ospina dobló la deuda, ya bien alta que había, y se comprometió la capacidad de inversión, en varias vigencias presupuestales. Para colmo de males, los recaudos fueron descuidados, sobre todo los de predial, es decir, la platica que proviene del impuesto que debemos empezar a pagar ya mismo, en abril, y que le da oxígeno a las finanzas de la Alcaldía, para meterle mano a la ciudad.

Hay asuntos que saltan a la vista, sin necesidad de ponerles tanta ‘investigaduría’, como los semáforos inteligentes, que muy modernos y publicitados, pero que hasta ahora, según el libro blanco, a pesar de que al contratista se le desembolsó el 80%, un total de $38 mil millones, ha ejecutado apenas el 10%, y casos así se repiten una otra vez. Los inteligentes privilegiaron intersecciones donde poca falta hacían los semáforos, porque la cuestión era de pare y siga con sentido común; a varios de los nuevecitos, en el sur hoy los tapan las ramas de árboles, que siempre estuvieron ahí.

Lo de las cámaras de seguridad da ganas de llorar. Se reportan tres contratos de $44 mil millones, peor ninguna cámara nueva instalada, ni los puntos de monitoreo. Y en uno de los contratos, se habla, además, de una reserva inducida, que se traduce en contrato amarrado. ¿Y la seguridad de Cali? Bien, gracias, ya ni sentarse a comer un cholado en la Novena se puede.

Lo de Emcali, solito, merece otro libro blanco. Algo que nunca hemos entendido, o sí, es cómo una empresa que recibe plata segura todos los meses por el consumo que usted y yo hacemos, tiene tantos problemas económicos, estuvo intervenida por años, y sigue en el ojo del huracán. Eso sí no es exclusivo del gobierno pasado, eso es de siempre. Emcali es un negocio para mucha gente (chévere que dijeran sin pelos en la lengua quiénes se adueñaron de su burocracia y ‘bisnes’, bastante conociditos en la región). Cuánto mercado perdieron en Telecomunicaciones por demorarse esta vida y la otra en decidir su futuro. Según el libro, el área pasó de $65 mil millones en pérdidas en 2020 a $172 mil millones en 2022. La deuda de la empresa con la Nación no se renegoció, por lo que este 2024 habrá de pagar más de $300 mil millones. ¿De dónde?

Suficiente ilustración, los hallazgos son más y los puede consultar a un clic en Google: contratos dudosos, lentitud en la ejecución, obras desfinanciadas, desidia y otros demonios... Lo que sigue ahora es ver cómo recomponemos el camino, cómo se gobierna, sin abusar del espejo retrovisor, por el que le han dado palo a Eder y a otros nuevos alcaldes del país, que por el instinto político de dejar las cuentas claras, han hecho tanto hincapié de lo que recibieron y no.

En Cali ya sabemos que la cosa no está fácil y que plata hay, pero por recoger. Teniendo eso claro, sigamos el camino, que hay 45 meses por delante para hacer. Dijo el Alcalde que hay que pasar la página, ¡pasémosla, en serio! Sin miedo. Ya no más llanto sobre la leche derramada. Han dicho voces expertas de la política y también de la politiquería local, que este gobierno no arranca, que va muy lento, que desconoce lo público, ¡no den más papaya! Vamos pa’ lante que pa’ atrás asustan y lo que hay es muuuucho por hacer.

@pagope

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