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Preocupación en Cartago por aumento de ventas ambulantes

El comercio informal es inherente a las ciudades y Cartago no es ajeno al problema que esto genera en cuanto al espacio público y a la afectación con el comercio organizado.

24 de febrero de 2015 Por: Redacción de CartagoHoy

El comercio informal es inherente a las ciudades y Cartago no es ajeno al problema que esto genera en cuanto al espacio público y a la afectación con el comercio organizado.

Ramiro Ortega es un vendedor de discos compactos y memorias USB llenas de canciones populares, reguetón y salsa. Se la pasa por las calles del centro, por el parque de Bolívar de Cartago y dice que se quedó porque le ha ido bien en esta ciudad. “Vine en noviembre de Palmira a rebuscarme la vida, me fue bien vendiendo luces de navidad y música, ahora me quedé solo con la música y también vendo cargadores de celular y pilas, me he amañado y desde que me vaya bien seguiré aquí” cuenta el hombre de 45 años.Como él cientos de vendedores ambulantes y estacionarios se ganan la vida en el parque principal y andando el centro. Esto motivó que en diciembre pasado los comerciantes organizados a través de la Cámara de Comercio le hicieran llegar una queja a la administración municipal por la preocupación debido a la creciente ola de vendedores informales en el centro del municipio, que los afectaba de manera notable en sus ventas.Y aunque hasta la fecha no se calculan las pérdidas, según Mónica Osorio Gil, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio dice que no ha tenido ninguna respuesta por parte de la administración. “Finalizando el año tuvimos la visita de un importante grupo de vendedores ambulantes y ellos nos manifestaron que la Alcaldía los había remitido para la Cámara, tuvimos oportunidad de hablar con ellos, pues lo que buscamos es apoyar y organizar a las personas que de alguna manera no están organizadas e impactan de manera negativa al comercio organizado”.¿Cómo organizar el comercio informal? Si bien ha bajado el número de vendedores en comparación con diciembre, cuando las carretas, puestos y carritos era más, solo en el parque de Bolívar por lo menos 120 vendedores se la rebuscan a diario y por lo menos otros 600 recorren las calles en busca de clientela.Para el politólogo Fernando Gil, conocedor de la problemática, hay que buscar una solución de fondo y a largo plazo pero es más importante aún una solución a mediano plazo (4 ó 5 años). “Sin ser una cosa agobiante en algunas zonas de la ciudad se torna difícil transitar porque los vendedores ocupan el espacio público sin ninguna regulación. El espacio público es eso, público y por tanto le corresponde a todos y nadie lo puede ocupar, solo que se pueden encontrar soluciones, consensos con los que los ciudadanos puedan encontrar los andenes, calles y parques libres para poderse desplazar”.Gil agrega que propuestas como los bazares populares que se intentaron hacer sin éxito en Pereira y otras ciudades no son la solución, porque allá la gente no va. “Los vendedores ambulantes existen porque la gente camina, se los encuentra y les adquiere algún producto que ofrecen. No podemos coger y encerrar en sitios a los vendedores porque ellos terminan volviendo a las calles”.Fernando Salazar, comerciante que tiene su local comercial, paga Cámara de Comercio y todo lo que por ley le corresponde dice que cada año es lo mismo. “Este mes no se nota tanto, ha bajado un poco, pero en diciembre fue una locura, nosotros pagando impuestos y todo y nos vemos afectados porque los vendedores que se hacen al frente del negocio no permiten que se vea el aviso, obstaculizan los andenes, venden más barato y nos perjudican”. La falta de oportunidades, de empleo formal es la constante en las respuestas de quienes sin recibir un salario fijo o alguna prestación social, llueva o haga un sol recorren las calles para ganarse el diario. “Yo llevo 20 años trabajando en la calle, nunca me recibieron en una empresa por falta de estudios, de hambre no me puedo morir y para ir a robar tampoco sirvo” dice Helena Zapata, vendedora de dulces y cigarrillos.En este sentido, desde la Cámara de Comercio ofrecen herramientas para capacitarlos, orientarlos, mejorarles sus competencias en las ventas ambulantes, “pero hay que fijar una política para que aquellos a quienes se les permita usar el espacio público, primero se defina qué espacio va a ser, cómo lo van a utilizar” explica la Presidenta Ejecutiva; sin embargo, insiste en que se requiere unir esfuerzos con la Alcaldía de Cartago.

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