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Stephan Cifuentes, el campeón con brazos de acero

Con la fuerza de sus brazos, Stephan Cifuentes ha logrado ganarse seis medallas por levantamiento de pesas: testimonio de un logro para el que sólo se necesitaron ganas.

16 de octubre de 2013 Por: Camilo Osorio Sánchez | Reportero de El País

Con la fuerza de sus brazos, Stephan Cifuentes ha logrado ganarse seis medallas por levantamiento de pesas: testimonio de un logro para el que sólo se necesitaron ganas.

De niño alguna vez pensó ser profesor, también alguna vez quiso ser astronauta, incluso soñó que algún día sería un gran futbolista. Solo cuando estaba en el colegio decidió que quería ser un ingeniero. De pronto, un día cualquiera, logró romper el récord nacional en levantamiento de pesas y entonces empezó a soñar con otras cosas. De grande, es un campeón.Sobre su cuello cuelgan seis medallas, cinco de oro y una de plata. Pero de ese tesoro muchos en Guacarí no saben nada. Saben que vive por la carrera 5 con calle 4 A, que su mamá es la profesora Gladys, que su papá es Adelfo y que está en silla de ruedas. Pero de resto no saben nada más.Stephan Cifuentes es su nombre, nació en febrero del 89 con un diagnóstico de espina bífida, por lo cual nunca ha podido caminar. En septiembre de este año concursó en un abierto nacional de levantamiento de pesas paralímpico donde logró levantar 180 kilos, peso con el que marcó el récord nacional y se trajo su quinta medalla de oro.Nunca soñó con esto. Todo empezó cuando decidió acompañar a un amigo suyo a entrenar al gimnasio Mr. Mundo, el que queda frente a las antiguas oficinas de Telecom, diagonal a un bar llamado 'El Vecino' y a cuadra y media de la única estación de Policía que tiene Guacarí.“Por jugar” se acostó en el banco plano y levantó de un solo movimiento 80 kilos. Tal hazaña atrapó la mirada de Edward Ramírez, el director y entrenador de Mr. Mundo, quién aterrado dijo “este man tiene talento”, pues según él, para que una persona sin discapacidad logre levantar ese mismo peso debe entrenar entre ocho meses y un año.Edward quedó tan sorprendido que le contó a Germán Saavedra, otro deportista en situación de discapacidad, quien lidera una fundación para este tipo de atletas de ese municipio.Ambos convencieron a Stephan de participar en los primeros juegos departamentales paralímpicos del 2011, donde se estrenó en este deporte alzando 140 kilos. Primera medalla de oro.Entonces empezó a tomarse las cosas en serio. Hasta ese momento lo de las pesas nunca le había llamado la atención, no sabía sobre el reglamento, no sabía el nombre de otros deportistas, pero lo del gimnasio dejó de ser un juego y se convirtió en disciplina. “Al inicio le faltaba compromiso, sin embargo siempre tenía buena actitud, así que con el tiempo empezó a nortase su esfuerzo y las ganas de querer aprender de los demás”, recuerda Ramírez.Tres años después la cosecha era diferente: medalla de oro en los departamentales del 2011; medalla de plata en los Juegos Interligas del 2012; oro en el Campeonato Nacional en La Paila Valle, en el que compitió contra personas convencionales; oro en los Juegos Nacionales de Cúcuta; oro en los interligas del Valle 2013 y oro en el Open IPC Owerlifting Championship en Bogotá.Dejó de ser ese pelado “muy vago y al que le gustaba beber”, como dicen sus amigos, para convertirse en el campeón de las pesas. Sin embargo para muchos sigue siendo el mismo pelado en silla de ruedas que vive en el barrio IV Centenario, a media cuadra de la única calle del pueblo, que un gobernador destituído reparó durante su mandato.“En las competencias, antes de que me llamen, me lleno de nervios. La última vez me dieron muchas ganas de orinar, y entonces cuando ya estoy en el banco, me quedo en blanco”, cuenta Stephan.Con la mente en blanco pone las manos sobre la barra y levanta lo que pesan casi cuatro bultos de cemento, con la mente en blanco le arrebató por dos veces la marca nacional a un competidor bogotano al que no creyó vencer nunca. Con esa mente en blanco está a punto de ganarse la oportunidad de representar al país en una competencia paralímpica en el exterior.Por eso es un deportista diferente, no hace dietas especiales, no tiene rutinas rigurosas, sólo asiste diariamente al gimnasio y no consume suplementos para aumentar la masa muscular. “Lo de Sthepan es innato”, dice Ramírez de Mr. Mundo, “en los 10 años que llevo trabajando en el gimnasio no he conocido a alguien que pueda levantar los 180 kilos que él ha logrado”.Y las causas, según el entrenador, son la autonomía con la que maneja su vida. “Siempre ha estado en silla de ruedas y si tiene que subir una escalera, las sube, no le pide ayuda a nadie”. Él mismo lo confirma. Cuenta que de niño su papá lo dejaba en el piso de la casa y le insistía en que se moviera por su cuenta, su habitación quedaba en el segundo piso de una casa de portón blanco, y él se acostumbró a subir y bajar las gradas sin tener que molestar a su mamá o a sus hermanas.Sin molestar a nadie se desplaza todos los días a entrenar, a las clases en las noches de Contaduría Pública, carrera que estudia en la sede que la Universidad del Valle tiene en Buga, y a los entrenamientos en la Liga Departamental, en Cali.Gracias a sus brazos de acero ha logrado convencer al alcalde, Jorge Sánchez, para que lo apoye con su crecimiento deportivo y también ha entusiasmado a otras personas como él o con otro tipo de discapacidad, a unirse al Club de Pesas 'Espartanos' que lidera Ramírez en su gimnasio y que tiene seis deportistas más para competir en los Juegos Departamentales de diciembre.“Además de ayudarlo a mejorar su nivel psicológico, el deporte contribuye a su rehabilitación y habilidad para desplazarse, por eso es valioso que personas con discapacidad estén haciendo deporte en un Municipio donde no hay la infraestructura ni los profesionales capacitados para ellos”, explica David Fernando Sánchez, fisioterapeuta que ha seguido de cerca los juegos paralímpicos departamentales.Un deportista convencional de halterofilia no sólo necesita de fuerza, implica un control de velocidad, coordinación y flexibilidad. En una persona con discapacidad, el deportista no está de pie sino acostado sobre un banco de 2,5 por 2,5 metros, de máximo 10 centímetros de altura, sobre el cual deben reposar la espalda y los glúteos antes de levantar el peso. Según el fisioterapeuta Sánchez, si Stephan no practicara deporte alguno no tendría tanto control sobre su cuerpo y no podría desplazarse con la facilidad con que lo hace.Para este campeón ser un gran deportista es un sueño que cada vez cobra más fuerza. Poco sabe de María Isabel Urrutía, Óscar Figueroa, Diego Salazar o Leidy Solis, vallecaucanos destacados en el levantamiento de pesas, algunos incluso por sus logros olímpicos.Ahora solo se enfoca en seguirle la pista a Siamand Rahman, un deportista discapacitado iraní que nació un mes después de su cumpleaños y que logró medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, al romper el récord internacional levantando 280 kilos.Ve sus videos en YouTube, analiza su técnica, lee su historia y ha marcado un nuevo sueño que cobra más importancia en su carrera: ser él quien rompa próximamente el récord internacional en levantamiento de pesas.

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