Malos olores tienen 'enfermos' a los habitantes del oriente de Palmira

Desde hace dos años los habitantes del sector oriental de la ciudad de Palmira se quejan por la dificultad que tiene al respirar a causa de los males olores que cubren la zona, los cuales aseguran, obedecen a las actividades porcícolas y avícolas en el corregimiento de Barrancas.

Los barrios afectados son, María Cano, El Municipal, Popular Modelo, El Jardín, Las Flores, Caicelandia, Buenos Aires, San José y El Retiro, cuyos pobladores dicen que la fetidez se agudiza hacia las 5:00 de la tarde y se extiende hasta las primeras horas de la mañana, cuando las corrientes de aire sueltan un tufillo agrio y pestilente.

“El olor es nauseabundo, desde hace dos años venimos sintiéndolo sobre todo en las comunas 5 y 6 que están al oriente de la ciudad. Huele a marrano sin bañarse”, afirma Efrén Nolberto Tróchez, dirigente comunal, quien agregó que los malos olores los tienen desesperados.

Dijo también que aunque con la JAC del barrio Las Flores documentó la situación antes las autoridades ambientales y administrativas, no ha habido una solución hasta la fecha.

Tróchez señaló como presuntos responsables del mal olor a los cañeros que aplican porquinaza y gallinaza sin el debido tratamiento y a los pequeños productores de cerdos que no cumplen con las normas ambientales para tener estos animales, y cuyos residuos terminan en las acequias que van a dar a la zona oriental de la ciudad.

En ese mismo sentido se pronunció Alberto Gómez, edil de la comuna 13, y habitante del corregimiento de Barrancas, quien indicó que en días pasados unos cañicultores habrían utilizado gallinaza cruda lo que generó no solo estos terribles olores sino también gran cantidad de moscas.

Entre tanto, Tulio Daraviña, representante de la Asociación Agropecuaria de Barrancas, que congrega a unos 38 miembros, entre pequeños y medianos productores porcícolas, manifestó que con el apoyo de la CVC y la Secretaría Agropecuaria vienen trabajando en unas estrategias para mitigar los olores y reducir el impacto ambiental.
“Nosotros somos pequeños productores, vivimos de esta actividad y nunca nadie antes nos había brindado apoyo.

Ahora con la CVC y la Secretaría Agropecuaria empezamos a implementar unas trampas que permitirán limpiar las aguas de residuos y reutilizarlas para el lavado de las cocheras”, expresó Daraviña quien anotó que a través de la asociación se han venido capacitando para mejorar todos estos problemas.

El vocero advirtió que “somos conscientes de la problemática y que debe terminar, pero reiteró que esta actividad es el sustento de más del 90% de los pobladores de Barrancas”.

Sostuvo que muchos de los olores no provienen de los criaderos de cerdos como se cree, sino de las malas prácticas de algunas avícolas aledañas al corregimiento y de grandes cañicultores que están arrojando porquinaza y gallinaza a los cultivos de caña como fertilizante, pero sin hacer el debido tratamiento.

“Algunas personas han visto que bajan volquetadas de gallinaza y porquinaza, estamos tratando de recoger evidencia para desvirtuar que los olores ofensivos sean producidos por nosotros”, reiteró.

De otro lado, el secretario agropecuario de Palmira, ingeniero Oscar Ordóñez, tras reconocer que en el municipio hay un importante número de explotaciones porcícolas, precisó que desde comienzos del año pasado se creó la Mesa Porcícola con presencia de la CVC, la Asociación Colombiana de Porcicultores, los pequeños productores y su despacho, que lidera esta iniciativa.

“Nos empezamos a reunir para identificar cuál era el origen del problema o qué temas se debían atender para brindarles alternativas de solución”, señaló.

En este momento, manifestó, se están concentrando en Barrancas que es la zona crítica, debido a que el manejo de los residuos en ese lugar no es el mejor y sería el origen de los olores en la ciudad.

No obstante, el funcionario explicó que parte de la problemática de los olores tiene que ver también con la actividad avícola, en cuanto al manejo de los residuos en la fertilización de los suelos.

Al respecto, la ingeniera Liliana Narváez de Varela, coordinadora de la Unidad de Gestión Cuenca Amaime, de la Dare Suroriente de la CVC, aclaró que en Barrancas la gente tiene uso del suelo para la actividad porcícola, por lo tanto, la corporación lo único que puede hacer es velar porque se cumplan las normas ambientales.

“Pero hay un problema y es que hay personas que tienen un solo cerdo en espacios muy reducidos. Este es su ahorro, entonces nos enfrentamos a un grave problema social”, subrayó la profesional. De ahí la dificultad para acabar con esta actividad.

Por ello, la CVC anunció una inversión de $170 millones en proyectos como biodigestores, lechos secos y trampas para concientizar a la gente y mejorar la producción de cerdos y de paso acabar con los terribles olores.