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¿Qué hay detrás de la violencia que golpea a Palmira?

Los crímenes atroces registrados en las últimas semanas tendrían que ver con la descomposición social y disputas delincuenciales alrededor del microtráfico. Análisis.

23 de mayo de 2012 Por: Redacción de El País Palmira

Los crímenes atroces registrados en las últimas semanas tendrían que ver con la descomposición social y disputas delincuenciales alrededor del microtráfico. Análisis.

¿Qué lleva a una persona a decapitar a su propio hermano? ¿Qué hay detrás de los homicidios en los que las víctimas son asesinadas con arma blanca, envueltas en sábanas, metidas dentro de una maleta y arrojadas en la vía pública? El primer caso, que serviría de preludio a la ola de crímenes atroces que se ha registrado en la Villa de las Palmas, tuvo lugar el 20 de abril, en el barrio El Sembrador, donde fue hallado, dentro de una maleta, el cuerpo desmembrado de un vendedor de jugos. Seis días después, en un callejón de Las Delicias, en inmediaciones de las galerías, se descubrió el cadáver de un hombre de 35 años de edad que estaba envuelto en sábanas y tenía varias heridas de arma blanca.Dos semanas más tarde, el 7 de abril, un joven de 17 años fue encontrado asesinado en similares circunstancias en el mismo barrio. Pero cuando aún los palmiranos no se reponían de la noticia, otro crimen macabro estremeció de nuevo sus cimientos: un joven de 16 años, al parecer bajo los efectos de sustancias psicoactivas, le arrancó la cabeza a su hermano, en el barrio Simón Bolívar, y huyó con ella.Descomposición socialPara la directora de la Fundación Progresamos, de la Cámara de Comercio de Palmira, Martha Gualteros, cuando se miran los posibles móviles de estos homicidios se evidencia un problema muy complicado en la manera cómo se solucionan los conflictos en la ciudad.“Se resuelven por las vías de hecho y con armas de fuego. Otra hipótesis muy fuerte es el tema del territorio y el manejo del microtráfico, un negocio que se tiene que empezar a estudiar”, agregó.Otro problema estructural, subrayó, es que “si la gente no siente el castigo, la norma, no tendrá miedo a la autoridad y esto estimula a que solucionen sus conflictos por las vías de hecho”.Una causa más sería el surgimiento de nuevas bandas: “Antes una sola organización se encargaba de manejar todos los delitos en sectores tan deprimidos como Las Delicias, pero cuando se empieza a desmembrar esa banda y surgen nuevos grupos vienen los enfrentamientos y envían estos mensajes tenebrosos, pues no es lo mismo morir de un tiro a ser sometido a vejámenes”, refirió un fiscal que pidió omitir su nombre. Por su parte, Óscar Suárez, psicólogo y coordinador del Centro de Atención Integral, Ceai, enfatizó que la violencia no es algo coyuntural sino que obedece a un proceso histórico que vive todo el país y que Palmira, por su cercanía con otros municipios, se ha convertido en un receptáculo de personas que vienen a buscar mejores oportunidades.“Esto ha hecho que se vayan creando focos de asentamiento, como Las Delicias y la Comuna 1, que van generando problemas como la microextorsión ”, añadió.Según él, en esos cordones de miseria se crea una subcultura en la que se originan estos tipo de pactos donde la muerte violenta es la única alternativa para la resolución de conflictos y que estos crímenes revelan una pérdida del valor de la vida, debido en gran medida a la forma cómo han ido creciendo los jóvenes. “La familia sufrió una transformación por la migración de los padres al exterior. Eso creó muchachos sin apoyo, solos y con mucha angustia, que fue el caldo de cultivo para el consumo de drogas y otros delitos”, manifestó Suárez. En este mismo sentido se pronunció el secretario de Protección Social del Municipio, Alejandro Solo Nieto Calvache, quien aclaró que no necesariamente quien comete un crimen atroz está demente.“Cuando se toma la decisión de cometer un crimen se está tomando la decisión de violentar los valores sociales. La persona sabe que está haciendo algo malo, pero no le preocupa”, precisó antes de agregar que factores como la falta de oportunidades, recreación, empleo y acceso a la salud pueden causar la ruptura de la integridad de la mente.“Todo el tema del estrés se manifiesta en gastritis, alergias, embarazos en adolescentes y depresiones mayores. El año pasado tuvimos 216 intentos de suicidio, sin contar los que no se reportaron y todo eso tiene que ver con el entorno”, puntualizó el funcionario.Para Gualteros, el tema de seguridad debe ser visto como un problema de salud mental y se deben crear muchos centros de conciliación, aumentar la jornada escolar y diseñar una estrategia orientada a la resolución pacífica de los conflictos.Así, mientras los expertos plantean que es fundamental recuperar la esperanza, los palmiranos siguen estupefactos ante crímenes cuyo nivel de violencia parece ser tan profundo como los problemas sociales y la crisis de valores que se aquejan a la Villa de las Palmas.

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