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El poder de Laura

¿En serio, la niñera amenazó la seguridad nacional en la casa de la jefa de gabinete?

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Guillermo Puyana Ramos | Foto: El País

29 de may de 2023, 02:00 a. m.

Actualizado el 29 de may de 2023, 02:00 a. m.

En la entrevista a El Tiempo Laura Sarabia, jefe de gabinete de Gustavo Petro, dijo que no descarta ser presidenta, aunque “la exposición me cuesta”. Pero para costarle, el poder lo ejerce en forma: ‘desinvita’ ministros a Consejos de Ministros, para que se den por aludidos; o los llama directamente por teléfono y los echa. Maneja la agenda del presidente, como corresponde, y explica que no es muy dado al protocolo y por eso no cumple con compromisos de ese tipo.

Joven y ejecutiva, dijo impresionado Roy Barreras en un momento. Pero así mismo ambiciosa y codiciosa, por mérito propio, para no andar negándole lo que le corresponde, invocando su relación con su exjefe, Armando Benedetti.

El episodio de la niñera a la que encierran en un sótano de la Casa de Nariño para hacerle un polígrafo acusándola de haberse robado 7 mil dólares de la casa de Laura Sarabia, refleja que Laura sabe bien para qué es el poder. Con ella la duda metódica de Darío Echandía (¿El poder, para qué?) no hubiera durado medio minuto.

El poder es para eso, para someter a una empleada a una prueba bastante irregular, mover el aparato de seguridad pública para un asunto que al resto de los mortales les toma años, y resolver un problema de índole particular, porque el hurto, si existiera, es un delito contra el patrimonio económico individual, de menor cuantía según la ley, pues no alcanzan a ser treinta millones de pesos. En efectivo, como ha sido la costumbre: efectivo en las chuspas de Juan Carlos Montes, efectivo de Santa Lopesierra para Nicolás, y efectivo en la casa de Laura. El efectivo los hace felices, en un mundo en el que andar con 7 mil dólares en billetes es incómodo y de mal gusto.

Supongo que, como toda investigación sobre hurto, la Fiscalía indagará la “preexistencia del bien”. Laura dice que esos dólares eran de viáticos al exterior que se entregaban “en moneda”. ¿Tendrá los recibos? Lo que le quedó de ahorro, ¿tendrá alguna proporcionalidad con el viático no reembolsable? ¿No gastaba y se hacía invitar?

Dice Laura que el procedimiento seguido a la niñera es el estandarizado para altos funcionarios porque pudo ponerse en riesgo la seguridad nacional. ¿En serio, la niñera amenazó la seguridad nacional en la casa de la jefa de gabinete? ¿Sarabia tiene en su casa privada documentos o información de seguridad nacional al alcance de la niñera?

Hace poco en Estados Unidos allanaron las antiguas oficinas privadas del Joe Biden y encontraron documentos secretos de cuando era vicepresidente. Dos meses antes se los encontraron a Donald Trump en Mar-a-Lago. Y Hillary Clinton estuvo entre los palos por manejar en cuentas de correo personales, información de seguridad nacional de cuando fue Secretaria de Estado. La explicación de Laura Sarabia cuestiona la seriedad del manejo de la información de la Presidencia y motiva más preguntas. Una delicia, respuestas que generan más preguntas.

¿Cómo consiguieron tan rápido a un fiscal para un interrogatorio de indiciado con polígrafo para un delito de menor cuantía? ¿Tenían a la mano al flamante abogado que aceptó el atropello del polígrafo a su cliente? Todo con actas y grabaciones, escenificado para decir que se respetaron los derechos de la niñera, pero a ella a la salida ya no le pareció tan legal la cosa.

Sólo Olafo El Amargado tiene tan claro como Laura para qué es el poder. Al vikingo le preguntaron si prefería ser feliz, rico o poderoso y contestó: “¡¡¡Poderoso!!! ¡¡Así podré ser rico, y entonces seré completamente feliz!!”.

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