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Turismo rural en el Valle del Cauca: una aventura al natural

Montañas, ríos, senderos ecológicos, flora y fauna silvestres, gastronomía típica, deportes de aventura y camping son algunos de los atractivos de Palmira y El Cerrito, tierras únicas para vacacionar.

12 de julio de 2011 Por: Redacción Palmira hoy | Elpais.com.co

Montañas, ríos, senderos ecológicos, flora y fauna silvestres, gastronomía típica, deportes de aventura y camping son algunos de los atractivos de Palmira y El Cerrito, tierras únicas para vacacionar.

En lo alto de las montañas de Palmira y El Cerrito parece que el tiempo se detuviera. El aire puro, el verde de las lomas y las aves nativas resultan ideales para que los habitantes de la región disfruten de las vacaciones de mitad de año y se contagien de la tranquilidad que transmite la madre natura.Pero si la parte alta de estas dos poblaciones enamora, la zona plana no se queda atrás. Una variada oferta de sitios de recreación y hospedaje, así como una gastronomía exquisita las han llevado a ser lugares de obligada visita.Aventura verde El corregimiento La Quisquina, en el plano de Palmira, es paradisiaco. Allí se desarrolla un proyecto de ecoturismo científico que lidera Danilo Quintero, especialista en fauna silvestre.En este lugar, donde la temperatura puede oscilar entre los 6 y los 16 grados centígrados, se puede disfrutar del avistamiento de aves nativas, así como de algunas especies migratorias de Estados Unidos y Canadá.Asimismo hay senderos ecológicos, pesca deportiva, camping, cabalgatas y comida típica, como la famosa aguapanela con queso y la mazamorra.Además se consiguen productos elaborados con aceites esenciales extraídos de plantas.Allí también hay sitios maravillosos para visitar y hospedarse como la Casa en el aire, La fonda italiana, El embrujo y Austria. Más abajo, en la zona media, está la vereda Los Ceibos, bordeada con el río Amaime, donde cada fin de semana cientos de visitantes se bañan en sus cálidas aguas. Pero, si prefiere el calor y la buena mesa, nada mejor que visitar el corregimiento Rozo.El sancocho de gallina, el atollao, la fritanga en el parque, el pollo en su jugo, el dulce de mamey, el manjarblanco, la rellena, el trasnochao, la arepa de cambray, el pan de horno y el cuaresmero son platos que han hecho famosa a esta población, que cuenta con toda una infraestructura de restaurantes y sitios recreativos que se acomodan a todos los bolsillos. Jorge Lenis Lozano, propietario del restaurante Los Mangos, asegura que el arte de la culinaria es ancestral y que la sazón de las mujeres roceñas es la mejor de la región.“Aquí no pueden faltar las tostadas con hogao”, precisó. De otro lado, cuando lo que se busca es conocer la cultura y los ancestros que poblaron estas tierras, en el corregimiento Bolo San Isidro está la fundación Cultura Malagana, Hacienda Casa Verde, una construcción de más de 80 años de antigüedad donde se exhiben objetos arqueológicos de dicha cultura, en medio de una fauna y una flora sin igual. En este mismo sector se encuentra uno de los reservorios más importantes de agua del departamento, el humedal Timbique.Huele a vinoSanta Elena, en El Cerrito, es uno de los corregimientos más visitados del Valle. Su vino artesanal, su comida y sus empanadas son todo un patrimonio gastronómico. Asimismo, la casa museo La choza Chuchú, con una de las escenografías más grandes del país para el trabajo de fotografía, es realmente fascinante. Y ni qué hablar de los deportes de aventura en la Maloka de los Vientos, en el corregimiento El Pomo, un sitio espectacular para visitantes como el estadounidense Joe Trevino, quien afirma que “para mí estas montañas son un tesoro, yo no las veo allá, en La Florida”.El uruguayo Óscar Esteinberg, residente en Medellín, sostuvo que “esta es una tierra agradabilísima”.Por eso, los habitantes del Valle del Cauca que quieran aprovechar el receso escolar para vivir una verdadera aventura verde, pueden visitar los sectores rurales de Palmira y El Cerrito. ¡Será algo inolvidable!

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