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Roldanillo, en alerta por una posible avalancha en la zona rural

El Valle continúa en emergencia a causa de la fuerte ola invernal. Mientras el sector agropecuario del centro reporta pérdidas millonarias, Roldanillo, La Dolores en Palmira y Zarzal sufren los estragos de los aguaceros.

27 de abril de 2011 Por: Redacción corresponsales de El País

El Valle continúa en emergencia a causa de la fuerte ola invernal. Mientras el sector agropecuario del centro reporta pérdidas millonarias, Roldanillo, La Dolores en Palmira y Zarzal sufren los estragos de los aguaceros.

El Valle del Cauca continúa en emergencia a causa de la fuerte ola invernal. Mientras el sector agropecuario del centro del Valle reporta pérdidas millonarias por las lluvias, Roldanillo, La Dolores en Palmira y Zarzal sufren los estragos de los más recientes aguaceros. Pese a que los bomberos y los organismos de socorro de Roldanillo ya lograron controlar las inundaciones en el casco urbano de la localidad tras el vendaval de la madrugada de este miércoles, ahora la alerta está centrada en una falla geológica ubicada en la vía a La Tulia, cerca a la planta de tratamiento de Acuavalle.Julian Ramiro Vargas, director de la Dar Brut de la CVC, informó que hay un riesgo muy alto de que se presente un deslizamiento sobre el río Roldanillo y con ello se provoque una avalancha de grandes proporciones, ya que se calcula que podrían ser 3.000 metros cúbicos de tierra los que se desprendan de la montaña.Por ello, desde la semana anterior, cuando se detectó el problema se viene haciendo el monitoreo de la zona las 24 horas y este miércoles un geólogo de la CVC visitó el lugar para hacer el informe final que determinará las acciones a seguir.Vargas dijo que se seguirá monitoreando la zona y que con el estudio geológico cuyo informe final enviará a Cali en las próximas horas, se determinarán las acciones y los costos de las obras.Mientras tanto, la Alcaldía municipal viene adelantando el censo de damnificados por las inundaciones de la madrugada. Se estima que hay cerca de 600 personas afectadas.El comandante del Cuerpo de Bomberos Rodrigo Jiménez señaló que hasta el momento se detectaron dos viviendas en riesgo en el sector de acceso a la Loma de la Cruz, “pero la gente no quiere evacuar”.Agregó que en la zona rural afectada el nivel del agua viene bajando lentamente y que muchas personas dejaron sus viviendas para albergarse donde familiares y amigos en las mismas zonas pero en lugares secos.En materia de vías la situación también está grave, según las autoridades. Hasta este momento se registran derrumbes en la vía al Dovio, a la Tulia y Cascarillo y “casi toda la zona alta de Roldanillo”. Además hay problemas para el tránsito entre Roldanillo y La Unión. Asimismo, cien internos de la cárcel San Sebastián de Roldanillo fueron trasladados hacia las penitenciarías de Cartago y Buga, debido al colapso de una pared que dejó el patio al descubierto. La medida fue tomada por las autoridades carcelarias y el traslado se hizo en vehículos del Inpec.` Con la caída de esta pared que colindaba con el edificio de la Alcaldía, también se perdió gran parte del archivo administrativo de la ciudad, toda vez que este quedó bajo la lluvia por varias horas. Por otra parte, en Zarzal la situación también es complicada debido al fuerte aguacero que cayó sobre la ciudad esta madrugada, ocasionando el colapso del sistema de alcantarillado y la inundación de gran parte del casco urbano de la localidad. Alberto Agudelo, bombero de Zarzal, informó que la emergencia afectó el cuartel de bomberos que está inundado por el desbordamiento del zanjón que pasa por el sector. La situación es crítica en las poblaciones ribereñas de los ríos Riofrío, Tuluá, Guadalajara y Guachal. Así lo informó el Departamento de Hidroclimatología de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC.Harold González, titular de la dependencia, recomendó no bajar