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Los vacíos del 'paraguas' de la prevención en Palmira

Tras los estragos de la pasada temporada invernal se ganó en obras de mitigación. Sin embargo, los afectados aseguran que aún faltan tareas por realizar. Recorrido.

16 de septiembre de 2011 Por: Miguel Londoño

Tras los estragos de la pasada temporada invernal se ganó en obras de mitigación. Sin embargo, los afectados aseguran que aún faltan tareas por realizar. Recorrido.

Aunque el rigor de la pasada ola invernal sirvió para crear conciencia sobre la necesidad de hacer obras de prevención y mitigación frente a la temporada de lluvias que se avecina, muchos afectados aseguran que aún quedan huecos en el ‘paraguas’ que se debe desplegar para evitar inundaciones como las que afectaron la villa.Como se recordará, la arremetida del agua en noviembre y diciembre del 2010 y en abril de este año provocó la ruptura de los diques de contención de los ríos Frayle y Palmira, el rebosamiento del canal Tumaco y el desbordamiento del Guachal, el Bolo Frayle y el Amaime. Lo anterior aportó mucho a las inundaciones que afectaron más de seis mil hectáreas de cultivos de caña y que anegaron las instalaciones de la Zona Franca del Pacífico, ZFP.En la vereda Piles hubo 67 familias damnificadas que se deben reubicarse de inmediato, mientras que 36.000 aves murieron ahogadas en una avícola ubicada a un costado de la vía Yumbo-Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, la cual estuvo cerrada para la circulación de vehículos durante un mes.Las vías y algunas casas del corregimiento La Dolores también quedaron sumergidas bajo la lluvia, al tiempo que en Palmaseca 500 personas estuvieron en riesgo por el rebosamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales.Después de casi cuatro meses de verano y ad portas de una nueva ‘pataleta’ del Fenómeno de La Niña, que volverá con niveles más altos de lo normal, según el director del Ideam, Ricardo Lozano, muchos creen que aún falta mucho por hacer en esta región del Valle del Cauca.Para Juan Navia, miembro de la Junta de Acción Comunal de La Dolores, la única salida para evitar más desbordamientos es que se construya el alcantarillado para el control de las aguas lluvias y negras. De lo contrario, sostiene, “la historia volverá a repetirse”.Aseguró que la rotura del dique del Frayle que se presentó el pasado 20 de abril, a la altura de la Hacienda La Cachiporra, no fue la causante de las inundaciones registradas en el sector, sino la falta de un sistema para evacuar las aguas.Un argumento parecido esbozó el personero cívico de Piles, Leonidas Murillo, para quien los fuertes aguaceros no provocaron los desbordamientos en la zona, sino el rompimiento clandestino con dinamita del dique del Frayle el pasado 5 de diciembre.Este hombre, quien perdió $74 millones por los daños sufridos por sus cultivos, confía en la protección que se tiene con los 6,5 kilómetros de dique que no dejarán que el Frayle alcance el caserío donde viven más de cien familias que continúan habitando en una zona de alto riesgo no mitigable.Muestra del peligro son los estragos que dejaron allí las inundaciones de diciembre y abril: de la casa de Alba Lucía Torres, construida en bahareque, sólo quedó parte de una pared en pie.“Si vuelve a llover como antes tendremos de nuevo la amenaza del Frayle y el Cauca juntos y así Piles podría desaparecer del mapa”, advirtió Paula Salazar, al recordar que 17 familias perdieron sus viviendas en esa vereda.Fernando Gutiérrez, vicepresidente de la JAC de La Dolores, denunció que la comunidad, los hacendados y los industriales se unieron para reforzar el jarillón del Frayle, “porque ningún ente gubernamental dio una solución”.Detalló que para afrontar las lluvias venideras se acondicionaron cerca de cuatro kilómetros de jarillón sobre la margen izquierda del afluente. El coordinador del Comité Local para la Prevención y Atención de Desastres, Clopad, Fabio Márquez, indicó que para ésta y otras zonas hay un plan de atención que se ejecutará por el organismo que ya fue activado. Un procedimiento similar se adoptó en la zona franca, la cual quedó blindada contra las inundaciones con la construcción de 3,1 kilómetros de jarillones perimetrales combinados con estaciones de bombeo, tras la inversión de nueve mil millones de pesos, según su gerente Bertha Cecilia Rojas.De los 138.000 metros de tierra que se requieren para la obra, ya hay 40.000 en la parte externa de las instalaciones, donde la misma deberá estar culminada al finalizar este año. Sin embargo, la mayoría de los trabajos de protección diseñados estarán listos para cuando el invierno haga presencia en la región. De acuerdo con Rojas, la prevención no cobijará sólo el complejo industrial, sino también la zona aledaña donde, en coordinación con vecinos y la CVC, se ha realizado la descolmatación de ríos, reparación de diques, cerramiento de boquetes e instalación de motobombas. Recordó que el siniestro más gran para las aseguradoras de Colombia es el caso de la ZFP, donde una sola empresa tuvo pérdidas por U$80 millones.Para los cañicultores el panorama no ha sido distinto, pues el invierno dejó pérdidas que alcanzaron los $120.000 millones. En promedio, a cada cultivador se le ‘aguaron’ diez millones de pesos por hectárea, precisó Guido López, presidente de Procaña. Pero esa situación podría agravarse con las próximas lluvias, ya que de inundarse los cultivos recién sembrados se perderían tres años de cosecha.Como ‘salvavidas’, los cañicultores esperan que la banca les otorgue dos años de gracia para pagar sus créditos.Ahora sólo queda esperar que los aguaceros no sean tan fuertes ni las ‘goteras’ tan grandes, para que se pueda superar la nueva arremetida del invierno sin que haya mayores perjuicios para la comunidad, los industriales y los cultivadores de la región.La ola invernalLos organismos medioambientales lanzaron la voz de alerta ante la ola invernal que se iniciará esta semana.Como parte de los mecanismos de prevención e información, la CVC está compartiendo los reportes del Ideam, “con el fin de planear, mitigar y enfrentar posibles emergencias ante la ocurrencia de eventos hidrometereológicos externos”.De acuerdo con el director de esa entidad, Ricardo Lozano, “aunque en condiciones ‘normales’ la temporada lluviosa debería terminar a mediados de diciembre, se prevé que, de presentarse un enfriamiento de las aguas del océano Pacífico tropical hacia finales del año, es muy probable que la temporada se extienda hasta esa fecha”.Resaltó que lo que sí se sabe es que la época de lluvias que viene en camino será muy fuerte, por lo que se deben tomar las medidas necesarias para evitar la posible ocurrencia de una tragedia.

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