Columnistas
Moral de caucho
Cuando fungía de fogoso senador denunciaba la podredumbre en la financiación de las campañas políticas. Era una aberración intolerable, hasta que apareció Nicolasito embolsándose $ 600 millones...

30 de sept de 2023, 03:47 a. m.
Actualizado el 30 de sept de 2023, 03:47 a. m.
Tan cómodo que resulta estilar una moral que se estira, se dobla, se adelgaza y se acomoda a gusto.
“Se debe respetar el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países”. Se adelgaza para poder ver a través de los atropellos y abusos en derechos humanos de Danielito, Madurote y Díaz Canel. Pero si se trata de la reacción al golpe que quiso dar el mompa Castillo, allí sí hay que darle instrucciones precisas al Congreso que le contesta: “Viva Perú y vete al carajo”.
Como es campeón de la Paz Mundial, le da instrucciones a Bukele para que respete a los criminales, como se hace aquí: se los incluye en la jugosa nómina del Estado y se les da título pomposo. Según sus cuentas, aquí logramos la reducción de los homicidios construyendo universidades. Si se revisa la gráfica de muertes violentas en Bogotá durante la Alcaldía de Petro, y el número de Universidades construidas, se podrá comprobar cómo lo que construye es su ilusorio mundo. Sin mencionar lo que está ocurriendo en homicidios, secuestros y delitos en todo el país, mientras expande el maligno virus de la paz total.
Cuando fungía de fogoso senador denunciaba la podredumbre en la financiación de las campañas políticas. Era una aberración intolerable, hasta que apareció Nicolasito embolsándose $ 600 millones que el hampa le enviaba a su impoluto papito. El caucho se estira de nuevo para que el escándalo sea que el chino malcriado le robó unos pesitos al papá. El origen de la financiación y el calibre de las cifras se confirma con la lagrimosa sinceridad de Bendetti y cuando le pintan rejas, comienza a cantar una canción de corrupción que deja en el kínder a todos los antecesores. La cauchosa moral del Padre, le permite alejarse de los ‘errores’ del muchacho, cuyo estilo de vida y gastos supera en mucho a todos los ‘niñitos blanquitos riquitos’. Los ilusos del cambio no saben qué hacer con la vergüenza. Gastaron sus suelas en pavimentos, gritaron sonoras consignas y ahora resulta que se les acaban las gavetas en el cerebro para esconder tanta patraña.
Clama por destapar la verdad del pasado con testimonios-premio, mientras maniobra para tapar la verdad reciente y presente, buscando comprar conciencias de quienes podrían contarla, inflando un globo de poéticos deseos con el que pretende envolver una gestión desastrosa.
Dice respetar la democracia y la separación de poderes, pero si investigan los ardides que lo llevaron a la Presidencia, proclama que solo responde ante el pueblo. Y, ¿quién es el pueblo? ¿Cómo es que va a responder? ¿En cuál constitución se encuentra tan novedosa norma? Quiere torcer la ley para hacernos creer que lo que vale es el apoyo de ‘su pueblo’, que exhibe en lánguidas marchas después de haber activado todos los ministerios y sindicatos oficiales y de haberse gastado una enorme suma en el transporte, el pan y el circo.
Los llama a respaldar su ruinoso paquete de reformas, mientras promueve primeras líneas y arma milicias que demuestran, con bombas y destrucción, su amor y apoyo.
Cuidado con los deseos. Mussolini, Ceaucescu, Kadafi y otros, invocaron al pueblo y es muy seguro que alcanzaron a arrepentirse cuando finalmente vieron que el pueblo los rodeaba.
Médico oftalmólogo, especialista en cirugía vitreoretinal. Docente universitario, fue gestor y director de la Clínica de Oftalmología de Cali y es reconocido como pionero en Colombia en cirugía de catarata con lentes intraoculares y en retinopexia neumática.