la guardia en la zona Sur del Valle del Cauca. “En los próximos días las lluvias no serán más intensas que las de la Semana Semana, donde los niveles de las precipitaciones alcanzaron cifras históricas y los desbordamientos simultáneos de ríos tutelares de Cali”, dijo.Se tendrían que reubicar cien familias en La Dolores A pesar de que el nivel de los ríos Frayle y Bolo, que mantienen inundado el sector de Piles y La Dolores, ha bajado, las autoridades temen que se tenga que reubicar a por lo menos cien familias de este último corregimiento.La situación se desprende del último reporte de las autoridades de Palmira, las cuales ya debieron reubicar a la totalidad de las 67 familias de la vereda de Piles por las inundaciones generadas por el rompimiento el pasado miércoles de un dique.Como ya es conocido, la creciente del Frayle y el Bolo generó el pasado miércoles un boquete de 45 metros entre las fincas La Cachiporra y de la Familia Ocamp, en límites entre el corregimiento La Dolores y la vereda de Piles, que inundó gran cantidad de cultivos de caña y viviendas, respectivamente.El alcalde Raúl Arboleda señaló que si las aguas del boquete no se pueden contener, definitivamente se tendría que recurrir a construir cien cambuches para llevar la gente al corregimiento Palmaseca o un sector ubicado entre Cali y Palmira, en inmediaciones de una estación de gasolina.Aunque reconoció que los recursos que se requieren para atender la emergencia son cuantiosos -en promedio $1.200 a $1.500 millones- dijo que por parte de la CVC se está trabajando en la zona. Agregó que por parte del Municipio los recursos son mínimos, por lo que se está pendiente de los aportes que se puedan conseguir con los gobiernos Departamental y Nacional.Guillermo Rosero, presidente de la Junta de Acción Comunal de La Dolores, señaló que aunque el río ha bajado su nivel, por el boquete de cerca de 50 metros que se abrió hace una semana sigue entrando agua.A su turno Nancy Murillo, habitante de la vereda Piles, precisó que esta zona el agua no ha bajado y se mantiene a 67 familias reubicadas en el jarillón del sector. La líder confirmó que por parte del Municipio se llevó alimentación, dos baños portátiles y un piquete de 45 soldados para colaborar con la comunidad. El sector agropecuario del Valle también padece el inviernoPérdidas millonarias registran los agricultores y ganaderos del centro del Valle del Cauca por el recrudecimiento de la ola invernal.Cosechas arrasadas y potreros inundados, es el resultado del desbordamiento del río Tuluá y el rompimiento de diques por parte del río Cauca a la altura de los municipios de San Pedro y Bugalagrande.Según Jaime Jaramillo Echeverry, presidente del consejo directivo de la Cooperativa de Ganaderos del Centro y Norte del Valle, Cogancevalle, las pérdidas en animales y en producción de leche se estima en un 20% lo que se traduce en un desequilibrio económico en esa industria pecuaria.De acuerdo con el directivo gremial, por las enfermedades que los animales contraen por permanecer en suelos demasiados saturados y por falta de pastos para alimentarlos, los ganaderos se han visto obligados a sacrificar por lo menos 50.000 ejemplares lo que representa el 10% del total de vacunos que hay en el departamento, tanto en la parte plana como montañosa.“Desde hace seis meses tenemos grandes extensiones de tierra que permanecen llenas de agua lo que las hace improductivas”, manifestó el señor Jaramillo, al indicar que el Gobierno Nacional y el Banco Agrario deben fijar subsidios y rebaja de intereses en los créditos para apoyar a este sector de la economía tal como se hizo en la Costa Atlántica, “pues este problema no se soluciona con unos mercaditos que les entregan a los damnificados por las inundaciones”, manifestó el Presidente del consejo directivo de Cogancevalle.Igualmente afectados están 800 pequeños productores del municipio de Tuluá, quienes perdieron cosechas enteras debido a las lluvias de los últimos días.Según