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Zaragoza despierta de su sueño dorado, tras paso de minería ilegal

Aunque la minería ilegal fue desterrada del río, hay 144 solicitudes de grandes compañías para sacar de ahí metales preciosos. Desde 1999 hay un título vigente.

3 de septiembre de 2012 Por: Jessica Villamil Muñoz | Reportera de El País

Aunque la minería ilegal fue desterrada del río, hay 144 solicitudes de grandes compañías para sacar de ahí metales preciosos. Desde 1999 hay un título vigente.

Nada o casi nada. Eso es lo que queda a lo largo de los 27 kilómetros del río Dagua, en Buenaventura, entre los corregimientos de Zaragoza y Triana, donde alguna vez hubo una fiebre por el oro. En un recorrido realizado esta semana por El País no se encontraron más que tres máquinas retroexcavadoras lejos del lecho del afluente. Antes, en esa misma zona llegaron a haber 276 aparatos que de manera simultánea incrustaban sus garras metálicas en las entrañas de la cuenca.El río que apenas hace dos años albergaba a ocho mil personas, ahora parece abandonado. En la vía férrea por la que se transportaban mineros, barriles de combustible, guadañas, palas para escarbar en el afluente, hoy apenas se ven campesinos con gajos de banano al hombro y perros que corretean los niños, como si la vida en esa población hubiera regresado a su sempiterna tranquilidad.Los cambuches de madera y plástico que fueron construidos como posadas para los trabajadores y para proteger la maquinaria, están desechos por el efecto del clima. Y en la estación de servicio del Kilómetro 27, donde hervían las cantinas, los prostíbulos, las ferreterías, hay un silencio que se rompe con el grito de los pregoneros que anuncian que los jeeps parten con rumbo al Puerto. Ese sitio volvió a ser el centro de despacho del transporte informal en la vía al Mar.Aunque ya no está la multitud hambrienta de oro y el río está desolado, un guardabosques que desde hace 19 años custodia la Reserva Natural San Cipriano dice que ya nada será como antes.El estado actual del Dagua parece darle la razón: Al afluente lo bordean cerros de roca que fueron removidas de las profundidades para sacar el mineral. Las caudalosas aguas que impusieron temor en las comunidades asentadas en las riberas son mero recuerdo. Ahora el caudal se divide en enormes lagunas y pequeños hilos de agua verdosa provocadas por la alteración.Óscar Campo, director general de la Corporación Autónoma Regional del Valle, CVC, dice que la destrucción del hombre avanza a velocidades superiores de las que actúa la naturaleza. “Al río hay que darle tiempo para que se recupere y luego hacer una intervención que está siendo planeada con varias entidades” precisa Campo.Licencias e ilegalidadAlguna vez el minero Mario Serrato, quien representaba a los propietarios de las máquinas asentadas en el río, dijo que entre el 2009 y el 2010 se extrajeron 40 toneladas de oro en Zaragoza y que estaba seguro de que faltaban más de cien toneladas por sacar. Pero dos años después de esa efervescencia, parece que el mineral se esfumó. Alexander Rodallega lleva quince días en la zona y dice que no ha logrado completar un solo gramo del metal.Efrén Cárdenas, líder de los mineros del Alto y Bajo Dagua, confirma que hay escasez. Explica que el oro que queda en la cuenca está a más de 20 metros de profundidad y para sacarlo se requiere maquinaria: retroexcavadoras para perforar, dragas para filtrar y barequeros para limpiar la tierra entre la que se oculta la chispa dorada. Pero los aparatos no son permitidos en el lecho del río.Denuncia que hay compañías a las que ya les entregaron licencias para hacer lo que a ellos durante dos años se les prohibió. “Hablan del impacto ambiental en el Dagua por causa de la minería, pero no ven que los dueños de las licencias derriban árboles y se meten a los cerros”.El País conoció que hay un título vigente desde 1999 para “extracción de metales preciosos” que reposa en el expediente 432 a nombre de la Universidad del Cauca y ocho entidades más, incluido el consorcio Doble Calzada Buenaventura II.La actividad, según el documento del Sistema de Información Minero Colombiano, se puede practicar, entre otros lugares, en la desembocadura de las quebradas Cumban y Dosquebradas.Javier Espinosa, director de la CVC Dar Pacífico, sostiene que actualmente no hay permisos para extraer metales preciosos del Dagua, que las licencias de las constructoras son para sacar material de arrastre. “Lo que pasa es que la minería ilegal se unió a los predios que tienen permisos ambientales y se generó el desorden”.Sin embargo, el viernes pasado en el portal oficial del Sistema de Información Minero Colombiano todavía aparecía el expediente con el concepto jurídico de “título vigente”.En el portal del Servicio Geológico Colombiano hay una solicitud vigente desde el 2009 con expediente LH3-15181 para “extracción de todos los minerales” a nombre de José Leonidas Duque Jaramillo y de las constructoras San Isidro, Colpatria, el Consorcio Metrovías de Buenaventura y del Consejo Comunitario de la Comunidad Negra de la vereda Aguaclara.Según un funcionario del Servicio Geológico, la solicitud “está pendiente de filtro jurídico para su aprobación”, a pesar de la orden del Juez Segundo Administrativo de Buenaventura de cancelar cualquier actividad minera en el lecho del río.Los otros diez títulos entregados en la zona rural de Buenaventura permiten sólo la extracción de materiales de construcción, lo paradójico es que se trata de la misma zona de las quebradas que desembocan al Dagua donde abunda el oro. Los titulares, en su mayoría, son los empresarios antes mencionados.No están lejosPero la fiebre del oro en esta zona no se ha acabado. Aún quedan personas que tratan de sobrevivir con lo que encuentran entre rocas y lodo. Es que ahora que está más escaso el metal, a quien lo encuentre le ofrecen hasta $90.000 por gramo. Antes, las ofertas no superaban los $70.000.No se fueron lejos. Simplemente salieron del río y pasaron al otro lado de la vía que conduce al Puerto. Algunos están debajo de la tierra, donde nadie puede verlos. Invías asegura que están arañando debajo de la carretera y que esos ‘topos’ humanos han ocasionado inestabilidad en la doble calzada que apenas se está terminando de construir, pero los mineros insisten en que su único fin es llegar al río para obtener el material y que no es cierto que estén dañando el corredor. Otros cuelgan de la montaña y resultan casi imperceptibles. Han instalado cambuches cubiertos con lona verde y están cavando túneles que, según expertos, están debilitando aún más la montaña que tantas veces se ha derrumbado. El lugar donde actualmente abundan los mineros ‘alpinistas’ es en Bendiciones, donde hace cinco años una avalancha cobró la vida de más de 40 personas.El Director regional de la CVC Dar Pacífico, dice que “esos son suelos sueltos, de material de río. Hay muchos casos sin reporte de personas que quedaron enterradas porque los túneles se derrumbaron. Toda esa actividad es ilegal, lo único permitido es sacar oro con batea”.Pese a las prohibiciones, Efrén Cárdenas, representante de los Mineros del Alto y Medio Dagua, precisa que todavía quedan unas dos mil personas trabajando en los corregimientos de Córdoba, Zaragoza, Triana y Bendiciones. Todos, según él, son del Valle. “Entre nosotros no hay ni guerrilleros ni paramilitares, como dicen algunos. Acá no hay delincuentes, todos somos mineros en busca del sustento para nuestras familias”.

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