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Transportadores de Cartago exigen mayor control sobre el transporte informal

Taxistas, microbuses, intermunicipales y mototaxistas se disputan a los escasos pasajeros cartagüeños. Los ‘Amarillos’ han recurrido a las vías de hecho y los ‘motorratones’ aseguran que lo hacen por necesidad.

27 de febrero de 2013 Por: Redacción El País, Cartago

Taxistas, microbuses, intermunicipales y mototaxistas se disputan a los escasos pasajeros cartagüeños. Los ‘Amarillos’ han recurrido a las vías de hecho y los ‘motorratones’ aseguran que lo hacen por necesidad.

Maritza(*) tiene dos hijos de 2 y 11 años de edad y es la responsable de conseguir el sustento para ellos. Hace ocho meses, sin más opciones laborales, ella, que estaba acostumbrada a trabajar en restaurantes, no tuvo otra opción que coger su moto y salir por las calles de la Villa de Robledo en busca de pasajeros.Sabe que es una labor riesgosa, pero “me expongo eso o a que mensualmente lleguen las cuentas y los recibos a mi casa sin tener un peso en el bolsillo”.Como ella, cerca de dos mil personas se dedican diariamente a este oficio en las calles de Cartago, según estadísticas manejadas por los mototaxistas.Sin embargo, Edinso Medina, director del Instituto de Tránsito Municipal, asegura que la cifra no supera los mil.En la otra cara de la moneda está Gustavo Vélez, esposo y padre de cuatro niñas de 8, 10, 12 y 14 años de edad.Paradójicamente, mientras Maritza vio en el mototaxismo una salida a su crisis económica, él, que durante varias décadas se ha dedicado a manejar taxi, tuvo que dejar su oficio “porque el mercado entró en crisis por culpa de los informales”.“De un año para acá la gente empezó a usar más el mototaxi y esto nos llevó a la quiebra a muchos. En mi caso no alcanzaba a recoger lo de la entrega, menos a tener una entrada de dinero para la casa”, argumentó.A ello, según él, se sumó el hecho de que los ‘motorratones’ empezaron a hacer presencia en toda la ciudad: “No hay quién compita con eso”.De hecho, en los últimos dos meses los taxistas han llevado a cabo dos ‘plantones’ en el centro de la Villa de Robledo para exigir que las autoridades ejerzan mayor control sobre el transporte informal.“Estamos en crisis por culpa de ellos y el Gobierno Municipal no ha hecho nada y para eso no se necesita presupuesto, sino voluntad”, sostiene Gustavo Echeverry, líder gremial de los ‘amarillos’.Respecto al tema, Medina explica que el fenómeno del mototaxismo “es un problema innegable y controlarlo no es fácil, pues determinar quién es o no mototaxista es complicado, se necesita la colaboración de la ciudadanía”.En ese sentido, el Municipio busca expedir un decreto “que pretende que cada motociclista anote a cinco personas que transporte de manera cotidiana para poder ejercer un mejor control”.Según el Director del Instituto de Tránsito Municipal, esta medida se ha tomado en otros lugares como Barranquilla para controlar esa forma de transporte ilegal.“En la Constitución no dice que esté prohibido el mototaxi, pero sí está contemplado el derecho al trabajo y vamos a pedir que se nos lo respete”, indica Javier (*), líder de los ‘motorratones’.Sin embargo, Medina sostiene que “el Código Nacional de Tránsito sí lo califica como ilegal y nosotros, como autoridad, estamos obligados a atemperarnos a la ley”.Otros competidoresA la competencia que taxistas y mototaxistas mantienen por los pasajeros cartagüeños se suman los buses intermunicipales que llegan hasta casi el centro de la ciudad.La falta de controles y de una supuesta delimitación de los corredores viales autorizados para ellos es la queja constante de los propietarios y conductores de los 633 taxis que circulan por la Villa de Robledo.“Hay empresas que están transitando a pocas cuadras del centro y eso nos está quitando parte del mercado. Entonces, si sumamos los buses, los intermunicipales y los mototaxistas, ¿qué nos queda? Por eso estamos así”, indica Echeverry.Ante los reclamos, el Instituto de Tránsito de Cartago expidió a finales del año pasado varias resoluciones en las que define los paraderos autorizados para dichos vehículos (ver recuadro).Pero dos empresas interpusieron derechos de petición porque la norma dispone que cada recorrido solo pueda llegar hasta la sede de su compañía en la Villa de Robledo.“No es posible que las empresas pretendan circular por todo el centro. Muchas alegan que necesitan llegar a la Estación, pero sí ese es su mercado por qué trasladaron sus oficinas a otro sitio”, pregunta Medina.Entre las empresas en desacuerdo está Transnovita, cuyo gerente, Adiela Restrepo, aseguró que llegar hasta La Estación es “un derecho adquirido” porque lleva más de 60 años en su sede de la Carrera 7 con Calle 12.“Muchos pasajeros que vienen de Ansermanuevo, Argelia y El Águila siguen su camino hacia Pereira y Armenia y, como ya no podemos llevarlos hasta las oficinas de las empresas que tienen esas rutas, optan por irse con la competencia, que no es una empresa de aquí”, agregó. Esta situación, según Restrepo, ha afectado el bolsillo de propietarios y conductores de los 77 buses que conforman Transnovita.Entre tanto, Tránsito anuncia que realizará operativos para controlar tanto a los ‘motorratones’ como a los intermunicipales, mientras los informales, como Maritza, siguen rodando por la Villa de Robledo y los taxistas, como Gustavo, se las ingenian para buscar otra fuente de sustento para sus familias.(*) Nombres cambiados por petición de las fuentes.

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