Alberto Agudelo Orozco, funcionario de la Secretaría del Medio Ambiente y Asistencia Agropecuaria de Tuluá, Sedama, de las 17.812 hectáreas que están sembradas en cacao, fríjol, maíz, tomate de árbol, mora, papaya, plátano y banano, se perdieron por lo menos 1.500 hectáreas como consecuencia del desbordamiento del río Tuluá en los corregimientos de Tres Esquinas, Aguaclara, Nariño, Campoalegre, La Palmera y Los Caimos, en la zona plana del Municipio.La situación para los habitantes de la zona montañosa de Tuluá no es diferente si se tiene en cuenta que en los corregimientos de San Rafael, La Marina, San Lorenzo, Quebradagrande, Puerto Frazadas y Altaflor, permanentemente se quedan incomunicados con el casco urbano por los derrumbes y deslizamientos lo que impide la evacuación oportuna de los productos agrícolas.“La situación realmente es preocupante porque estos problemas con las vías son recurrentes, lo que nos está creando serias dificultades para transportar 9.500 litros de leche diariamente desde los corregimientos de Barragán y Santa Lucía hasta la fábrica Colombina”, manifestó Jorge Hernán Vásquez Gutiérrez, representante de Proalba Ltda.“En la parte media de la cordillera Central este año los campesinos no tendrán cosecha de café porque los aguaceros no dejaron florecer el grano”, manifestó Alberto Agudelo.Pero el panorama es igualmente desalentador para 195 familias (desplazadas, campesinos y reinsertados), que hacen parte de un proyecto productivo agrupados en la Empresa Comunitaria de Unidad, Paz y Trabajo, Ecoupalt y quienes desde hace cuatro años ocupan un predio del extinto, José “Chepe” Santacruz en el municipio de San Pedro.El rompimiento de un dique de protección sobre la margen derecha del río Cauca causó la inundación de más de 500 hectáreas sembradas en caña y cultivos de pancoger.Los predios anegados hacen parte de las fincas Sandrana y Samaria en donde estos campesinos perdieron 170 hectáreas en caña de azúcar y 20 hectáreas sembradas en plátano, yuca y maracuyá.Este es un proyecto modelo del Estado colombiano, considerado como un laboratorio de paz donde convergen antiguas víctimas y victimarios del conflicto armado.“No nos habíamos recuperado del desastre que nos causó la ola invernal del año pasado y ahora nuevamente nos golpea la naturaleza”, manifestó James Londoño Jiménez, representante legal de Ecoupalt.El líder de los campesinos, dijo que en la primera inundación se perdieron 600 hectáreas y hasta el momento se realizan trabajos para bombear el agua con una inversión que supera los 600 millones de pesos por el alquiler de ocho motobombas y dos retroexcavadoras para tratar de salvar los cultivos.“A finales de marzo se había logrado evacuar poco más del 90% del agua, incluso Riopaila-Castilla logró cosechar algunos lotes de caña que se habían salvado de la inundación; infortunadamente llegó nuevamente la temporada de lluvias y el ingenio azucarero no pudo continuar con la cosecha”, dijo James Londoño.A su turno, Wilson Agudelo, delegado de estos campesinos, dijo que un segundo boquete de diez metros se presenta en el jarillón Burrigá el cual está inundando los predios de la hacienda El Arenal, que está en proceso de extinción de dominio y además amenaza con destruir plantaciones de caña del ingenio San Carlos.“Por eso le estamos haciendo un llamado urgente al Gobierno Nacional para que nos ayude en esta nueva emergencia”, indicó Agudelo, quien ve amenazado su proyecto productivo.Entre tanto, el teniente José Yeigs Monsalve, del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Bugalagrande, informó que grandes extensiones sembradas en caña de azúcar, plátano, yuca y cítricos, se perdieron por una inundación lenta del río Cauca que se registró durante los días de Semana Santa en las veredas El Guayabo y Chontaduro.“Allí evacuamos a trece familias que además de sus cultivos perdieron todos sus enseres”, indicó el oficial bomberil.

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