Columnista
Fuera de época
Si hay un reconocimiento que pone en evidencia la falsedad del discurso machista es el Premio Nobel de la Paz 2025 otorgado a María Corina Machado.
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10 de nov de 2025, 02:48 a. m.
Actualizado el 10 de nov de 2025, 02:58 a. m.
Es paradójico que, en pleno Siglo XXI, tengamos que volver a hablar del machismo como si se tratara de un fenómeno novedoso. Pero así es. En México ha surgido con fuerza en las redes sociales lo que académicos y activistas llaman la ‘machosfera’, un conjunto de espacios digitales donde se articulan discursos misóginos que buscan contrarrestar los avances del feminismo.
Este fenómeno, que también se replica en otros países latinoamericanos, constituye una reacción virulenta ante los progresos hacia la igualdad de género. La ‘androsfera’, como también se le conoce, opera principalmente a través de ‘influencers’ que captan a jóvenes inseguros ofreciéndoles respuestas simples a problemas complejos, promoviendo un retorno a los roles de género tradicionales.
Utilizan el humor, los memes y un lenguaje que parece inofensivo para diseminar ideas que perpetúan la subordinación de las mujeres. Es que estos grupos no se presentan abiertamente como violentos, sino que disfrazan su misoginia detrás de supuestas defensas de los derechos masculinos. Y qué curioso que la cuna de este movimiento sea México, gobernado hoy la presidenta Claudia Sheinbaum, una mujer cuerda y sensata.
Pero la realidad cotidiana desmiente estas narrativas de manera contundente. En Colombia, país que comparte muchas características culturales con México, las mujeres están escribiendo páginas brillantes en todos los ámbitos.
Mónica de Greiff, por ejemplo, dio una lección de principios al renunciar el pasado octubre a la presidencia de la junta directiva de Ecopetrol. Su decisión, motivada por desacuerdos con las controvertidas políticas energéticas que el actual gobierno quiere imponer a la petrolera estatal, demuestra que la integridad profesional no tiene género.
En el campo educativo, las jóvenes colombianas también están dejando huella. Sara Mishell Vargas Pulido, estudiante de Jamundí, logró este año el puntaje máximo en las pruebas Icfes. Una hazaña que requiere no solo inteligencia, sino disciplina y dedicación extraordinarias. Su sueño ahora es estudiar medicina en la Universidad Icesi.
La literatura colombiana tiene en la caleña Pilar Quintana una de sus voces más destacadas. Esta escritora se ha consolidado en la escena internacional con obras como ‘Los abismos’, ganadora del prestigioso Premio Alfaguara de Novela en 2021. Su prosa, que explora temas como la maternidad frustrada, la violencia de género y las dinámicas familiares, ha colocado a Quintana en el primer nivel del idioma español
Pero si hay un reconocimiento que pone en evidencia la falsedad del discurso machista, es el Premio Nobel de la Paz 2025 otorgado a María Corina Machado. La líder opositora venezolana recibió en octubre el galardón más prestigioso del mundo por su incansable lucha en favor de la democracia en su país. La tarea pendiente no es detener a las mujeres que avanzan, sino actualizar a los hombres que se quedaron atrás.
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Posdata. De las dos grandes tragedias que vivió Colombia hace 40 años, no hay duda de que la peor y más condenable fue la destrucción del Palacio de Justicia de Bogotá por obra de los terroristas del M-19. La intervención de los seres violentos que causaron a sabiendas la tragedia los condenará para siempre. La erupción del volcán Nevado del Ruiz fue obra de la naturaleza y ella es ciega.

Doctor en Jurisprudencia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Abogado en ejercicio. Colaborador de EL PAÍS desde hace 15 años.
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